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Los demócratas hacen lo que sea para evitar que Trump sea el presidente

En un veredicto histórico, un jurado de Manhattan halló culpable al expresidente.

Juicio contra Trump en Nueva York

(AFP)

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En una histórica decisión, un jurado de Manhattan declaró culpable al expresidente Donald Trump. El nivel de descaro del juez Juan Merchan y del fiscal Alvin Bragg al llevar a cabo este juicio pasará a la historia como uno de los puntos más bajos de la Justicia de este país. El caso es tan absurdo que incluso vimos a expertos legales y a periodistas abiertamente demócratas reconocer que semana tras semana la Fiscalía perdía toda credibilidad. Incluso el New York Times publicó un ensayo en el que se tildaba de “vergüenza” y “error histórico” este caso contra el expresidente.

El fiscal Bragg decidió ignorar las decisiones, tomadas hace años, por el Departamento de Justicia, la Comisión Federal Electoral y por su predecesor, de no presentar cargos contra Trump y, casualmente, tan solo unos meses antes de las elecciones, Bragg revive un hecho que ocurrió hace ocho años y convierte una acusación por un delito menor -el de falsificar registros- en un delito grave. La teoría del segundo delito grave era necesaria porque después de haber pasado tanto tiempo los delitos menores ya prescribieron, de modo que la única forma de revivir el caso era afirmar que el primer delito se cometió para encubrir un segundo delito grave.

El asunto fue tan descarado que hasta el final del juicio muchos abogados ni siquiera entendían cuál era ese segundo delito grave. Lo cual constituye una clara violación a la ley, todo acusado debe saber con claridad de qué se le acusa. Pero la responsabilidad de este día oscuro para la Justicia americana no recae solo sobre el fiscal, sino también sobre el juez Merchan, que hizo hasta lo imposible para que Trump fuera hallado culpable. Cuando llegó el crucial momento de las instrucciones a los jurado, Merchan no solo no aclaró cuál era ese delito grave, sino que le dijo a los jurado que no tenían que estar de acuerdo en cuál era el delito, y les dio hasta tres opciones de delitos por los que podrían considerar culpable a Trump.

Muchos creyeron que ante tanto atropello de la ley, y con un testigo estrella que incluso mintió durante las audiencias y que terminó su testimonio reconociendo que robó decenas de miles de dólares a Trump y que ha hecho millones en podcasts y libros sobre su historia con Trump, al menos uno de los jurados iba a impedir que Trump fuera hallado culpable. Pero parece que Merchan hizo bien su trabajo de lograr, a toda costa, que Trump fuera hallado culpable. Algunos dirán que no solo es mérito del juez, sino que encontrar un jurado imparcial en Manhattan, que es profundamente liberal, era simplemente imposible.

Los demócratas han logrado hoy lo que querían, ponerle a Trump la etiqueta de "convicto", y con eso intentar salvar a un Joe Biden que se hunde cada vez más en las encuestas, perdiendo votos sobre todo en los grupos clave para Partido Demócrata, afrodescendientes, hispanos y jóvenes, y que además está perdiendo en los seis estados púrpura. Tal vez lo que no midieron bien los demócratas es que este ataque tan descarado, no solo a trump, sino al sistema judicial y a la inteligencia de los americanos, podría tener el resultado contrario. Después de todo, vimos cómo Trump subía en las encuestas tras cada nueva acusación en su contra. El 5 de noviembre veremos qué dicen los americanos sobre lo que ha ocurrido hoy y sobre la Administración Biden.

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