Las dificultades de la izquierda para ocultar la relación entre la política demócrata y el crimen
Se ha intentado vincular el aumento de la criminalidad con los estados republicanos, cuando lo que se observa es el papel de los demócratas en las grandes ciudades.
Once de las 50 ciudades más peligrosas del mundo están en los Estados Unidos. Todas están gobernadas por demócratas. 27 de las 30 ciudades con mayor criminalidad del país están gobernadas por demócratas. Los homicidios crecen más en los condados que votan demócrata.
Estos resultados parecen menos sorprendentes si tenemos en cuenta que el Partido Demócrata, especialmente en las ciudades, ha adoptado una política blanda respecto del crimen. Sumado a la ola de George Floyd y Black Lives Matter, muchas ciudades siguieron el camino de la desfinanciación de la policía. Muchas han eliminado la fianza en dinero, una política que incrementa la incidencia del crimen. Varios fiscales han declarado que no persiguirán un conjunto de delitos menores. Y toda esa política está financiada por los bolsillos sin límite de George Soros.
En estas condiciones, resulta difícil defender que las políticas demócratas no favorecen el crimen. Pero hay estudiosos que intentan llegar a esas conclusiones. Según un análisis de Parker Thayer en Capital Research Center (CDC), estos intentos no han sido exitosos.
Un artículo que explica por qué su autor está equivocado
Thayer se refiere a tres casos. El primero de ellos es un celebrado artículo de la web de ultra izquierda The Atlantic. En ella, Ronald Brownstein escribe un artículo titulado Wha’ts really going on with de crime rate? El artículo está muy bien hecho, pero no está claro que demuestre que las políticas laxas sobre el crimen de los fiscales progresistas no hayan conducido a una mayor criminalidad. A Thayer le basta extractar las conclusiones del propio artículo:
- Los índices nacionales de criminalidad invirtieron su tendencia a la baja alrededor de 2014. Los fiscales progresistas de izquierdas se hicieron populares por primera vez a "mediados de la década de 2010". El 20% del país vive ahora en la jurisdicción de un fiscal progresista de izquierdas, frente a "prácticamente ninguno hace 10 años", cuando los índices de criminalidad estaban en mínimos históricos. No hay "ninguna explicación alternativa clara" para el aumento de los índices de criminalidad, aparte de la proliferación de fiscales progresistas de izquierdas.
El artículo ofrece todas las razones para desautorizar su tesis, que es desmentir la idea de que los fiscales progresistas están detrás del aumento del crimen en los Estados Unidos.
El informe de Third Way
Thayer se refiere, a continuación, a un informe elaborado para Third Way que obtenía carias conclusiones que parecía definitiva contra la política de seguridad del Partido Republicano:
- La tasa de asesinatos en Estados Unidos ha aumentado de forma alarmante. Pero, a pesar de que los medios de comunicación digan lo contrario, se trata de un problema que afecta a ciudades y estados gobernados por republicanos tanto o más que a los bastiones demócratas.
- En 2020, las tasas de asesinatos per cápita fueron un 40% más altas en los estados ganados por Donald Trump que en los ganados por Joe Biden.
- 8 de los 10 estados con las tasas de homicidio más altas en 2020 votaron por el candidato presidencial republicano en todas las elecciones de este siglo.
No obstante, la interpretación de los datos no es tan concluyente. El investigador del Capital Research Center cita un artículo de Mark A. Thiessen en The Washington Post. Thiessen destaca que uno de los problemas que tiene el informe es que “En la mayoría de estos estados rojos, las elevadas tasas de homicidio están impulsadas por la violencia letal de sus ciudades azules”.
No son los estados, sino las ciudades
Por otro lado, la denuncia de que los estados en los que más creció la tasa de homicidios son republicanos parece tener menos relevancia cuando se tiene en cuenta lo siguiente:
En definitiva, lo que está haciendo ver Mark A. Thiessen es que el crimen es un fenómeno local. Thayer no cita otro artículo que es aún más contundente sobre el informe de Third Way. Lo escribe Rafael A. Mangual en The New York Post.
Mangual incide en que sólo se puede entender este fenómeno desde un análisis local. Por ejemplo, Mississippi
Jackson es una ciudad demócrata. El mismo análisis se puede hacer estado por estado.
Diferencia entre las ciudades demócratas y el resto
Por otro lado, resalta Mangual, “el homicidio criminal es principalmente (lo que no significa totalmente) un problema que reside dentro de las grandes ciudades”. Por lo que se refiere a las 50 mayores ciudades del país, “la tasa de homicidios en las ciudades azules era de 15,8 por 100.000, frente a 9,4 por 100.000 en las ciudades rojas y 10,9 por 100.000 en las dos ciudades con alcaldes independientes”.
Vuelve a citar al experto del American Enterprise Institute Mark Thiessen, quien recuerda:
El artículo de The Atlantic explicaba las razones por las que su autor estaba equivocado. En el caso del informe de Third Way, los expertos han señalado la poca relevancia de sus argumentos. Pero hay un tercer intento de rescatar a los demócratas de la acusación de estar detrás del aumento de la criminalidad en el país.
El dinero de Soros
Se trata de un estudio titulado Violent Crime and Public Prosecution, y publicado por la Escuela de Asuntos Globales y Políticas Públicas de Munk, de la Universidad de Toronto. La principal conclusión es que “de 2015 a 2019, por ejemplo, el estudio encontró que las tasas de homicidio aumentaron en una proporción menor de ciudades con fiscales progresistas (56 por ciento) que en aquellas con fiscales tradicionales (68 por ciento) o fiscales que cayeron en el medio (62 por ciento)”. Thayer señala que estos datos no son muy relevantes, porque se queda en 2019. No entra en 2020, “el año de la reforma progresista de izquierdas de la justicia penal”. Tampoco tiene en cuenta los cambios legislativos estatales o locales, ni los cambios en los presupuestos destinados a la seguridad, como los presupuestos para la Policía.
¿De dónde viene este empeño por explicar que las políticas laxas respecto del crimen por parte de los alcaldes y fiscales demócratas no son responsables del aumento del crimen en el país? Thayer apunta al origen del dinero: Las Open Society Foundations de George Soros, que, por un lado, financian las carreras políticas de los fiscales progresistas, y por otro financian los estudios que intentan justificar esas políticas.