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Desmontando a Kamala Harris: ¿heroína o fiasco?

La vicepresidente se apresura a presentar su candidatura para aprovechar el vacío dejado por Biden y el desasosiego de los demócratas, pese a que su figura no mejora las estadísticas del presidente y su trayectoria cuenta con importantes fiascos, como el control de la frontera o sus números como fiscal.

Biden levanta la mano de Kamala en el balcón de la Casa Blanca.

Biden levanta la mano de Kamala en una foto de archivo.UPI / Cordon Press

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Kamala Harris se ha convertido en una paradoja para el Partido Demócrata. Pese a contar con peores índices de popularidad que el saliente Joe Biden, es la favorita para ocupar su lugar como candidata para enfrentarse a Donald Trump en noviembre. Pese a que formaba parte de un Ejecutivo cuestionado, en el que su única responsabilidad en el gobierno era ser zarina de la frontera -cuya desastrosa gestión es uno de los principales fracasos de la Administración actual- se le quiere presentar como algo renovador. Y sobre todo, su llegada puede suponer la ansiada unidad de los políticos y votantes de izquierda detrás de un aspirante... o desatar una guerra civil entre las principales familias de la formación

La vicepresidente parte de una posición ventajosa como excompañera de ticket de Biden para conseguir una antigua aspiración que no logró por sí misma hace cuatro años cuando participó en las primarias demócratas. De hecho, la mejor puntuación que los sondeos le otorgaron entonces fue del 15%, aunque acabó desplomándose hasta un paupérrimo 3% con el que dio por finalizada su carrera. En la actualidad, sus números tampoco son para tirar cohetes, y las encuestas no le dan ninguna posibilidad de ganar a Trump, pese a que el desmoronamiento de Biden le ha permitido, al menos, superar las estadísticas del actual presidente en algunas proyecciones electorales.

La campaña de Kamala apura para sacar partido del desasosiego demócrata

El desasosiego y desánimo de las filas demócratas juegan a favor de la nominación de Harris como candidata, puesto que el pesimismo que se ha infiltrado entre los simpatizantes del partido azul desde el cara a cara de Trump y Biden ha creado una sensación de orfandad y fatalidad frente a Trump que les urge compensar. No obstante, y a pesar de que su equipo se apresuró a explotar de manera magistral esta vía tras el anuncio del presidente -como apuntó el exasesor de Obama David Axelrod en su cuenta de X- quizá ni siquiera esto sea suficiente, puesto que familias tan importantes como los Obama no han bendecido su elección sin más y piden "la nominación de un candidato extraordinario", mientras que otros, como Nancy Pelosi o los líderes demócratas en el Congreso, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries guardan silencio.

Y es que, fuera de rellenar rápidamente el vacío de Biden, Kamala no tiene grandes argumentos para que poderosos e influyentes gobernadores, asesores, medios y votantes se alineen detrás de ella. Como se dijo arriba, su intento de lograr la candidatura por sí misma fue un rotundo fracaso. La función de zarina de la frontera que le encomendó el presidente ha resultado un verdadero desastre, con el récord de inmigrantes ilegales en el país, el fentanilo inundando los estados y los cárteles marcando su ley casi con total impunidad.

Los escándalos de Kamala como fiscal 

Durante su anterior campaña, alguno de sus rivales, como la exdemócrata Tulsi Gabbard, sacaron a la luz varios de sus principales fiascos en su carrera como fiscal. En el debate de precandidatos de CNN, Gabbard aprovechó su turno para atacar uno de los puntos de los que "más orgullosa" decía sentirse Kamala, sus registros: 

"La senadora Harris dice que está orgullosa de su historial como fiscal y que será fiscal presidenta. Pero estoy profundamente preocupada por este historial. Hay demasiados ejemplos para citar, pero metió a más de 1.500 personas en la cárcel por infracciones relacionadas con la marihuana y luego se rió de ello cuando le preguntaron si alguna vez había fumado marihuana".

Además, e incluso más grave, y que muchos apuntan como los puntos clave para la caída de su candidatura: "Bloqueó pruebas: bloqueó pruebas que habrían liberado a un hombre inocente del corredor de la muerte hasta que los tribunales la obligaron a hacerlo. Mantuvo a personas en prisión más allá de sus sentencias para utilizarlas como mano de obra barata para el estado de California y ella luchó para mantener el sistema de fianzas, lo que impacta en la gente pobre en la peor manera posible".

"Fiscal contra delincuente convicto", eslogan de la campaña de Kamala

Curiosamente, y a pesar de estas cifras, el equipo de Kamala pretende utilizar su pasado como fiscal como arma electoral contra Trump bajo el eslogan: "fiscal contra delincuente". Un punto que la senadora Elizabeth Warren -una de las que suena como posible vicepresidente por su cercanía a Harris- destacó en su mensaje de apoyo a su candidatura:

Kamala, una vida "en las trincheras de la Fiscalía"

A pesar de que sus últimos años antes de ser vicepresidenta los pasó en el Senado, Harris ha desarrollado la mayor parte de su carrera "en las trincheras de la Fiscalía", como apunta su biografía en la página web de la Fiscalía General de California, por donde trabajó entre 2011 y 2017. Antes, entre 1990 y 1998, realizó su labor en la Fiscalía del condado de Alameda, donde se especializó en casos de agresión sexual a menores. Como ayudante del fiscal del distrito, también llevó casos de homicidio y robo.

​En 1998, Harris fue nombrada fiscal jefe de la Unidad de Delincuencia Profesional de la Fiscalía del Distrito de San Francisco, donde se ocupó de los casos de "tres strikes" y de los autores de delitos graves en serie. Posteriormente, fue jefa de la División de Familias y Niños de en la misma oficina, en la que entre 2004 y 2010, se convirtió en la primera fiscal de distrito de la historia la ciudad.

​Precisamente la baza de ser la "primera mujer en" será otro de sus principales argumentos. Su cacareado "primera mujer negra y de origen asiático" ha sido una constante en sus luchas por alcanzar puestos relevantes y en la vicepresidencia. 

La elección de Kamala radicalizaría aún más a los demócratas sobre el aborto

Si hay un asunto en el que la vicepresidente siempre se ha mostrado activa ha sido el aborto. Desde su feminismo radical, se convirtió en la espada de la Administración en las críticas contra la anulación de Roe vs. Wade y en la campaña por legislar para superar la sentencia del Tribunal Supremo. Una de las iniciativas de la campaña Biden-Harris era precisamente conseguir una mayoría suficiente en ambas cámaras del Congreso para poder hacerlo. Una iniciativa que priorizará Harris en solitario.

De hecho, su respuesta al discurso de J.D. Vance en la Convención de la RNC dejó clara su postura: "No pueden afirmar que defienden la unidad si pretenden arrebatar la libertad reproductiva al pueblo y a las mujeres de Estados Unidos, intentando prohibir el aborto en todo el país... y restringir el acceso a la fecundación in vitro y a los anticonceptivos".

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