El enfoque de Estados Unidos en Medio Oriente “disminuirá” bajo la estrategia de seguridad nacional de 2025
La seguridad de Israel, junto con la libertad de navegación de la península arábiga, la protección de los suministros de energía y la derrota de los grupos terroristas, figuran como “intereses fundamentales” de Estados Unidos en la región.

Donald Trump
La Casa Blanca publicó el jueves la estrategia de seguridad nacional 2025, en la que pide reducir el enfoque en Medio Oriente después de que Israel y Estados Unidos “debilitaran enormemente” a Irán.
El documento de 33 páginas establece los objetivos estratégicos globales y regionales que el presidente estadounidense Donald Trump espera perseguir en política exterior.
Describe cómo la centralidad del Medio Oriente para la producción de energía y como escenario de la competencia entre superpotencias ha disminuido en los últimos años.
“Los suministros de energía se han diversificado enormemente, y Estados Unidos ha vuelto a ser un exportador neto de energía”, afirma el informe. “La competencia entre superpotencias ha dado paso a la competencia entre grandes potencias, en la que Estados Unidos conserva la posición más envidiable, reforzada por la exitosa revitalización de nuestras alianzas en el Golfo, con otros socios árabes y con Israel, por parte del presidente Trump”.
“El conflicto sigue siendo la dinámica más problemática de Medio Oriente, pero hoy en día este problema es menos grave de lo que los titulares podrían hacer creer”, añade. “Irán, la principal fuerza desestabilizadora de la región, se ha visto gravemente debilitada por las acciones israelíes desde el 7 de octubre de 2023 y la Operación Midnight Hammer del presidente Trump de junio de 2025, que degradó significativamente el programa nuclear iraní”.
El informe describe el conflicto israelí-palestino como “espinoso”, pero afirma que, tras el acuerdo de alto el fuego a cambio de rehenes, “se han logrado avances hacia una paz más permanente” y que “los principales patrocinadores de Hamás se han visto debilitados o se han retirado”.
La seguridad de Israel, junto con la libertad de navegación en la península arábiga, la protección de los suministros de energía y la derrota de los grupos terroristas, figuran como “intereses fundamentales” de Estados Unidos en la región.
“A medida que esta Administración rescinda o flexibilice las políticas energéticas restrictivas y la producción energética estadounidense aumente, la razón histórica de Estados Unidos para centrarse en Medio Oriente se desvanecerá”, dice la estrategia.
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Las secciones más largas del documento se centran en mejorar la estabilidad en el hemisferio occidental para combatir el narcotráfico y reducir los flujos migratorios, y en enfrentar a China.
“También mantendremos nuestra política declaratoria de larga data sobre Taiwán, lo que significa que Estados Unidos no apoya ningún cambio unilateral del status quo en el estrecho de Taiwán”, afirma.
También exige la conclusión de la guerra rusa contra Ucrania, una mayor autonomía de defensa europea y “poner fin a la percepción y prevenir la realidad de que la OTAN es una alianza en perpetua expansión”.