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ANÁLISIS

Todo lo que hay que saber sobre el cambio horario

Les contamos qué significa para el organismo el que los relojes recuperen una hora, si sucede en todos los estados, así como los orígenes y el por qué de una medida en el punto de mira de los expertos.

Una persona sostiene una bombilla frente a la luz solar

Una persona sostiene una bombilla frente a la luz solarPexels

Israel Duro
Publicado por

La madrugada del domingo 2 de noviembre, los relojes han vuelto atrás una hora como consecuencia del fin del horario de verano. Sin embargo, a pesar de la aparente ventaja de poder descansar 60 minutos más un día, ¿sabe qué supone para nuestro organismo el cambio horario? ¿Todos los estados lo aplican? ¿Desde cuándo se realiza y por qué? En este artículo les contamos todo lo que hay que saber sobre una medida en el punto de mira de los expertos.

A las 2 a.m. del domingo 9, los relojes de casi todos los ciudadanos volvieron a la 1 a.m. como consecuencia del fin del horario de verano. Se trata de una medida que busca optimizar el uso de la luz solar tras el estío. No será hasta el segundo domingo de marzo de 2026 (el día 8 en este caso) cuano los relojes volverán a robarnos una hora.

Aunque sobre el papel suena todo muy bonito, se trata de una medida que está recibiendo cada vez mayor contestación en todo el mundo, con múltiples países estudiando su eliminación en un futuro próximo por las desventajas que señalan los expertos:

¿Qué supone el fin del horario de verano para nuestro organismo?

Además de la posibilidad obvia de descansar una hora extra durante la noche del cambio, nuestro organismo sufre repercusiones como consecuencia  del doble cambio horario durante el año. Varios grupos vinculados a la salud, como la Asociación Médica Americana y la Academia Americana de Medicina del Sueño, llevan desde hace mucho llamando a que se mantenga inamovible el horario estándar durante todo el año.

Una nueva investigación de la Universidad de Stanford refuerza esta conclusión y apunta que cambiar de un horario a otro es la peor opción para nuestra salud. De acuerdo con el estudio, mantener cualquiera de los dos horarios inamovible sería más saludable, aunque mantener fijo el horario estándar permanente sería algo mejor, puesto que "se ajusta más al sol y a la biología humana", el llamado ritmo circadiano.

«La mejor manera de verlo es como si el reloj central fuera el director de una orquesta y cada uno de los órganos fuera un instrumento diferente», explicó al LA Times Jamie Zeitzer, codirector del Centro de Ciencias del Sueño y Circadianas de Stanford.

"Más luz por la mañana y menos por la noche es la clave para mantener ese ritmo en horario, con todos los instrumentos en armonía". Si el el reloj se ve alterado de manera regular por cambios horarios u otras razones, "cada uno de los sistemas orgánicos del cuerpo, como el sistema inmunológico o el metabolismo, simplemente funciona un poco menos bien", apunta el experto.

¿Cómo afecta la luz a nuestro organismo?

El cerebro humano tiene un reloj interno que se ajusta según la exposición a la luz solar y la oscuridad. Se trata del ritmo circadiano, que tiene un ciclo de unas 24 horas y es el que determina cuándo nos da sueño y cuándo estamos más alerta. Sin embargo, este ciclo varía de acuerdo con la edad y los cambios del cuerpo. Es decir, que es una de las razones por la que los inagotables y madrugadores niños se convierten en adolescentes dormilones para quienes levantarse de la cama supone un Everest diario.

La luz matutina es la encargada de restablecer el ritmo. La segregación de melatonina aumenta con la oscuridad, provocando somnolencia. Por ello, demasiada luz por la noche, ya provenga de la luz natural, luz artificial, o incluso por la exposición a las pantallas retrasa la subida de los niveles de esta hormona en el organismo y rompe el ciclo.

Las consecuencias van más allá de la mera alteración del sueño, puesto que el ritmo circadiano también influye en la frecuencia cardíaca, la presión arterial, las hormonas del estrés y el metabolismo. 

De hecho, varios estudios han descubierto que los problemas provocados en el sueño son el origen de más accidentes de tráfico, generan un mayor riesgo de diabetes e incluso un mayor riesgo de sufrir ataques cardíacos. Esto sería consecuencia de una ausencia prolongada de sueño, que va más allá de la simple sensación de aturdimiento. Entre otras cosas, puede desincronizar la conexión entre el reloj interno del cuerpo y el sol, algo que es especialmente común entre los trabajadores por turnos.

¿Todos los estados cambian de horario?

La inmensa mayoría de los estados siguen lo recogido en la Ley de Hora Uniforme, aprobada en 1966, que impuso la hora estándar en todo el país dentro de las zonas horarias establecidas. De acuerdo con esta norma, todos los relojes adelantan una hora a las 2 a.m. del último domingo de abril y retroceden una hora a las 2 a.m. el primer domingo de noviembre.

Sin embargo, dos estados hacen uso de su potestad para no tocar los relojes de los ciudadanos durante todo el año. Se trata de Arizona y Hawái. Indiana formaba parte de este grupo hasta 2006, cuando cambiaron las leyes del estado. Además, Puerto Rico, las Islas Vírgenes estadounidenses, Samoa Americana y Guam también mantienen invariable la hora.

¿Por qué se cambia de hora dos veces en EEUU?

El origen de su aplicación en EEUU de los dos cambios horarios tiene su origen en la década de los 70. Para ser exactos, en 1973, debido al embargo de petróleo de este año. El aras de ahorrar energía, el Congreso promulgó un período de prueba del horario de verano durante todo el año, desde enero de 1974 hasta abril de 1975.

Franklin, 'promotor originario' del cambio horario

Aunque su aplicación llegaría mucho más tarde, fue uno de los padres fundadores, Benjamin Franklin, uno de los pioneros en la propuesta de ajustar la hora a lo largo del año para reducir el consumo de velas aprovechando la luz solar. 

En un ensayo de 1784, Franklin escribió que "acostarse temprano y levantarse temprano hace que un hombre sea saludable, rico y sabio", lo que puede verse como una crítica mordaz o un llamado de atención.

Donde ya no hay dudas de la intención es en la campaña del británico William Willett en 1905. Willet se percató de que muchos de sus conciudadanos dormían durante las mañanas soleadas e inició una campaña para buscando introducir el cambio horario.

EEUU empezó a ajustar su reloj en 1918 y hasta la fecha es un tema muy controvertido.

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