Soros se pone a la defensiva ante las críticas a los fiscales progresistas que respalda
El magnate defiende la labor de sus protegidos y niega que sus políticas hayan contribuido al aumento del crimen... citando un informe desconocido.
La actuación de los fiscales progresistas está siendo cuestionada, e incluso rechazada por parte de los votantes. Muchos de ellos están siendo financiados abundantemente por parte del magnate George Soros. El especulador ha escrito un artículo en el Wall Street Journal en el que se ve obligado a responder a las críticas a sus protegidos.
El artículo no está encaminado a participar en un amplio debate sobre las causas del aumento de la criminalidad, ya que es una justificación de su política de subsidios: se titula “Por qué apoyo a los fiscales reformistas”. Y da igual cuáles sean los términos de ese debate, Soros ya adelanta que no va a cambiar su forma de actuar: “Me he implicado en los esfuerzos por reformar el sistema judicial-criminal durante los más de 30 años en los que me he dedicado a la filantropía. Lo he hecho de forma transparente, y no tengo intención alguna de dejar de hacerlo”.
Informe fantasma
Soros se defiende diciendo que un estudio realizado en 35 jurisdicciones demostraría que no hay una relación entre la actuación de sus fiscales y el aumento del crimen. El artículo no cita el estudio, por lo que no se pueden comprobar las conclusiones del mismo, algo muy inusual en un artículo publicado en el WSJ.
Pero es precisamente la incidencia del crimen lo que motivó la moción para recusar al fiscal del distrito de San Francisco, Chesa Boudin, y en última instancia su expulsión por parte de los votantes tras tres años de política reformista. En San Francisco, sólo un 7% de los votantes registrados en San Francisco son republicanos. Boudin perdió ante una candidata también progresista, pero que recogía en sus discursos la preocupación de los angelinos por el aumento del crimen.
Reforma policial
Para entender el artículo es necesario traducir a políticas reales algunas de las expresiones que utiliza en él, y que resultan un poco vagas. Así, dice que no se trata de retirar los fondos a la Policía, pero sí de “restaurar la confianza entre la policía y los vigilados”, en referencia a los ciudadanos, se refiere a las medidas de fiscalización de los cuerpos policiales y a la limitación de sus funciones.
El Centro Brennan para la Justicia, partidario de este tipo de medidas, menciona varias de ellas. Minneapolis ha limitado la actuación de la Policía en los colegios. Nueva York le retiró al NYPD la inmunidad para los agentes de policía. Colorado ha hecho lo mismo. Varias ciudades realizan operaciones de limpia de los cuerpos de policía. Se han cambiado los protocolos de uso de la fuerza, se someten al control por parte de la comunidad, articulado por organizaciones sociales y se ha aumentado la investigación sobre sus actuaciones policiales. El resultado, como reconoce el propio George Soros, es que la actuación policial es cada vez menor, lo cual incide en un aumento de la criminalidad.
Reformas sociales
También dice que sus fiscales han seguido una política de “priorizar los recursos del sistema judicial-criminal (sic) para proteger contra los crímenes violentos”. Esto supone dejar de perseguir el crimen de delitos menores. Los fiscales progresistas lo relacionan con la pobreza, y el propio Soros lo explica en su artículo: perseguir los delitos menos graves supone la “criminalización de la pobreza y la enfermedad mental”.
Por eso, Soros quiere que el trabajo de sus fiscales se complemente con otras estrategias de reforma social, como la actuación de psicólogos en zonas conflictivas, llevar a los profesores a las cárceles, o tratar la adicción a las drogas como una enfermedad.