Perfil: Lori Chavez-DeRemer, la excongresista hispana elegida por Trump para liderar Trabajo
Mirada con desconfianza desde su partido, pero respaldada por sindicatos clave, la exalcaldesa deberá proteger la nueva base de votantes republicanos de clase trabajadora y cumplir la promesa de "Hacer que Estados Unidos Vuelva a Trabajar".

Lori Chávez-DeRemer testifica durante una audiencia del Senado
De herencia sindicalista e hispana, Lori Chavez-DeRemer no figuraba en la quiniela de candidatos al Gabinete de Donald Trump. No es popular a ojos de todo el GOP ni tiene un historial electoral impoluto, pero su última derrota en las urnas podría servir de combustible para su mejor victoria política: convertirse en secretaria del Departamento de Trabajo (DOL).
Aunque el año pasado perdió la reelección al Congreso, consiguió el apoyo de varios sindicatos locales. Obtuvo, incluso, el respaldo de Teamsters, que por un ajustado margen decidió apoyar por primera vez en veinte años a un candidato republicano a la Cámara. Espaldarazo que el gremio, considerado el privado más grande del país, renovó tras su nominación: "El Senado tendrá la oportunidad de poner a un defensor de los trabajadores al frente del Departamento de Trabajo".
Su relación con el sindicato viene de lejos: "Como muchos estadounidenses, mi trayectoria tiene sus raíces en los valores inculcados por mi padre, un orgulloso Teamster que trabajó sin descanso durante más de 30 años", relató Chavez-DeRemer en una audiencia en el Senado. "El salario justo y las prestaciones que recibía garantizaban la estabilidad y la seguridad de nuestra familia".
Primeros pasos, caída, auge y caída
Nacida en Hanford, California, se mudó luego a Happy Valley, Oregón. Creció en una comunidad agrícola, en el seno de una familia con raíces mexicano-estadounidenses. "Estoy agradecida por la oportunidad que me dio mi abuela [que emigró a Estados Unidos]", compartió en una celebración del Mes de la Herencia Hispana. "Estoy orgullosa de mis raíces latinas y de los logros alcanzados por la comunidad hispana en nuestro gran país".
En el instituto conoció al que sería su marido, Shawn DeRemer. "Mi amor del secundario", como todavía lo llama. "Quien ha estado a mi lado en cada triunfo y desafío". Con el Dr. DeRemer fundó una compañía proveedora de anestesia. Décadas frente a una pequeña empresa que tanto Trump como ella destacaron para defender su designación:
"Hemos superado con éxito los retos a los que se enfrentan los empresarios, desde las complejas normativas laborales hasta la escasez de mano de obra y el aumento de los costes", relató Chavez-DeRemer. "Estas experiencias me han proporcionado una valiosa perspectiva de las luchas y los triunfos de los empresarios estadounidenses".
Mientras pronunciaba aquellas palabras en un recinto del Congreso, unos bancos más atrás se encontraban sus padres, su marido y una de sus hijas (la otra, embarazada, no pudo viajar: "Sé que me estás viendo por televisión, sé que me apoyas"). Su familia aparece entrelazada en cada una de sus decisiones, incluida su incursión en el servicio público: "Como todos los padres, mi marido y yo queríamos que nuestras hijas crecieran en una comunidad segura y próspera", explicó el año pasado a la Radiotelevisión Pública de Oregón (OPB, por sus siglas en inglés).
Tras trabajar en el Comité de Parques de Happy Valley, Portland, pegó el salto a la alcaldía en 2010. A aquel aterrizaje exitoso le siguieron dos tropezones: perdió dos carreras consecutivas para la Cámara de Oregón. Ambas contra la demócrata Janelle Bynum, la segunda vez por un margen más amplio. Pero cuatro años después apuntó más alto, e ingresó al Congreso en 2022 tras desbancar a Jamie McLeod-Skinner, del Partido Demócrata. Resurgir que dos años más tarde sería truncado por una vieja conocida: Bynum, quien le arrebató el escaño en el Capitolio.
Aunque breve, su carrera en el escenario nacional fue suficiente para granjearle recelos dentro de su propio partido.
