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Douglas Murray: Israel no puede permitirse dejar a Hamás en Gaza

El autor británico restó importancia a los esfuerzos extranjeros para poner fin a la guerra antes de tiempo, que, según él, costarían más que llevarla a cabo.

El escritor británico Douglas Murray

El escritor británico Douglas MurrayAFP

Jewish News Syndicate JNS

A pesar de la creciente presión internacional y de los costes de la guerra, Israel no puede permitirse terminar la guerra "con Hamás en el poder de ninguna forma", dijo el intelectual británico Douglas Murray a JNS la semana pasada.

Destacado autor, editor asociado de la revista británica The Spectator y colaborador habitual de The Times y The Daily Telegraph, Murray justificó en una entrevista con JNS la decisión del primer ministro Benjamín Netanyahu de seguir luchando hasta el desmantelamiento de Hamás, y restó importancia a la preocupación de que ello deje a Israel aislado.

"Todo lo que no sea victoria es derrota", afirmó Murray a JNS en una conferencia organizada por la Asociación Judía Europea en Madrid sobre la lucha contra el antisemitismo.

La decisión de Israel este mes de intensificar los combates hasta que Hamás sea desalojado del poder en Gaza ha desencadenado un esfuerzo coordinado dentro de la Unión Europea y fuera de ella para castigar al Estado judío por lo que sus críticos califican de crímenes de guerra.

El lunes, los líderes del Reino Unido, Francia y Canadá publicaron una declaración conjunta en la que amenazaban con "acciones concretas en respuesta" a la guerra. El martes, la Comisión Europea decidió revisar su acuerdo comercial con Israel, alegando preocupación por los abusos contra los derechos humanos.

Según algunos informes, la guerra también está tensando la alianza entre Estados Unidos e Israel, aunque funcionarios de ambos países lo han negado. La presión para poner fin a la guerra antes de lograr su objetivo principal está aumentando, también internamente en Israel. Yair Golan, líder del partido de extrema izquierda Los Demócratas, insinuó el martes que Israel estaba loco, ya que "un país cuerdo no mata bebés como pasatiempo".

Pero "la realidad es que Israel debe llevar esta guerra hasta el final. Cualquier otra cosa invita a la siguiente", declaró Murray en Madrid, donde el director de la Asociación Judía Europea, el rabino Menachem Margolin, le entregó un premio en honor a sus misiones de investigación en Israel y su apoyo al Estado judío.

Murray había cubierto intensamente la guerra de Ucrania cuando, el 7 de octubre de 2023, estalló la guerra entre Israel, Hamás y varios otros proxies iraníes. Posteriormente, el periodista británico pasó semanas en el Estado judío, donde documentó las atrocidades cometidas por Hamás.

El 10 de abril, Murray defendió a Israel en el podcast de Joe Rogan, donde desafió al presentador estadounidense más escuchado del mundo, sobre la percepción de injusticia y pereza al hablar de la guerra de Israel. Ese intercambio tuvo más de cuatro millones de oyentes.

Murray no cree en la continuación de la guerra independientemente de su coste, sino más bien en que este coste es aún asumible, a pesar de los intentos de elevarlo para Israel.

"No a cualquier coste", dijo Murray a JNS sobre las condiciones para continuar la guerra. Tal y como parece ahora, este coste de no desmantelar Hamás puede acabar superando al de poner fin a su reinado, argumentó. "Mantener a Hamás significa otra guerra en algún momento. Así que todo lo que no sea la victoria es la derrota, y no podemos permitirnos una derrota. Es inasequible", afirmó Murray.

La economía israelí está sufriendo las consecuencias de la guerra. El Tesoro israelí se ha visto obligado a imponer este año un recorte salarial del 3% a todos los empleados del sector público.

Sin embargo, el esfuerzo bélico cuenta con un amplio apoyo en Israel.

En una encuesta realizada en marzo por el Canal 14 de Israel, que apoya al Gobierno, el 57% de los encuestados apoyaba la continuación de la guerra en Gaza hasta el desmantelamiento de Hamás, mientras que el 39% se oponía. Pero en una encuesta realizada este mes por el Canal 13, crítico con Netanyahu, el 46% apoyaba el fin de la guerra frente al 39% que deseaba que continuara.

Murray publicó el mes pasado un libro titulado Sobre democracias y cultos de muerte: Israel y el futuro de la civilización. En él plantea que odiar a Israel ha dado a los estudiantes de los campus occidentales una forma de expiar el colonialismo que los académicos de extrema izquierda les han enseñado a asignar a todos los blancos colectivamente.

"Es una proyección psicológica a gran escala: estos estudiantes y académicos asignan a Israel, que es lo contrario de colonialista, sus propios pecados colonialistas percibidos", manifestó.

