Todo lo que hay que saber sobre la desnaturalización en Estados Unidos: paso a paso y sus casos más emblemáticos
Aunque poco frecuente, este proceso tiene causas y procedimientos específicos que se codificaron hace más de 70 años, durante la presidencia de Dwight Eisenhower.

Pasarpote estadounidense/ Stefani Reynolds
¿Qué tienen en común Arnold Schwarzenegger, Henry Kissinger y Elon Musk? Resulta que este diverso grupo comparte una característica, y es que sus miembros son ciudadanos estadounidenses naturalizados. Y aunque sus historias muestran lo lejos que puede llegar un inmigrante tras obtener la ciudadanía, existe un costado mucho menos conocido del sistema: la desnaturalización. Aunque sea una herramienta legal poco utilizada, permite anular la ciudadanía cuando se demuestra que fue obtenida de manera indebida.
Para comenzar, es fundamental definir qué es un ciudadano naturalizado: es una persona nacida fuera de Estados Unidos que obtiene la ciudadanía estadounidense después de cumplir ciertos requisitos.
Entonces, ¿qué es la desnaturalización? Se trata del proceso legal por el cual se revoca la ciudadanía de una persona que adquirió la nacionalidad por naturalización. Esto implica perder derechos fundamentales que se tenían por ser ciudadano estadounidense, como el derecho al voto, protecciones legales e incluso el pasaporte. Incluso, y depende del caso, abre la puerta a la deportación.
Aunque poco frecuente, este proceso tiene causas y procedimientos específicos que se codificaron hace más de 70 años, durante la presidencia de Dwight Eisenhower.
El proceso de desnaturalización
La autoridad legal para este proceso se encuentra en la Immigration and Nationality Act (INA), promulgada en 1952. Según esta legislación, hay dos caminos judiciales diferentes:
- Vía civil: se da cuando el Gobierno federal presenta una demanda civil contra un ciudadano naturalizado, alegando que su ciudadanía fue otorgada de forma ilegal, ya sea por ocultamiento de hechos, información o por otros motivos. También se puede dar por la pertenencia a organizaciones prohibidas en los 5 años posteriores a naturalizarse. Según la Corte Suprema de Justicia, y, con base a los precedentes como Fedorenko v. United States y Kungys v. United States, para tener éxito el Gobierno debe probar su caso por evidencia clara, inequívoca y convincente.
- Vía penal: en este escenario, la desnaturalización se da cuando una persona es condenada penalmente por delitos cometidos durante el proceso de naturalización. Apunta contra aquellos que hayan obtenido la ciudadanía mediante fraude, engaño, mentira u ocultamiento de información que era esencial para el proceso.
En ambos casos, si el Gobierno obtiene un fallo favorable, se revoca la ciudadanía y la persona en cuestión vuelve a su estatus previo, dando lugar a un posible proceso de deportación. La sentencia puede apelarse ante las cortes de apelaciones federales y eventualmente ante la Corte Suprema.
Los organismos que intervienen desde el Gobierno son el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional. Entre demanda y sentencia, el proceso puede durar entre uno y tres años.
Algunos casos históricos: Demjanjuk y Odeh
A lo largo de los años, hay dos casos de desnaturalización que resaltan: los de John Demjanjuk y Rasmea Odeh.
John Demjanjuk fue un inmigrante ucraniano que llegó a Estados Unidos en 1952 y se naturalizó en 1958. Se presentó durante décadas como un trabajador automotriz de Ohio, un simple hombre de familia y refugiado de guerra.
Sin embargo, durante su proceso migratorio, decidió ocultar su pasado como guardia en al menos tres campos de exterminio nazis: Sobibor, Majdanek y Flossenbürg.
Su historia salió a la luz en la década de 1970, cuando un grupo de sobrevivientes del Holocausto lo identificaron (erróneamente) como 'Iván el Terrible', uno de los guardias más crueles. Los testimonios fueron tan convincentes que el Departamento de Justicia inició una investigación en 1977, la cual terminó en un fallo que determinó que Demjanjuk había obtenido la ciudadanía mediante fraude. Fue desnaturalizado.
En 1986 fue extraditado a Israel, donde inicialmente fue condenado a muerte, pero se anuló la condena tras descubrir que en realidad no era Iván el Terrible.
Por lo tanto, regresó a Estados Unidos en 1993. Seis años después, el DOJ inició un nuevo proceso de desnaturalización contra Demjanjuk, el cual determinó que, si bien no era aquel famoso torturador, sí había trabajado como guardia en campos de exterminio. Fue entonces deportado a Alemania, donde falleció en 2012.
El segundo caso de renombre es el de Rasmea Yousef Odeh, una ciudadana palestina que llegó a Estados Unidos en 1995 y se naturalizó en 2004. Era activista comunitaria en Chicago y trabajaba en organizaciones de defensa de inmigrantes.
Durante el cuestionario que completó para volverse ciudadana, marcó la opción del “No” en una pregunta sobre detenciones, condenas, afiliaciones y actividades terroristas anteriores.
Sin embargo, había sido condenada en 1969 por un atentado en Jerusalén, el cual se cobró la vida de dos estudiantes israelíes. Incluso tuvo que cumplir diez años en prisión antes de ser liberada en un intercambio de prisioneros.
Su coartada empezó a debilitarse luego de que el DHS detectara algunas inconsistencias con los registros israelíes. A partir de ahí, el DOJ inició un caso por fraude migratorio.
En 2017, Odeh admitió haber ocultado información que la hubiera hecho inelegible, por lo que aceptó un acuerdo para renunciar a su ciudadanía, enfrentar la deportación y comprometerse a no volver a ingresar a Estados Unidos.