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La Mezquita Nueces y el peligro de la islamización de Texas - Parte I

Un megaproyecto islámico con financiamiento extranjero, vínculos con la Hermandad Musulmana y ambiciones de control cultural en el corazón de Austin.

Banderas de Estados Unidos y Texas

Banderas de Estados Unidos y TexasPatrick T. Fallon/AFP.

Hace poco más de un mes, el gobernador Greg Abbott designó oficialmente a la Hermandad Musulmana y al Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR) como organizaciones terroristas extranjeras y organizaciones criminales transnacionales según la ley estatal de Texas. La designación exponía con contundencia la decisión de que Texas no toleraría que organizaciones o redes vinculadas al islamismo, con operaciones de subversión política o ideológica operaran libremente dentro del estado.

Paradójicamente, en Austin avanza un proyecto de infraestructura islámica de $25 millones con vínculos documentados a la Hermandad Musulmana que está despertando todas las alarmas. Se trata de la reconstrucción de la Mezquita Nueces, un experimento que parece un modelo prefabricado de guetificación para estudiantes en un circuito cerrado de culto islamista, vivienda, educación, finanzas y legislación que ha sido denunciado por un informe de la Rair Foundation.

La Mezquita Nueces fue la primera mezquita establecida en Austin. Es un centro islámico fundado en 1977 por la Asociación de Estudiantes Musulmanes de la Universidad de Texas (MSA), formada mayoritariamente por miembros de la Hermandad Musulmana. Se trata de un proyecto nacido en el campus, como una iniciativa respaldada por Arabia Saudita, para sembrar instituciones islámicas en el extranjero.

Resulta llamativo que desde enero de 2025, casi un año antes de que Abbott designara a la Hermandad Musulmana como organización terrorista, el evento de recaudación de fondos organizado por el Centro Islámico de Brushy Creek (ICBC) reveló que la primera adquisición de propiedad de la Mezquita Nueces fue posible gracias a un cheque procedente de Arabia Saudita, entregado a través de la Embajada de Arabia Saudita. Tras la designación de noviembre, este proyecto con financiamiento extranjero documentado merecería ser sometido a un detallado escrutinio.

Los líderes del proyecto declararon su intención de adquirir propiedades adicionales en los alrededores para expandir la influencia de la Mezquita Nueces más allá del edificio actual lo que la convertiría en el núcleo de una zona institucional alrededor del campus. Este aspecto es de por sí alarmante ya que la entidad matriz de la mezquita es el Islamic Center of Greater Austin (ICGA) y la propiedad del edificio es del North American Islamic Trust (NAIT). Durante el juicio federal United States v. Holy Land Foundation (2007), el Departamento de Justicia designó a NAIT como una entidad financiera clave dentro de la red de apoyo a Hamas en EEUU.

"El proyecto es reflejo de un patrón que se observa en toda Europa: el establecimiento de centros islamistas donde convergen la juventud, el poder y la política".

Una operación masiva y millonaria disfrazada de iniciativa estudiantil

El proyecto plantea un complejo vertical diseñado para integrar múltiples funciones en una única estructura islámica autosuficiente: un primer piso para una mezquita de 600 espacios de oración; un segundo piso para el Centro Mufti Umer Esmail para la Educación y la Extensión, dedicado a la instrucción islámica y la participación cívica. Aquí es donde se forma a los futuros líderes islámicos, no sólo en doctrina religiosa, sino en administración de mezquitas, supervisión financiera de la sharía y programación institucional.

En los pisos superiores se proyectan casi un centenar de habitaciones para estudiantes, estructuradas explícitamente en torno a las normas islámicas. Estos números indican una operación institucional masiva, no una iniciativa estudiantil. Los eslóganes promocionales no disimulan la intención: “Lo que empieza aquí, cambia la Ummah”, “Construir un Waqf y una dotación para las generaciones futuras”. El proyecto está diseñado para que los estudiantes ya no tengan que hacer concesiones entre el compromiso con la academia y el compromiso religioso.

El jeque Yaser Birjas, del Centro Islámico Valley Ranch, radicado en Texas y originario de Kuwait, propuso que este modelo se replicara a nivel nacional y describió las mezquitas como un puente continuo que guía a los estudiantes desde la escuela secundaria hasta la universidad, a las asociaciones de estudiantes musulmanes y de regreso a la vida adulta centrada en la mezquita, asegurando que permanezcan siempre en el entorno de la mezquita a medida que avanzan académica y profesionalmente. Según los propios documentos de planificación, la reconstrucción de la Mezquita Nueces busca dar forma “al futuro del Islam en Occidente” vinculando directamente el culto, la vivienda, la educación y la extensión universitaria, comenzando por la Universidad de Texas en Austin.

