Ensayo en el New York Times: el caso del fiscal Bragg contra Trump es un “error histórico”

“Este caso sigue siendo una vergüenza para la ética procesal y un aparente enjuiciamiento selectivo”, escribió el profesor de derecho Jed Handelsman Shugerman.

En un contundente ensayo publicado en el diario The New York Times este martes, Jed Handelsman Shugerman, profesor de derecho de la Universidad de Boston, criticó al fiscal de Manhattan Alvin Bragg por presentar un caso contra el expresidente Donald Trump que consideró “una vergüenza” y un “error histórico”.

De acuerdo con la explicación de Shugerman, el fiscal Bragg acusó a Trump de falsificar registros comerciales, un delito que se considera menor, pero para elevarlo a un caso penal la Fiscalía de Manhattan hiló fino para acusar al expresidente de posibles violaciones de la ley electoral federal y el fraude fiscal estatal por la falsificación del registro de un supuesto pago a la actriz del cine para adultos Stormy Daniels, a quien supuestsmente se le compró su silencio en la campaña presidencial de 2016.

Según Shugerman, el caso de Bragg luce, a simple vista, débil y endeble, especialmente porque la Fiscalía falló en su enfoque para acusar al expresidente.

Para el profesor de derecho, la Fiscalía debió basar su caso no en “el delito”, sino “el encubrimiento”.

“La razón tiene que ver con esos registros comerciales supuestamente falsificados: la mayoría de ellos se introdujeron a principios de 2017, generalmente antes de que el señor Trump presentara su informe de la Comisión Federal Electoral ese verano. El Sr. Trump puede haber previsto una investigación sobre su campaña, lo que llevó a sus registros financieros”, escribió Shugerman. “El Sr. Trump puede haber registrado falsamente estos registros internos antes de la presentación ante la F.E.C. como parte consciente del mismo fraude: para crear un rastro de papel consistente y ocultar la intención de violar las leyes electorales federales, o defraudar a la F.E.C.”

Sin embargo, el profesor dijo que “ninguno de los documentos presentados por el fiscal de Manhattan o la declaración de apertura de hoy insinúan siquiera este enfoque”, que, según detalló, también enfrentaría sus propios desafíos legales.

En cambio, Shugerman escribió que el fiscal de Manhattan adoptó una débil teoría de “interferencia electoral”, que fue descrita por el juez Juan Merchan como una acusación de falsificación de registros comerciales “para ocultar un acuerdo con otros para influir ilegalmente en las elecciones de 2016”.

En ese sentido, el profesor sentencia: “Para comprobar la realidad: es legal que un candidato pague por un acuerdo de confidencialidad”.

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Posteriormente, el académico describió tres problemas para Bragg y sus fiscales al intentar juzgar un delito federal en un tribunal estatal.

La primera es, según Shugerman, “la extralimitación”, porque no existe un caso previo donde un “fiscal estatal se basara en la Ley Federal de Campaña Electoral”.

El segundo problema es que los fiscales no citaron precedentes judiciales relacionados con el estatuto penal en cuestión cuando la defensa de Trump argumentó “que el estatuto de Nueva York requiere que el delito determinante (subyacente) también debe ser un delito de Nueva York, no un delito en otra jurisdicción”.

Por último, el profesor de derecho escribió que ningún precedente de Nueva York ha permitido una interpretación de defraudar al público en general, como arguyen los fiscales en su controvertido caso.

“Los expertos legales han señalado que una teoría tan amplia de ‘interferencia electoral’ no tiene precedentes, y una condena basada en ella puede no sobrevivir a una apelación estatal”.

Afianzándose en su punto sobre que la acusación de Bragg es un error histórico, el profesor señaló que es lógico y razonable preguntarse si el caso se trata más de la política de Manhattan que de la ley de Nueva York, advirtiendo sobre el peligro de que aumenten los abusos procesales en Estados Unidos.

Finalmente, en su conclusión Shugerman escribió que ambas partes tienen derecho a presentar sus argumentos en los tribunales, señalando que es un caso más que complicado para la Fiscalía.

“Este caso sigue siendo una vergüenza para la ética procesal y un aparente enjuiciamiento selectivo. Sin embargo, cada parte debería tener su momento en los tribunales”, escribió Shugerman. “Si es declarado culpable, Trump puede luchar muchos otros días —y tal vez ganar— en los tribunales de apelaciones. Pero si la apertura del lunes es un anticipo de acusaciones exageradas, teorías legales imprecisas y problemas persistentemente no abordados, es posible que los fiscales no obtengan ninguna condena”.