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El detrás de escena del 'One Big, Beautiful Bill': así logró Trump aprobar su megaley

Antes del acto en la Casa Blanca, tuvieron que pasar tuvieron casi siete meses en los que primaron los desacuerdos entre los legisladores republicanos. 

Johnson y Trump en la Casa Blanca/ Brendan Smialowski

Johnson y Trump en la Casa Blanca/ Brendan SmialowskiAFP

Joaquín Núñez
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Si bien los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras del Congreso, aprobar el primer proyecto de ley de Donald Trump no fue una tarea sencilla. Tuvieron que pasar casi siete meses en los que primaron las discusiones internas entre los legisladores del GOP. Dos recientes artículos de The Wall Street Journal y Politico sacaron a la luz ciertos detalles sobre cómo se llegó a que el presidente haya promulgado el 'One Big, Beautiful Bill'

Además de extenso, el proceso se llevó puesto a Tom Tillis (R-NC), quien confirmó que no buscaría la reelección tras anunciar su voto en contra. Similar podría ser la suerte del congresista Thomas Massie (R-KY), a quien el presidente tiene entre ceja y ceja para las elecciones de medio término. 

El proyecto se aprobó inicialmente en la Cámara de Representantes y pasó al Senado, donde sufrió bastantes modificaciones. Esto provocó que su regreso a la Cámara fuera bastante áspero, con hasta 20 congresistas republicanos con dudas. 

Allí comenzaron las negociaciones entre la Casa Blanca y este grupo, que con el correr de los días se iba volviendo más reducido. Entre ellos estaban Ralph Norman, Chip Roy Lloyd Smucker, entre otros. 

Ambos artículos citan la presión que ejerce Trump sobre el partido como una de las causas principales de la disciplina partidaria, aunque también remarcan la aparición de una figura clave en las negociaciones: Russell Vought.

El director de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) es muy respetado por los halcones fiscales de la cámara, por lo que fue fundamental para calmar las aguas en los momentos finales. "Vought acudió al Capitolio para hablar sobre los problemas de gasto con los miembros", subrayaron desde el WSJ, remarcando que su tarea fue la de "discutir directamente con los miembros las cuestiones relacionadas con el gasto". 

"Entre las reuniones en la Casa Blanca, las visitas del director de Presupuesto, Russ Vought, y otros funcionarios clave de la Casa Blanca, y la llamada de Trump al guardarropa republicano durante la noche, obligaron a los partidarios de la línea dura a dar el sí", sumaron desde Politico. Este grupo de republicanos espera que las garantías fiscales del director de la OMB se reflejen en los próximos meses. 

A Vought se sumó por supuesto Mike Johnson, quien finalmente logró unir las voluntades de los halcones fiscales y de los republicanos moderados de estados azules. 

En el Senado el jugador clave fue el propio Thune, quien tuvo que convencer a una indecisa Lisa Murkowski (R-AK), quien incluso siguió criticando al proyecto de ley aun después de votar a favor. La senadora de Alaska logró una serie de concesiones para su estado antes de evitar que la ley se estanque en la Cámara Alta. 

Además de las habilidades de negociación de Johnson y Thune, Trump levantó el teléfono en la recta final, e incluso habló con Massie, a quien venía atacando públicamente. Al unísono, intercambiaba alientos con algunos mensajes más duros en Truth Social. 

Otro senador que hubo que convencer fue Ron Johnson (R-WI), quien previamente había sido muy duro con la primera legislación del presidente. De a poco y conforme se iba acercando la fecha de votación, el republicano de Wisconsin fue moderando su tono hasta terminar votando con la mayoría. 

"Las vagas promesas y los halagos de Trump dieron sus frutos cuando la Cámara aprobó la legislación el jueves por la tarde, lo que resaltó su férreo control sobre el Partido Republicano. Solo dos republicanos de la Cámara y tres senadores republicanos votaron en contra. Fue el último ejemplo de cómo las amenazas de disidencia republicana se desvanecieron nante la popularidad de Trump dentro del partido", señalaron desde el WSJ

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