Los estadounidenses tienen el poder necesario para hacer frente al dominio chino sobre las tierras raras
¿Por qué Estados Unidos entierra en vertederos o envía al extranjero valiosos residuos electrónicos, cuando cada teléfono inteligente, ordenador portátil, batería de vehículo eléctrico y pantalla contiene elementos raros?

Barco de residuos reciclables entre Staten Island y Manhattan
En los años previos al ataque japonés de Pearl Harbor, Estados Unidos vendió millones de toneladas de chatarra a una nación que devolvería ese metal en forma de bombas y balas dirigidas a los soldados estadounidenses.
Así que es importante preguntarse: ¿dónde y por qué está ahora Estados Unidos enterrando en vertederos o enviando al extranjero sus valiosos residuos electrónicos, cuando cada smartphone, ordenador portátil, batería de vehículo eléctrico y pantalla plana contiene valiosos elementos que ayudarían a nuestra nación a librarse de su dependencia en las exportaciones chinas de los cruciales elementos de tierras raras?
A nivel mundial, los expertos afirman que los electrónicos representan uno de los flujos de residuos de más rápido crecimiento, aunque reconocen que actualmente sólo se recicla alrededor del 17%. Al parecer, Washington es consciente del problema, pero aún no se ha llegado a un consenso bipartidista sobre cómo abordarlo. Algunos estados están proponiendo directrices obligatorias para la eliminación de residuos electrónicos, pero para afrontar realmente este reto se requiere una política nacional.
Los expertos en residuos electrónicos afirman que existen varias iniciativas que permitirían a Estados Unidos capturar muchos más metales críticos para su reutilización. Estos programas incluyen el incentivar a empresas como Apple para que diseñen sus productos de forma que puedan desmontarse fácilmente, a diferencia de los smartphones actuales que son casi imposibles de abrir. Si no se puede acceder a los metales que hay que reciclar, todos los programas de reciclaje electrónico fracasarán.
Japón y Corea del Sur cuentan actualmente con leyes que colocan la carga del reciclaje de los residuos electrónicos en las empresas que los fabrican. Aunque es probable que esta política encuentre resistencia en un país que busca menos, no más, legislación engorrosa, es necesario que haya flujos de reciclaje mucho más rigurosos aquí, en Estados Unidos. Sólo entonces podremos aprovechar los dispositivos desechados para recuperar las importantes cantidades de oro, plata, platino, litio y elementos de tierras raras que se esconden en ellos.
Hace tiempo que deberíamos haber aprendido la lección de no enviar recursos minerales a nuestros enemigos, como hicimos antes de Pearl Harbor. Hoy en día, ya sea a través de asociaciones minoristas, centros municipales de depósito o incluso programas de envío postal, los consumidores estadounidenses pueden desempeñar un papel activo para evitar que China utilice sus depósitos de tierras raras como arma estratégica contra nuestra nación.