La campaña de McCormick y el GOP de Pensilvania demandan a los condados que insisten en contar votos irregulares
Varios condados cuentan con el apoyo del secretario de Estado de Josh Shapiro para desafiar una sentencia de la Corte Suprema estatal que rechaza los votos con datos incorrectos o con casillas incompletas. 26.000 votos separan al vencedor McCormick de Casey y aún 80.000 estarían en juego.
Autoridades de condados demócratas de Pensilvania han admitido que aceptan votos ilegales, en contra de lo que la Justicia del estado dictó en estas elecciones de 2024. Las autoridades de varios condados esperan así revertir el resultado de la carrera por un puesto en el Senado entre Dave McCormick y Bob Casey.
En relación a todos estos incidentes, el equipo de campaña de McCormick y el Comité Nacional Republicano han pedido a la Corte Suprema de Pensilvania que reafirme su sentencia. En un comunicado, el presidente del Partido Republicano de Pensilvania, Lawrence Tabas, afirmó: "Lo que está ocurriendo en estos condados es una absoluta ilegalidad".
La campaña de McCormick demandó por separado al condado de Bucks para impugnar la decisión de la junta electoral del condado de contar 405 de esas papeletas. Las demandas contra el condado de Center y Filadelfia estaban previstas el jueves por la noche, dijeron los abogados republicanos.
Mientras, la campaña del demócrata Casey y el Departamento de Estado de Pensilvania han respondido con mociones legales que argumentan que los condados deben ser dejados en paz y que la Justicia no tiene por qué intervenir, ya que los desafíos se abren camino a través del proceso de apelación.
Los demócratas ignoran a la Justicia
Las alegaciones fueron recogidas por el Philadelphia Inquirer, quien entrevistó a varios oficiales de condados de Pensilvania, que siguen contando los 80.000 votos que faltan para llegar al 100% escrutado.
En Pensilvania, el republicano McCormick ha obtenido una ventaja y ha sido declarado ganador en la proyección de AP con un margen de cerca de 26.000 votos frente al demócrata Bob Casey. Los votos que faltan por escrutar representan poco más del 2% del total.
Pero lo demócratas rechazan en aceptar la derrota y continúan guardando esperanza en que Casey salga vencedor y sobrepase ese margen de 26.000 votos que le separan de McCormick. Para esto, algunos funcionarios demócratas están contando votos que han sido depositados de forma incorrecta, incompleta o irregular. Esto supone ignorar por completo las sentencias de la Corte Suprema de Pensilvania.
La Justicia de Pensilvania dictaminó antes de las elecciones que los votos por correo que carecieran de las firmas o fechas requeridas formalmente no debían incluirse en los resultados oficiales. En los condados de Bucks, Centre y Montgomery es donde los demócratas estarían ignorando la sentencia.
"Creo que todos sabemos que el precedente de un tribunal ya no importa en este país", dijo la comisionada del condado de Bucks, la demócrata Diane Ellis-Marseglia, al Philadelphia Inquirer. El pasado jueves, esta demócrata votó a favor del recuento de ciertas papeletas provisionales deficientes, previamente prohibidas por orden judicial, en las que los votantes no firmaron en una de las dos casillas necesarias.
"La gente viola las leyes cuando quiere", añadió Ellis-Marseglia. "Así que, para mí, si violo esta ley es porque quiero que un tribunal preste atención. No hay nada más importante que contar votos". Estos demócratas aseguran que desobedecer la sentencia es respetar el derecho constitucional de aquellos que depositaron sus votos incorrectamente.