Trump intensifica su campaña en Pensilvania para conquistar a los demócratas descontentos

Donald Trump, consciente de la importancia crucial que Pensilvania tiene en su camino hacia la Casa Blanca, convirtió el condado de Luzerne en un bastión estratégico de su campaña. En este condado, caracterizado por su clase trabajadora y su historia demócrata, Trump celebró su quinto mitin en el Mohegan Sun Arena, un estadio que se ha convertido en un símbolo de su estrategia para revertir el dominio demócrata en el estado.

El resurgimiento republicano en territorio demócrata

El exmandatario ha centrado sus esfuerzos en movilizar a los votantes descontentos con las políticas del Partido Demócrata, especialmente aquellos que han visto cómo las industrias del acero, el carbón y la manufactura han decaído o se han trasladado al extranjero. Para muchos de estos votantes, que alguna vez fueron sindicalistas demócratas, las promesas de Trump de revitalizar la economía local y su discurso anti-globalización resuenan profundamente.

Stephen Kotch, un demócrata registrado y empleado jubilado, es un ejemplo de esta tendencia. "Estoy harto de que el Partido Demócrata se haya vuelto tan liberal", declaró Kotch tras salir de la sede del Partido Republicano en Luzerne, quien votó por Trump en las dos últimas elecciones. Este cambio en la lealtad política de votantes como Kotch ha sido un factor clave en la creciente influencia republicana en áreas que anteriormente eran bastiones demócratas.

El desafío en Filadelfia y más allá

Aunque Joe Biden ganó el condado de Filadelfia por un amplio margen en 2020, su victoria en todo el estado fue por un estrecho margen de 81.000 votos. Trump cree que, aumentando su apoyo en áreas como Wilkes-Barre, podrá repetir su victoria en Pensilvania, un estado que fue clave en su triunfo de 2016.

Neil Makhija, un comisionado demócrata del condado de Montgomery, reconoció la amenaza que representa Trump: “Ahí es donde va a desbancar a los demócratas, seguro”. La batalla por Pensilvania no solo se juega en los grandes centros urbanos, sino también en los condados obreros y rurales, donde Trump sigue siendo una figura poderosa.

Un estado en juego

Con las elecciones en el horizonte, la lucha por Pensilvania se intensifica. Los republicanos ven una oportunidad real de expandir su influencia en el estado, mientras que los demócratas enfrentan el desafío de retener un terreno históricamente suyo. En este contexto, las visitas de Trump a lugares como Wilkes-Barre no son solo mitines de campaña, sino parte de una estrategia más amplia para conquistar el corazón del estado y, con él, la Casa Blanca.

Contraofensiva en Pensilvania

Conscientes del desafío que representa Trump en Pensilvania, los demócratas no han permanecido inactivos. La vicepresidente Kamala Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, tienen programadas visitas al oeste de Pensilvania, una región que ha experimentado un cambio significativo hacia el Partido Republicano.

Sin embargo, la posición de Harris en temas como el fracking (o fracturación hidráulica), una técnica clave en la extracción de gas natural en el estado, ha generado escepticismo entre algunos votantes. Dawn McIntyre, una residente del condado de Luzerne, expresó su desconfianza: "Está cambiando de postura sólo para ser elegida", refiriéndose a la anterior oposición de Harris al fracking.