Una investigación interna del Servicio Secreto revela fallas generalizadas antes del primer intento de asesinato contra Trump

Una investigación interna del Servicio Secreto atribuyó la mala planificación, los problemas de comunicación y la dejadez generalizada de los funcionarios como las principales razones del fracaso en el operativo de seguridad durante el primer intento de asesinato contra Donald Trump en Butler, Pennsylvania, durante un mitin de campaña en julio pasado.

El director interino de la agencia, Ronald Rowe, dijo a la prensa el viernes que algunos empleados involucrados en el fracaso histórico de la agencia serán castigados mediante un proceso de evaluación interno.

"Hubo complacencia por parte de" algunos agentes "que condujo a una violación de los protocolos de seguridad", dijo Rowe. "Estas sanciones se aplicarán de acuerdo con nuestro proceso disciplinario".

El director de la agencia no reveló mayores detalles sobre cómo serán castigados los agentes responsables del fallo de seguridad.

De acuerdo con el informe de cinco páginas publicado este viernes, la Policía local y los agentes del Servicio Secreto estuvieron parcialmente descoordinados, dejando en evidencia la planificación defectuosa durante el operativo seguridad y los problemas de comunicación antes de que Thomas Matthew Crooks abriera fuego.

Ese día, Trump recibió un disparo en la oreja, salvándose de milagro. Además, un miembro del público fue asesinado y dos personas más fueron heridas. Crooks fue abatido por un agente luego de que efectuara varios disparos.

En el informe, el Servicio Secreto señala que el sitio en Butler fue identificado como un desafío de seguridad para la agencia, sin embargo, las medidas diseñadas para corregir los problemas y evitar fallos no se "llevaron a cabo como se pretendía".

Particularmente, el informe revela que los agentes estaban preocupados de que la instalación de almacenes en el recinto ferial de Butler pudiera dar al hombre armado una línea de visión clara hacia el expresidente, pero no se aplicó un mecanismo para aliviar esta preocupación.

Uno de los detalles más llamativos del informe es que el equipo de seguridad de Trump no estaba al tanto de que las fuerzas del orden estatales y locales estaban persiguiendo a “un sospechoso” (Crooks) con un rifle.

Si el equipo del expresidente hubiese sido advertido, probablemente los agentes habrían tenido tiempo de mover a Trump a otra ubicación durante la búsqueda, según el informe.

Asimismo, en los hallazgos se revela que agencias policiales locales no sabían que había dos centros de mando separados en el lugar y estaban “operando bajo la impresión errónea de que el Servicio Secreto estaba recibiendo directamente sus transmisiones de radio”.

Los hallazgos de la investigación interna se publican en un momento de máxima presión para el Servicio Secreto, que lavó un poco su imagen la semana pasada luego de que un agente impidiera con éxito que un hombre armado, que presuntamente estaba intentando disparar contra Trump, realizara con éxito su plan.

Las autoridades manejan la hipótesis de que el hombre probablemente estaba esperando el momento idóneo para disparar contra Trump en su campo de golf en Palm Beach, Florida. El sospechoso ya fue detenido y acusado con cargos relacionados a la posesión de armas.

El nuevo informe se basa en testimonios del Congreso e informes de prensa que ya habían expuesto los fracasos del Servicio Secreto para proteger a Trump en julio.

El director Rowe recalcó el hecho de que la agencia está trabajando con un presupuesto corto que tienen que aprovechar al máximo en una campaña electoral convulsa.

"Tenemos recursos finitos, y estamos estirando esos recursos al máximo en este momento", dijo.