China acaba de "ceder" en la guerra comercial
Pekín no está en condiciones de sostener un enfrentamiento económico prolongado frente a un Trump decidido. Esa vulnerabilidad quedó expuesta cuando el régimen comenzó a ceder discretamente en ciertos frentes.

El presidente de China, Xi Jinping
Según reportes de Reuters y Financial Times del 25 de abril, China no está aplicando de manera uniforme su nuevo arancel general del 125% a los productos estadounidenses. En resumen, ciertas importaciones provenientes de EEUU están entrando al país sin aranceles. Esta nueva política de Pekín no ha sido anunciada oficialmente.
"Las empresas de sectores como la aviación y los productos químicos industriales dijeron que algunos de sus productos ya habían recibido una exención, mientras que medios locales informaron que ciertos semiconductores también fueron excluidos de los aranceles", señaló el Financial Times.
El presidente de la Cámara de Comercio Estadounidense en China, Michael Hart, dijo a Reuters que algunas compañías farmacéuticas miembros de su organización afirmaron que ahora pueden importar productos sin aranceles.
China también está eximiendo motores de aeronaves, góndolas, trenes de aterrizaje y otras piezas aeronáuticas.
“Un grupo de trabajo del Ministerio de Comercio está recopilando listas de artículos que podrían quedar exentos de aranceles y solicita a las empresas que presenten sus propias solicitudes, según una persona con conocimiento de dicha actividad”, informó Reuters. La agencia de noticias también señaló lo siguiente: “Una lista de 131 categorías de productos que, según se dice, se están considerando para exenciones arancelarias circuló el viernes en las redes sociales chinas y entre algunas empresas y grupos comerciales”.
Hart no cree que las exenciones arancelarias se deban a una “política específica”. Como declaró al Financial Times: “Creo que ahora mismo es más bien un caso aislado".
Hart tiene toda la razón sobre la naturaleza no oficial de la recaudación de aranceles: los funcionarios de aduanas de China y el personal del Ministerio de Comercio no han respondido a las solicitudes de comentarios. “China aún no ha comunicado públicamente ninguna exención”, indicó Reuters.
Huatai Securities estimó que Pekín no está cobrando aranceles sobre productos que representaron 45.000 millones de dólares en importaciones a China el año pasado.
Estas exenciones sugieren una tendencia. “Informes recientes sobre la exención secreta de aranceles por parte de China sobre las importaciones estadounidenses, incluyendo ciertos semiconductores, productos químicos industriales y dispositivos médicos, demuestran una clara capitulación china en su conflicto comercial con Trump”, dijo el experto en comercio Alan Tonelson a Gatestone.
El movimiento es significativo, pero ¿por qué Pekín hace estas importantes concesiones comerciales sin admitirlo?
El régimen de Xi Jinping simplemente no puede reconocer que no puede enfrentarse a Washington.
Xi ha configurado el sistema político chino de tal manera que solo las políticas más hostiles se consideran aceptables. Peor aún, ha vinculado la legitimidad del Partido Comunista a su afirmación de que China ya ha superado a Estados Unidos. Por lo tanto, le resulta difícil hacer cualquier cosa que sugiera que depende del comercio con EEUU o que responde a su presión.
Como resultado, Xi ha limitado severamente la flexibilidad de China, una restricción que se refleja en las posturas contraproducentes de Pekín. LEl presidente Donald Trump declaró la semana pasada que su Administración y China habían mantenido conversaciones arancelarias. En respuesta a esos comentarios conciliadores, el régimen chino emitió una serie de comunicados negando la existencia de tales conversaciones.
Sin embargo, estas negaciones no son creíbles, dada la constante comunicación e interacción entre funcionarios estadounidenses y chinos sobre otros asuntos.
De hecho, el 24 de abril, cerca de una docena de funcionarios chinos, incluido un “alto funcionario del Ministerio de Finanzas de China”, fueron vistos entrando en el edificio principal del Departamento del Tesoro de EEUU en Washington a las 7 de la mañana, mientras agentes de seguridad chinos intentaban evitar que los fotógrafos captaran la escena.

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Desafortunadamente para Xi, tiene que hacer concesiones. Su economía es mucho más pequeña que la de EEUU, y es él quien mantiene grandes superávits comerciales: el superávit de bienes de China con EEUU el año pasado fue de 295.400 millones de dólares, un aumento del 5,8% respecto a 2023.
Peor aún, probablemente la economía china se esté contrayendo, como lo indican los precios. El país atraviesa una espiral deflacionaria: en marzo, el Índice de Precios al Consumidor bajó por segundo mes consecutivo, y el Índice de Precios al Productor lleva 30 meses seguidos a la baja.
Mientras tanto, China está en medio de una lenta crisis de deuda, y Xi, al haber rechazado el consumo como base fundamental de la economía china, ahora debe aumentar las exportaciones para intentar salvar la cada vez más preocupante situación interna.
El 24 de abril, el Ministerio de Comercio de China indicó que Pekín no discutirá sobre comercio hasta que Trump elimine las “medidas arancelarias unilaterales”. Debido a la necesidad de Xi de mantener la apariencia de firmeza, es casi seguro que Trump deberá volver a presionar con más fuerza.
Cuando Trump tenga que subir la presión, Pekín acaba de mostrarle de qué productos estadounidenses China cree que no puede prescindir.

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“De hecho, las exenciones arancelarias subrayan no solo que Pekín necesita mucho más acceso al mercado estadounidense que lo que EEUU necesita del mercado chino, sino también que Estados Unidos fabrica productos vitales que simplemente no se hacen en China, y no se harán en años, en el mejor de los casos”, señaló Tonelson, quien comenta sobre comercio y geopolítica en RealityChek.
Tomemos como ejemplo las piezas de aviones. Pekín ha ordenado a sus aerolíneas no aceptar entregas de aviones Boeing, y el fabricante ya ha trasladado de vuelta a EEUU tres aeronaves 737-Max que estaban listas para ser entregadas en China. Debido a los largos tiempos de espera en Boeing y Airbus, esta medida, en la práctica, casi no afecta a Boeing. Sin embargo, si Trump ordenara a Boeing no entregar piezas ni prestar servicios a aerolíneas chinas, China tendría que dejar en tierra un gran número de aviones en poco tiempo.
En realidad, China no está en condiciones de librar una guerra comercial prolongada contra un Trump decidido. Esa es una de las vulnerabilidades chinas que quedó en evidencia cuando Pekín comenzó a hacer concesiones en secreto.
China está haciendo concesiones comerciales significativas sin admitirlo. Xi, en términos actuales, se está “rindiendo”.