El compromiso del presidente Trump con la policía está haciendo más seguras a comunidades hispanas
Desde el inicio de su mandato, el presidente convirtió la seguridad pública en una prioridad central, en contraste con el desorden provocado por las políticas de Joe Biden.

El presidente de EEUU, Donald Trump
Durante esta Semana de la Policía, los estadounidenses de todos los orígenes honran el valor y sacrificio de los agentes del orden de nuestra nación — especialmente aquellos que sirven en comunidades hispanas que durante demasiado tiempo han sido olvidadas, puestas en peligro y desatendidas. Bajo el liderazgo del presidente Donald J. Trump, esa época ha quedado atrás.
Desde el primer día de su presidencia, Donald Trump hizo de la seguridad pública un pilar central de su gestión. En contraste con el caos generado por las políticas permisivas con el crimen que promueven Joe Biden, Kamala Harris y la izquierda radical, el presidente Trump ha demostrado un compromiso inquebrantable para restaurar la ley y el orden en todos los vecindarios — especialmente en aquellos más golpeados por el crimen.
Los resultados hablan por sí solos
Durante el primer mandato del presidente Trump, el crimen violento disminuyó a nivel nacional. Según datos del FBI, los homicidios cayeron más de un 6 % en 2017, después de un aumento durante la administración Obama-Biden. En ciudades donde las fuerzas del orden colaboraron estrechamente con agencias federales — como en la Operación Legend de 2020 — los asesinatos se redujeron significativamente. En Kansas City, esta operación llevó a más de 650 arrestos en solo unos meses.
Ahora, con el presidente Trump nuevamente al frente, está tomando medidas decisivas para respaldar a las fuerzas del orden y proteger a las comunidades más vulnerables. Su nueva orden ejecutiva fortalece las protecciones para los oficiales atacados simplemente por hacer su trabajo, aumenta el entrenamiento y los recursos, y amplía los beneficios para quienes visten el uniforme. Para los oficiales que patrullan nuestras calles — muchos de los cuales son hispanos — este respaldo no es solo simbólico; es vital para su seguridad.
La Administración Trump-Vance también está movilizando Grupos de Tarea del Departamento de Seguridad Nacional para combatir pandillas transnacionales como MS-13 y el Tren de Aragua, cuya violencia brutal afecta de manera desproporcionada a los vecindarios hispanos. Estos grupos de tarea coordinan con los departamentos locales para desmantelar cárteles de droga y retirar de las calles a reincidentes que se aprovechan de familias y niños. Solo en 2018, ICE arrestó a más de 10.000 pandilleros, incluidos cientos vinculados a MS-13 — muchos de los cuales habían sido liberados anteriormente en comunidades estadounidenses bajo políticas migratorias laxas.
Mientras políticos de la izquierda radical demonizan a los agentes de policía y promueven recortes presupuestarios para sus departamentos, el presidente Trump está liderando el llamado al Congreso para aprobar una ley que establezca la pena de muerte para quienes asesinen a un agente del orden. Él entiende que defender a quienes nos protegen es esencial para mantener seguras a todas las comunidades, especialmente a las minoritarias.
La comunidad hispana quiere lo mismo que cualquier estadounidense: buenas escuelas, empleos bien remunerados, oportunidades para salir adelante y vecindarios seguros. Pero en demasiadas ciudades, el aumento del crimen ha robado esos sueños. En Los Ángeles, donde más del 48 % de los residentes se identifican como hispanos o latinos, el crimen violento ha aumentado casi un 30 % desde 2019. En Chicago, una ciudad con una población hispana grande y vibrante, los tiroteos han aumentado casi un 50 % en comparación con los niveles previos a la pandemia. Estas no son solo estadísticas — representan vidas perdidas y futuros truncados.
El plan del presidente Trump es claro: apoyar a la policía, hacer cumplir la ley y mantener a los criminales peligrosos fuera de nuestras calles. Esto significa asegurar la frontera para frenar el flujo de fentanilo que mata a decenas de miles de estadounidenses cada año. Significa respaldar a nuestros valientes agentes con capacitación, herramientas y respeto. Y significa poner a las víctimas — muchas de ellas hispanas — por encima de los criminales y activistas ideológicos.
Las familias hispanas están alzando la voz y exigiendo un cambio. Una encuesta reciente de WPA Intelligence mostró que el 73 % de los votantes hispanos apoyan aumentar los fondos para sus departamentos de policía locales. Esto no es un tema político — es sentido común. Cuando las calles están seguras, los negocios prosperan, los niños van a la escuela sin miedo, y las comunidades florecen.
A los hombres y mujeres de azul que patrullan los vecindarios de todo Estados Unidos, y especialmente en las zonas con gran presencia hispana: los vemos, les damos las gracias y, bajo el liderazgo del presidente Trump, los respaldamos. Juntos, restauraremos la paz, defenderemos el estado de derecho y construiremos un futuro donde cada familia, sin importar su origen, pueda vivir con seguridad y dignidad.
El presidente Trump prometió hacer que Estados Unidos sea un país seguro de nuevo. Y con nuestro apoyo, lo está logrando.
Chris López es coordinador de enlace hispano para America First Works.