ANÁLISIS
2024, el principio del fin de la tiranía woke
La victoria de Donald Trump en EEUU certifica el cansancio de la población con la cultura de izquierda radical, acosada además por informes médicos y científicos publicados durante el año que acaba que desmontan sus principales postulados.
"EEUU es donde el wokismo va a morir". Parafraseando -y adaptando a escala nacional- la celebrada frase de Ron DeSantis durante su toma de posesión como gobernador de Florida tras arrasar en las midterms de 2022, la victoria de Donald Trump el pasado noviembre convierte al país en el principal frente de batalla contra la cultura radical de izquierda. Una guerra en la que, como evidenció la apabullante derrota de Kamala Harris en noviembre, los ciudadanos cada vez están más hartos de los postulados progres, desmontados además sin piedad por informes médicos y científicos.
No es casualidad que muchas de las primeras órdenes ejecutivas que Trump se ha comprometido a firmar apenas jure el cargo tengan que ver con arrancar el wokismo de las instituciones. Así, la prohibición de las operaciones trans ("mutilación genital de menores" en sus propias palabras), o los tratamientos hormonales están entre sus prioridades al nivel del cierre de la frontera, las deportaciones masivas o medidas para recuperar la economía.
Política
Las 10 primeras órdenes ejecutivas de Donald Trump nada más jurar como presidente
Israel Duro
Los demócratas, partidos en dos entre detractores y defensores del wokismo
El mismo Partido Demócrata se encuentra partido en dos entre quienes defienden mantener el legado radical de la Administración Biden-Harris y quienes denuncian la deriva de la formación, que les ha alejado de la realidad de los votantes para centrarse en los postulados woke, a los que acusan de haber provocado su derrota.
La batalla de la economía para liberarse del wokismo
La victoria de Trump también ha acelerado la ruptura de las grandes y pequeñas empresas con las políticas DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión). Ya antes de la victoria republicana, el Tribunal Supremo hirió de muerte estas iniciativas con su fallo de 2023 contra la aplicación del principio de "discriminación positiva" racial en Harvard o la Universidad de Carolina del Norte.
Sociedad
Las políticas DEI, sentenciadas: compañías y administraciones las eliminan de sus estructuras
Alejandro Baños
Uno de los principales frentes de Donald Trump y su equipo vendrá por el wokismo medioambiental. Las promesas de Trump de acabar con la agenda verde de Biden enfrentará la resistencia con uñas y dientes de los principales gobernadores demócratas, encabezados por Gavin Newsom en California o Gretchen Whitmer en Michigan, que han hecho de las energías renovables y la persecución de los combustibles fósiles una de su grandes banderas.
Los científicos desmontan las mentiras de base de la ideología woke
Pero el político y el jurídico no son los únicos que tienen a la cultura woke contra las cuerdas. De hecho, seguramente el que más daño ha hecho han sido los repetidos informes científicos y médicos que han desmotado la presunta base real que la sostenía, desnudando sus mentiras para denunciar una pura ideología radical dañina especialmente para los menores a los que provoca efectos irreparables en su organismo para siempre.
Entre todos, sin duda el que más daño ha hecho a sus postulados fue el informe Cass en Reino Unido, que llevó al Gobierno conservador a prohibir los tratamientos trans en menores. Una medida que los laboristas han mantenido dada la contundencia de la investigación de la doctora que da nombre al estudio. Escocia siguió sus pasos poco después.
En casa, el Tribunal Supremo comenzó a finales de año las vistas en el caso que podría suponer el Dobbs para los tratamientos trans en EEUU. Tras la primera jornada, la mayoría de los jueces se mostraron críticos y se remitieron a los informes científicos, siendo los únicos argumentos de la defensa y las jueces progresistas la retórica y la ideología.