El DOJ acusa a la Policía de Minneapolis de incurrir en tácticas peligrosas y violar derechos
El informe señala que las autoridades tienen patrones de discriminación contra negros y nativos americano.
Policía de Minneapolis / Wikimedia Commons.
Un informe del Departamento de Justicia reveló que la policía de Minneapolis tiene patrones de conductas inconstitucionales de violación de los derechos y discriminación contra negros y nativos americanos.
La División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia y la División Civil del Distrito de Minnesota de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos estuvieron realizando una investigación tras el asesinato de George Floyd.
Tras dos años, el estudio concluyó que hay “problemas sistemáticos” de parte de los oficiales del Departamento de Policía de Minneapolis (MPD) que incluyen el uso frecuente de fuerza excesiva y en muchos casos “fuerza letal injustificada”.
“Durante años, el MPD usó técnicas y armas peligrosas contra personas que cometían, como máximo, un delito menor y, a veces, ningún delito en absoluto”, indica el informe, resaltando que alrededor del 75% de los usos de fuerza que se registraron por el Departamento de Policía de Minneapolis "no involucraron un delito violento asociado o un delito con armas.
La investigación también reveló que el departamento utilizó la fuerza para castigar a personas que simplemente criticaron o hicieron enojar a la policía. Asimismo, resaltó que cuando patrullaban vecindarios, se hacía “según su composición racial”, revisando, esposando o utilizando la fuerza basados en la raza. Asimismo, resaltó que las autoridades a menudo ignoran la seguridad de las personas que están bajo custodia.
El Departamento de Justicia explicó que para llegar a estas conclusiones debieron revisar documentos, grabaciones de cámaras corporales, análisis de datos de la ciudad, además de conversar con oficiales y residentes.
Tras los resultados de la investigación, el jefe de policía Brian O'Hara aseveró que el departamento está comprometido con mejorar y aunque el informe reconoció que la ciudad ha empezado a trabajar para cambiar algunas prácticas, los investigadores insistieron en seguir las recomendaciones que incluyen casi 30 medidas correctivas y mejoras.
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