Acusan al primer oficial transgénero del Ejercito de intentar filtrar información confidencial a Rusia

Jamie Lee Henry y su esposa están señalados por conspiración al tratar de ayudar a los rusos en el conflicto contra Ucrania.

El mayor del Ejército de Estados Unidos y primer oficial abiertamente transgénero Jamie Lee Henry está acusado de conspiración por intentar dar información médica militar a Rusia para ayudarles en el conflicto contra Ucrania, según el Departamento de Justicia.

La esposa de Henry, Anna Gabrielian, se enfrenta a las mismas acusaciones. De acuerdo con el comunicado del Departamento de Justicia, la pareja brindó información confidencial sobre la salud de particulares a un agente encubierto del FBI que se hizo pasar por empleado del Gobierno ruso.

Henry es médico del Ejército y tenía una autorización de seguridad de nivel secreto. Por su parte, Gabrielian es anestesista y trabajaba en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore, Maryland.

La conspiración

Cuando se produjo la presunta conspiración, Henry era un médico en Fort Bragg, hogar del XVIII Cuerpo Aerotransportado del Ejército, la sede del Comando de Operaciones Especiales del Ejército de los Estados Unidos y el Centro Médico del Ejército Womack.

El 17 de agosto, la pareja se reunió con el agente encubierto en una habitación de hotel en Gaithersburg, Maryland. Allí le entregaron historiales médicos, entre ellos el de un cónyuge de un empleado de la Oficina de Inteligencia Naval, y el de cinco individuos que eran veteranos militares o estaban relacionados con veteranos militares.

Durante el encuentro, Gabrielian le comentó a la agente del FBI que el patriotismo hacia Rusia le movía a proporcionar cualquier ayuda que pudiera brindar, incluso si eso significaba ser despedida o ir a la cárcel. De hecho, la anestesista confesó que mantuvo comunicaciones con la embajada rusa por correo electrónico y por teléfono, ofreciéndole al Kremlin su ayuda y la de Henry.

Información sobre la operativa médica del Ejército

Gabrielian añadió que Henry, al ser oficial militar, era una fuente más importante para Rusia que ella misma, porque tenía información más útil, refiriéndose a la operativa médica  que el Ejercito estadounidense ha enviado como apoyo a Ucrania.

También Henry expresó su deseo de ayudar a Rusia. El galeno indicó que hasta que Estados Unidos "realmente declare la guerra contra Rusia, puedo ayudar tanto como quiera". En el caso de que esto ocurriera, Henry reconoció que tendría sentimientos encontrados: "en ese momento, tendré algunos problemas éticos en los que tendré que trabajar".

Henry y Gabrielian se enfrentan a una pena máxima de cinco años de prisión federal por la conspiración, y un máximo de 10 años de prisión federal por cada cargo de divulgación de secretos.