A pesar de esta dinámica, Murray advirtió contra la sobreestimación de la presión externa ejercida sobre Israel para poner fin a la guerra antes de tiempo.

Hablar de una colisión entre Israel y Estados Unidos a causa de la guerra es "enormemente exagerado", señaló. En cuanto a los críticos de Israel en Europa, Murray reconoció la preocupación por el aislamiento, pero diferenció entre auténticos aliados y críticos habituales. "Perder el apoyo de quienes son partidarios sería un problema. Pero los países que quieren convertir a Israel en un Estado paria lo harán pase lo que pase", afirmó.

El 14 de mayo, el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez calificó por primera vez a Israel de "Estado genocida", durante una sesión de preguntas y respuestas en el Parlamento. Irlanda y Malta también han acusado a Israel de genocidio.

El 11 de mayo, Steve Witkoff, enviado especial de Estados Unidos a Oriente Medio, dijo que "queríamos llevar a los rehenes a casa, pero Israel no parece dispuesto a detener la guerra todavía". Su comentario provocó especulaciones en los medios de que había desacuerdos sobre la guerra entre la Administración Trump y Netanyahu.

"Tomaremos Gaza y nuestro control de seguridad estará allí para siempre", expresó Netanyahu el 12 de mayo, poco antes de anunciar una intensificación de los combates en Gaza.

La intensificación se plantea como la fase final de una guerra que estalló el 7 de octubre de 2023, cuando miles de terroristas dirigidos por Hamás asesinaron a unos 1.200 israelíes y secuestraron a otros 251. Israel afirma haber matado a más de 20.000 terroristas en Gaza desde entonces.

Mientras centristas e izquierdistas se volvían contra Israel desde el 7 de Octubre, políticos de derecha de países europeos clave han abrazado al Estado judío y han pedido medidas duras en sus naciones contra los autores de disturbios antiisraelíes y ataques antisemitas.

Algunas de estas fuerzas emergentes son aliados legítimos y significativos para Israel que los principales medios de comunicación tienden a ignorar para "reforzar la narrativa de que Israel es una nación paria", argumentó Murray. Pero otras son menos directas y no deberían ser acogidas demasiado de cerca por el Estado judío en esta fase, aconsejó.

El primer ministro húngaro Viktor Orbán es uno de los aliados más abiertos de Israel en Europa, y ha bloqueado muchas iniciativas de política exterior contra Jerusalén que requieren consenso dentro de la Unión Europea (UE). Conservador social que se opone a la inmigración, es vilipendiado por muchos en la izquierda y rutinariamente acusado de antisemitismo por su oposición a los proyectos políticos de George Soros, un multimillonario de extrema izquierda que es judío.

En Países Bajos, el político proisraelí y antiislamista Geert Wilders y su Partido por la Libertad reciben acusaciones similares de racismo, a menudo en relación con la condena de Wilders en 2020 por decir que sus votantes quieren menos marroquíes en su país.

Tanto Wilders como Orbán son socios y aliados legítimos de Israel, indicó Murray.

Pero otros partidos de derecha que han abrazado a Israel "no son sencillos", añadió, nombrando al partido Alternativa para Alemania y a Agrupación Nacional de Francia como ejemplos de actores que "tienen problemas".

En febrero, Israel levantó su prolongado boicot a Agrupación Nacional. El cambio se produjo cuando el presidente francés Emmanuel Macron cambió su retórica sobre Israel, impuso un embargo de armas, acusó al Estado judío de "barbarie" y amenazó con rebajar el comercio entre la UE e Israel, así como con reconocer un Estado palestino.

Desde que Marine Le Pen se hizo cargo en 2011 del partido de Agrupación Nacional que fundó su padre, Jean-Marie Le Pen, decenas de activistas han sido expulsados de esa fuerza política por discursos antisemitas y negación del Holocausto. Marine Le Pen acabó echando a su propio padre. Murray no está convencido de que Agrupación Nacional sea un socio legítimo, remarcó.

"Creo que hay que vigilar muy de cerca a la Agrupación Nacional. Y creo que Alternativa para Alemania es mucho más complicada porque es más nueva", dijo.

Los partidarios de Alternativa para Alemania, o AfD, suelen decir que el partido es moderado en comparación con otras fuerzas políticas europeas de la derecha ideológica, pero que se le señala por ser alemán.

Murray reconoció este sesgo y lo justificó, argumentando que no era el resultado de la animadversión o el fanatismo, sino que fluía simplemente de la importancia y el poder de Alemania, y lo que eso podría significar para el resto de Europa.

Israel debería comprometerse con todas esas partes, aunque sin llegar a abrazarlas, expresó.

"No es que haya una solución mágica para Israel. Pero debe mantener abierto el diálogo con todos, porque todos pueden estar en el poder", concluyó.

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