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La ketamina, el potente alucinógeno que mató a Matthew Perry

Pese a que su consumo no es tan común como otras drogas como la marihuana o la cocaína, sus consecuencias pueden llegar a ser fatales, como le ocurrió al coprotagonista de 'Friends'.

Ketamina (Dominio público / Wikimedia Commons)

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La repentina muerte de Matthew Perry el 28 de octubre dejó desolados a sus seguidores y a los fans de Friends, serie que coprotagonizó durante diez temporadas y con la que se ganó un hueco dentro de la historia de la industria televisiva. El actor fue hallado sin vida en el jacuzzi de su casa situada en Los Angeles, con síntomas de ahogamiento, enfermedades circulatorias y con efectos de la buprenorfina, un fármaco para tratar la adicción a los opioides.

Pese a estar intentando solventar sus problemas con las drogas -él mismo reconoció sus adicciones en su libro autobiográfico Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing: A Memoir-, la autopsia reveló que Perry tenía en su organismo ketamina, un narcótico que provoca alucinaciones en sus usuarios.

Alucinaciones, principal argumento para el uso recreativo

El consumo de ketamina no es tan común como el de otras drogas como la marihuana, el hachís o la cocaína. Normalmente, su uso recreativo está asociado a los clubes nocturnos y a raves. Sin embargo, no suele ser un narcótico de empleo diario.

Según un documento explicativo elaborado por el Departamento de Justicia (DOJ), la ketamina es "un anestésico disociativo que tiene algunos efectos alucinógenos": unas consecuencias que atraen a los usuarios -en su mayoría, adolescentes y adultos jóvenes- a consumirla.

Dentro de esas alucinaciones predomina "la distorsión de la percepción de la vista y del sonido", haciendo que los consumidores entren en un estado de descontrol y desconexión, hasta tal punto que piensen que están totalmente "fuera de su cuerpo físico".

Esos efectos alucinógenos pueden durar desde los 30 minutos hasta varias horas, dependiendo de la cantidad que los usuarios consuman.

En polvo o líquido

Igual que otras drogas como la heroína o la cocaína, la ketamina se suministra en polvo o líquido. El consumo en polvo es más frecuente en público, sea en clubs u otros lugares, mientras que ingerirlo en su forma líquida se da en entornos más privados. La manera de consumirlo depende directamente de la forma en la que la droga está sintetizada.

Además, tal y como explica el DOJ, es una droga que se consume tanto sola como mezclada con otras sustancias como alcohol, cocaína, anfetaminas o metanfetaminas. Incluso con tabaco.

Consecuencias físicas y mentales

Consumir ketamina tiene dos tipos de consecuencias, tal y como detalla la Fundación Alcohol y Drogas (ADF). Las primeras son las causadas a corto plazo, las que duran hasta el día siguiente al ser tomada: pérdida de memoria, desorientación, torpeza, inquietud o ansiedad. Las segundas son las secuelas a largo plazo: cambios de humor y personalidad, depresión, mala función hepática o renal, pérdida del olfato, pérdida de memoria y de concentración, dolor abdominal o drogodependencia.

Más allá están las consecuencias derivadas por una sobredosis, como son la entrada en estado de inconsciencia, taquicardias, convulsiones, delirios o dificultades respiratorias. Algo que pudo ocurrirle a Matthew Perry.

El uso clínico y veterinario de la ketamina

La ketamina posee propiedades sedantes, analgésicas y anestésicas, por lo que los médicos lo emplean en diferentes procedimientos clínicos como anestesia general.

Al margen de los usos en personas, hay que explicar que también se emplea en otros seres vivos. Los veterinarios recurren a la ketamina para tratar a los animales; por ejemplo, sirve como tranquilizante para caballos debido a sus propiedades, y se tiende a suministrarles dosis después de que realicen ejercicios hípicos o sufran lesiones.

La Asociación Británica de Psicofarmacología detalló en un documento que su uso es tan recurrente en la veterinaria que es "uno de los medicamentos anestésicos más utilizados en animales en todo el mundo".

Incautación

La ketamina se elabora en laboratorios clandestinos en Estados Unidos. Pero también se fabrica fuera del país y los narcotraficantes tratan de introducirlo a través de las fronteras.

Durante el año fiscal 2023, los agentes de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) incautaron más de 7.800 libras de ketamina. En lo que llevamos de periodo fiscal (hasta el 19 de diciembre), las fuerzas de seguridad han interceptado en torno a 387 libras.

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