El fiscal de Missouri ordena a Planned Parenthood cesar abortos con medicamentos no autorizados
La red de clínicas tiene prohibido administrar fármacos abortivos sin aprobación estatal.
Clínica de Planned Parenthood
El fiscal general de Missouri, Andrew Bailey, emitió órdenes de cese y desistimiento contra los centros de Planned Parenthood en el estado, denunciando que estarían promoviendo abortos con medicamentos sin la aprobación correspondiente.
Medidas para proteger la legislación provida
Bailey argumentó que Planned Parenthood tiene antecedentes de incumplir la normativa estatal, incluyendo la omisión de reportes sobre complicaciones médicas. En su declaración, enfatizó que estas medidas buscan garantizar la seguridad de las pacientes y el cumplimiento estricto de las leyes estatales sobre el aborto.
Desde noviembre, cuando los votantes del estado aprobaron una enmienda constitucional que restableció el hecho de que el aborto sea un derecho, las clínicas de Planned Parenthood han retomado estos procedimientos. Sin embargo, la ley de Missouri prohíbe la distribución de medicamentos abortivos sin un plan de complicaciones aprobado por el Departamento de Salud y Servicios para Personas Mayores, un requisito que las clínicas aún no han cumplido.
Respuesta de Planned Parenthood
Las clínicas afectadas niegan estar violando la ley y aseguran que han cumplido con todas las exigencias legales. Según Margot Riphagen, directora ejecutiva de Planned Parenthood Great Rivers, la orden de Bailey no tiene fundamento, ya que sus centros aún esperan la aprobación del plan de complicaciones que presentaron en febrero.
Por su parte, Emily Wales, presidenta de Planned Parenthood Great Plains, insistió en que el aborto con medicamentos no ha estado disponible en Missouri desde 2018 y que no lo ofrecerán hasta que se les autorice. Sin embargo, organizaciones provida han expresado su preocupación ante cualquier intento de la industria del aborto por expandir estos procedimientos en el estado.
Planned Parenthood enfrenta una crisis financiera y denuncias por malas prácticas
El número de pacientes también ha disminuido drásticamente. En la década de 1990, la organización atendía a cinco millones de mujeres al año y operaba cerca de 900 centros en todo el país. Hoy, esa cifra ha caído a 2,1 millones de pacientes y alrededor de 600 clínicas. Este descenso se atribuye en gran parte al auge de la píldora abortiva distribuida por correo, que ha reducido la demanda de abortos quirúrgicos en sus instalaciones.
A esto se suma un panorama financiero incierto. Estados como Arkansas, Missouri y Texas han bloqueado los reembolsos de Medicaid a las clínicas de Planned Parenthood, eliminando una de sus principales fuentes de ingresos. La organización también enfrenta un creciente escrutinio sobre el uso de sus fondos, con denuncias de desvío de recursos para campañas políticas demócratas, lo que ha intensificado el debate sobre su financiamiento.
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