Las presentaciones de recaudación de fondos revelaron que se espera que el presupuesto total alcance los 25 millones de dólares, mediante préstamos que cumplen con la sharía y fondos del zakat. Según la proforma del proyecto, se proyecta que las viviendas estudiantiles generen más de un millón de dólares en ingresos netos anuales. Pero las residencias estudiantiles funcionarían tanto como sistema de recaudación de fondos como de herramienta de control. La Mezquita Nueces ha elaborado un documento que justifica el uso de los fondos del zakat para la reconstrucción y expansión del proyecto.

El zakat es un impuesto religioso obligatorio a los musulmanes bajo la ley islámica. A diferencia de las donaciones ordinarias, el zakat se rige por estrictas normas legales islámicas que limitan su uso a causas que se consideran para el avance del propio islam. Dado que el zakat es un impuesto religioso obligatorio, habitualmente agrupado y desembolsado a través de redes clericales aisladas de la auditoría secular, se ha revelado repetidamente en las investigaciones internacionales de financiación del terrorismo como un mecanismo predilecto para mover fondos bajo una cobertura religiosa: 

“Aceptaremos fondos de donantes que se sientan cómodos aportando su zakat personal a este noble proyecto y misión. En particular, el Centro Dawah y el proyecto del Seminario generalmente se consideran elegibles para el Zakat. (...) La Mezquita de Nueces es una comunidad única compuesta por académicos, intelectuales, estudiantes, jóvenes profesionales y familias, con una ubicación privilegiada en el contexto de la sede del gobierno y enclavada en un campus académico y de investigación de primer nivel.”

“Los objetivos del Proyecto de Reconstrucción de la Mezquita de Nueces van mucho más allá de la simple construcción de una mezquita. La Mezquita de Nueces considera que califica como una organización de este tipo debido a su papel central en 'establecer la convicción en los corazones y las mentes de los jóvenes estudiantes musulmanes y estar en una posición única para difundir el Islam en Occidente'”.

El documento, redactado bajo la autoridad de los líderes de la mezquita, sostiene que las instituciones islámicas con sede en el campus califican para el zakat y que las mezquitas, seminarios y centros de dawah adyacentes a las universidades constituyen la primera línea para la preservación y el avance del Islam en Occidente y, por lo tanto, merecen una financiación obligatoria desde el punto de vista religioso.

Juventud, poder, política: nada es casual

La disonancia entre las distintas autoridades de Texas y de Austin, específicamente, crean un vacío legal, institucional y político que está permitiendo el desarrollo de un proyecto de tal envergadura. Un ejemplo práctico da la clave de semejante desinteligencia: durante la presentación para recaudar fondos, los organizadores describieron cómo un edificio que actualmente se usa para la oración en la calle Nueces 1908, que ha sido declarado monumento histórico, será reubicado para dar paso al nuevo complejo islámico. 

La ciudad habría llegado a un acuerdo con un contratista para levantar la estructura histórica intacta y trasladarla a otro lugar. Curiosamente, la designación sería preservada, lo cuál es una contradicción, pero a la vez sería despejado el terreno para la citada remodelación. No se trata, entonces, de una rezonificación rutinaria sino de una concesión extraordinaria. Los monumentos históricos sirven para impedir zonificaciones que afecten las condiciones de dichos monumentos. Sin embargo, en este caso, las autoridades se han coordinado con el proyecto para quitar una estructura protegida y permitir que la construcción continúe sin interrupciones.

Las instituciones que están llamando la atención sobre este proyecto destacan este y otros factores estratégicos como señales de una preocupación creciente. El proyecto es muy cercano no sólo a la Universidad de Texas sino al Capitolio de Texas, o sea en el centro del corazón del poder político y de la vida estudiantil en uno de los lugares más pujantes de los Estados Unidos. Esto es reflejo de un patrón que se observa en toda Europa: el establecimiento de centros islamistas donde convergen la juventud, el poder y la política. A su vez, Austin (una ciudad predominantemente demócrata en un estado predominantemente republicano) explica el interés para la localización de este experimento: una estrategia a largo plazo para superar escollos que permitan una transformación institucional y cultural local, nada es casual.

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