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De la clandestinidad al Nobel: así fue la peligrosa operación para que María Corina Machado escapara de Venezuela

Si bien Machado no llegó a tiempo a la ceremonia, la misión fue un éxito y su hija, Ana Corina, la reemplazó en la recepción del galardón.

María Corina Machado saluda a sus partidarios desde un balcón del Grand Hotel en Oslo

María Corina Machado saluda a sus partidarios desde un balcón del Grand Hotel en OsloAFP

Emmanuel Alejandro Rondón

Mientas corrían rumores de que María Corina Machado, líder opositora venezolana y ganadora del Premio Nobel de la Paz, había salido de Venezuela presuntamente evacuada con la ayuda de Estados Unidos, la realidad distaba mucho de las versiones infundadas en redes sociales.

El lunes por la tarde, a horas de la ceremonia organizada en Oslo, Noruega, Machado aún estaba en Venezuela, en un refugio secreto en Caracas, mientras se preparaba para la odisea de salir del país tras permanecer más de un año en la clandestinidad mediante una operación secreta cuidadosamente diseñada.

Fue entonces cuando empezó 'el viaje'. Disfrazada y con peluca, Machado inició un recorrido desde la capital hasta un pueblo pesquero en la costa. En ese trayecto, acompañada por dos hombres, Machado logró eludir hasta diez puestos de control militar —más conocidos como alcabalas— en un total de diez horas de viaje, reportó el Wall Street Journal, citando a personas con conocimiento de la operación allegadas a la flamante Nobel de la Paz.

La líder opositora llegó a la costa a la medianoche, descansó unas horas y, a las 5:00 AM, se subió en una típica lancha de madera con rumbo a Curazao. La travesía fue peligrosa y el grupo de tres enfrentó fuertes vientos y un mar agitado que provocó demoras en la operación.

Según el WSJ, la operación se diseñó y realizó en secreto, con una preparación que llevó unos dos meses y, finalmente, fue ejecutada “por una red venezolana que ha ayudado a otras personas a huir del país”.

En la crónica del escape se detalló que, antes de partir a Curazao, el grupo de extracción realizó “una llamada importante” al Ejército de Estados Unidos para informarles de que en dicha embarcación iba Machado. El objetivo de la llamada era evitar un potencial ataque aéreo por error del Ejército estadounidense, que ha hundido ya más de 20 ‘narcoembarcaciones’ en su inédito y notable despliegue en el Mar Caribe y el Pacífico.

“Coordinamos que ella saldría por un área específica para que no volaran el bote”, dijo al WSJ una persona cercana a la operación. La Administración Trump estaba al tanto de la operación secreta, pero no está claro cuanto apoyo brindó a Machado, una aliada de la Casa Blanca.

Sin embargo, mientras la lancha que llevaba a Machado con destino a Curazao surcaba el Mar Caribe, un par de F-18 de la Marina estadounidense entraron en el Golfo de Venezuela, dejándose observar por los sistemas de rastreo de vuelos. Las aeronaves pasaron unos 40 minutos volando en círculos cerrados cerca de la ruta que va desde la costa hasta Curazao en lo que fue, según expertos, la incursión más cercana de aviones estadounidenses en el espacio aéreo venezolano desde que comenzó el despliegue militar de EEUU en el Caribe.

No está claro si esas maniobras estuvieron relacionadas al escape de Machado.

La ganadora del Nobel llegó a Curazao alrededor de las 15:00 del martes, donde fue recibida por un contratista privado especializado en extracciones y provisto por la Administración Trump, reportó el WSJ.

Tras el largo viaje y la travesía por tierra y mar, Machado se registró en un hotel y pasó la noche en la isla.

Luego, en la mañana del miércoles, mientras se desarrollaba la histórica ceremonia en Oslo, un jet ejecutivo proporcionado por un socio en Miami despegó desde Curazao rumbo a la capital noruega, haciendo una escala en Bangor, Maine.

Machado, finalmente, llegó a Oslo en la noche del miércoles, donde se reencontró con sus hijos, Ana Corina y Ricardo Sosa Machado; varios viejos amigos de lucha, aliados políticos de todo el mundo, incluido EEUU, y miles de venezolanos que la recibieron entre cánticos, lágrimas y abrazos.

La líder opositora, que saludó a la multitud desde el balcón del Grand Hotel en Oslo, bajó hasta la calle donde saludó, dio la mano y abrazó a los venezolanos que se acercaron hasta Noruega para acompañarla incluso en la madrugada, ante el inclemente frío nórdico.

Si bien Machado no llegó a tiempo a la ceremonia, la misión fue un éxito y su hija, Ana Corina, la reemplazó en la recepción del galardón, leyendo un discurso escrito por la líder opositora y adelantando que su madre “estará de vuelta en Venezuela muy pronto”.

Según reportes, lo más probable es que Machado, en efecto, regrese a Venezuela, pero no sin antes hacer una gira por Europa y, especialmente, Estados Unidos, donde se reunirá con aliados y jugadores clave. 

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