Las grandes empresas estadounidenses planean guardar silencio por el aniversario del siete de octubre, revela un reporte

El próximo siete de octubre se cumplirá el primer aniversario del ataque de Hamás a Israel, lo que desembocó en una guerra entre el grupo terrorista y el Estado judío, como así también en una situación de máxima tensión en Medio Oriente. Mientras se espera que decenas de países se expresen al respecto, de acuerdo con un reporte de Gravity Research, las grandes empresas estadounidenses planean guardar silencio sobre el aniversario. 

Dicha organización realizó recientemente una encuesta, en la que reveló que el 61% de los ejecutivos planea no decir nada sobre los ataques, al mismo tiempo que un 30% no está seguro y aún podría estar sopesando la decisión. 

Solo el 9% planea participar activamente del aniversario, aunque solo con declaraciones internas o eventos del estilo.

A la hora de explicar estos resultados, Joanna Piacenza, vicepresidenta de liderazgo intelectual en Gravity Research, dijo que era más sencillo  "condenar un ataque terrorista que comentar una guerra que dura un año". 

"Además, también estamos viendo que las corporaciones se involucran menos en cuestiones políticas, sociales y culturales que en los últimos cuatro o cinco años, y las marcas están siendo un poco más deliberadas a la hora de decidir si participar en las cuestiones y cuándo hacerlo. Por lo tanto, tiene sentido que nuestros datos realmente apunten a una participación más mínima en el aniversario", añadió. 

Sin embargo, de acuerdo con Axios, es posible que las grandes empresas consideren realizar "publicaciones en redes sociales, campañas de marketing y mensajes internos planificados previamente y programados para la próxima semana". 

En cuanto al activismo en este tipo de empresas, Google despidió a 50 empleados a principio de año por participar en protestas pro-Palestina,  que violaban su código de conducta en el lugar de trabajo. Por lo tanto, la encuesta de Gravity Research parece indicar que la intención es reducir al máximo los incentivos a cualquier tipo de activismo en un entorno laboral.