La ONU premia al terrorismo palestino
Claramente, hay muchos que están más interesados en demonizar a Israel que en apaciguar el sufrimiento de los gazatíes. Los resultados son y serán estrepitosos para el mundo libre, salvo para aquellos que quieren acabar con él.
Tras la masacre del 7 de octubre, perpetrada por las bestias salvajes de Hamás y otras organizaciones terroristas palestinas, como así también demasiados civiles (racistas asesinos que no pertenecen oficialmente a un grupo determinado), ha llegado el momento de la premiación por parte de la ONU, la Unión Europea y, en alguna medida, la Administración Biden.
Evidentemente, para una parte del mundo, no solo no se debe castigar a los violadores de mujeres, degolladores de bebés y asesinos de familias enteras, sino también es necesario mimarlos con premios porque las víctimas fueron judías, o residían en el Estado judío, o se encontraban de visita allí.
Recientemente, Josep Borrell, el representante para Política Exterior de la Unión Europea (UE), aseguró que desde el Gobierno de España le confirmaron que el reconocimiento del Estado palestino -por parte de algunos países que forman parte de la UE- se producirá el día 21 de mayo.
Vaya dupla la que conforman los socialistas Borrell y el presidente de España Pedro Sánchez, ¿verdad? El primero, que nos tiene acostumbrados a condenar a Israel por defenderse del terrorismo genocida, no tiene ningún problema con el hecho de que Irán quiera destruir al Estado judío. “Hay que vivir con eso”, expresó hace algunos años, dando a entender que su intolerancia es selectiva. Y Sánchez, el presidente que aún ostenta el poder por maniobras políticas inmorales y que tiene muchas explicaciones que dar en España por un caso de corrupción en el que está envuelta su esposa, se atrevió criticar la respuesta israelí tras la brutal masacre y a anunciar que reconocería un Estado palestino. Por lo tanto, ¿sorprende que ambos aliados del terrorismo islamista premien al terrorismo islamista?
Pero los premios para los asesinos y violadores no terminan allí. Como no podía ser de otra manera, la ONU, liderada por António Guterres, quien supo justificar la masacre perpetrada por Hamás, no quiso quedar fuera de la premiación.
La Asamblea General de las Naciones Unidas votó a favor de recomendar la adhesión de Palestina a la ONU y su reconocimiento. La resolución, que es una victoria para el terrorismo palestino, fue aprobada con 143 votos a favor, nueve en contra y 25 abstenciones. El resultado demuestra que la mayoría de los Gobiernos entiende que se debe premiar a aquellos que cometen atrocidades contra los judíos o contra cualquiera que se atreva a convivir o compartir un festival de música con ellos. No hay otra explicación posible.
Y por si eso fuera poco, la organización UN Watch denunció que los empleados de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés) están robando y vendiendo materiales de ayuda humanitaria destinados a los necesitados en Gaza. Y eso es lo que hacen en su tiempo libre, cuando no están adoctrinando en el odio a los niños palestinos, incitando a asesinar a los judíos o participando en actividades terroristas.
Y si esperaban que el Gobierno estadounidense tomara medidas opuestas a aquellas tomadas por la UE y la ONU, dos organizaciones que combinan la cobardía, el oportunismo y el antisemitismo, lamento comunicarles que se decepcionarán. La Administración Biden no sólo bloqueó el envío de armas a Israel por su oposición a la incursión en Rafah -el último bastión de Hamás en Gaza-, sino también emitió una exención de sanciones para permitir la venta de armamento a algunos países árabes aliados del terrorismo, como Qatar y el Líbano.
El senador republicano Ted Cruz manifestó que “la política exterior de la Administración Biden va precisamente al revés. Joe Biden es el mejor amigo que Irán, Hezbolá o Hamás podrían tener”. Touché.
Seguramente, muchos pensarán que en realidad todos estos reconocimientos no están dirigidos a Hamás, sino a la Autoridad Palestina que gobierna en la Ribera Occidental y que está liderada por el partido Fatah, de Mahmud Abás, el moderado que justificó el Holocausto por la relación de los judíos con “la usura y el dinero”. Otros pueden pensar que en realidad se trata de un gesto hacia los civiles palestinos ¿A qué civiles se refieren? ¿A aquellos que ingresaron a Israel el 7 de octubre para cometer las mismas atrocidades que los terroristas, digamos, oficiales, o bien a los que justificaron la masacre, que representan a la gran mayoría de los inocentes civiles palestinos?
Dor Shahar, un exresidente de Gaza que se convirtió al judaísmo y actualmente vive en Israel, dijo en declaraciones para Voz Media que un 99% de los gazatíes apoyan el terrorismo. De todos modos, el Estado judío cumple con el derecho internacional en la guerra, mientras Hamás y otros grupos terroristas usan a estos civiles como escudos humanos. Aparentemente, según una buena parte del mundo, este accionar también merece ser premiado.
De cualquier modo, el hecho de premiar a Palestina con diversos reconocimientos en este momento es una burla a las víctimas de la masacre del 7 de octubre y a tantas otras del terrorismo islamista, además de ser un acto extremadamente cínico y oportunista en el que no queda claro cuál sería el beneficio de semejante medida y, como vimos, tampoco se entiende a quién está dirigida, ya que como bien dice Mossab Hassan Yousef, hijo de un exfundador de Hamás que critica duramente al terrorismo islamista, Palestina está conformada por diversas tribus que se odian entre sí, y que si no fuera por Israel, estarían matándose unas con otras.
Claramente, hay muchos que están más interesados en demonizar a Israel que en apaciguar el sufrimiento palestino. Los resultados son y serán estrepitosos para el mundo libre, salvo para aquellos que quieren acabar con él.