¿A qué se dedica el DOL?
Cuenta con un presupuesto que supera los 13 mil millones de dólares. Su fuerza laboral de más de 15.000 empleados a tiempo completo se organiza en distintas agencias o departamentos dedicados a un área, como la Administración de Seguridad y Salud en las Minas (MSHA) o la Oficina de Política de Empleo para Discapacitados (ODEP).
Internas y desafíos desde el día uno
Chavez-DeRemer es la única nominada de Trump que necesitó de votos demócratas para superar la primera prueba de todo nominado en su camino a la Administración: la aprobación o rechazo de un comité del Senado dedicado a la cartera que quieren liderar.
El republicano de Kentucky, Rand Paul, votó en contra, sin esconder su descontento por los antecedentes de su colega de partido. En una segunda votación, volvió a patentar su rechazo. Sobre todo, Paul apuntó contra su apoyo al PRO Act, un proyecto de ley respaldado por el Gobierno de Biden que facilitaba la creación de sindicatos.
En su defensa, la excongresista admitió que el proyecto era "imperfecto". Pero, aseguró, era la herramienta que tenía a mano como legisladora para tratar la actualización de las leyes laborales. También prometió que como secretaria llevaría a cabo la agenda del presidente, y reconoció que aunque ""no siempre estaremos de acuerdo", prometió que "nunca habrá sorpresas".
A lo largo de su carrera local y nacional ganó reputación de moderada, y con frecuencia habla de buscar soluciones bipartidistas: "En esta posición, no había problemas republicanos ni problemas demócratas, sólo problemas que había que abordar", dijo en una ocasión a OPB; su campaña destacó que fue distinguida por Roll Call como el segundo congresista más bipartidista, teniendo en cuenta su historial de votación; señala, con orgullo, que sus dos hijas mellizas se dividen en partidos, una es demócrata, la otra republicana.
Algunas de sus declaraciones en el pasado tampoco son bien recibidas por un ala del GOP, como aquella en la que afirmó, sin dudas, sin vueltas, con un simple "Joe Biden", a la pregunta de quién había ganado las elecciones del 2020.
Aquella puede no ser la única oposición interna a la que Chavez-DeRemer tenga que hacer frente: empleados del DOL se armaron de pancartas en las últimas semanas para repudiar medidas del Gobierno, sobre todo recortes del DOGE. Protestas que, además, fueron aupadas por sindicatos que simpatizan con la futura secretaria.
La presidenta del gremio AFL-CIO, Liz Shuler, fue una de las oradoras en las demostraciones en las inmediaciones del departamento. Crítica con Trump, Shuler dedicó elogios a Chavez-DeRemer, aunque cuestionó su peso: "Queda por ver qué se le permitirá hacer como secretaria de Trabajo en una Administración con una agenda dramáticamente antiobrera". Postura similar a la de Randi Weingarten, presidente del AFT:
Hacer que Estados Unidos Vuelva a Trabajar
La clase trabajadora fue uno de los grupos antes considerados cautivos del Partido Demócrata que integraron la coalición transversal de votantes que reabrió las puertas de la Casa Blanca para Trump. Apoyo mayoritario incluso dentro de Teamsters: un 60% de sus afiliados prefirió al republicano ante Harris en una encuesta interna. El sindicato, que desde 1996 llevaba apoyando a la papeleta azul, se declaró neutro.
Desde la Secretaría de Trabajo, Chavez-DeRemer tendrá la doble misión de preservar esa nueva base de adeptos y llevar adelante la agenda de Make America Great Again (Hacer que Estados Unidos Vuelva a Trabajar).
Su visión para "poner a los trabajadores americanos primero" incluye invertir en "itinerarios educativos que vayan más allá de la titulación tradicional de cuatro años", así como tratar de revertir lo que define como una "aceleración de despidos" en las grandes compañías del país, como Ford o Stellantis y una caída de salarios en los últimos cuatro años.
"Soluciones pragmáticas para apoyar a los esforzados trabajadores estadounidenses", como lo resumió ella, o como lo hizo Trump: "Hacer que Estados Unidos sea más rico, más fuerte y más próspero que nunca".