Trump y un viejo anhelo diplomático: las cuatro veces en las que Estados Unidos quiso adquirir Groenlandia
Antes de la llegada de Trump, la Casa Blanca se interesó en la isla más grande del mundo en varias oportunidades, incluso llegando a ofertar 100 millones de dólares en 1946.
“Por motivos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, los Estados Unidos de América consideran que la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta”, escribió Donald Trump el pasado 22 de diciembre en su cuenta de Truth Social, a modo de agregado en la publicación que utilizó para anunciar la nominación de Ken Howery como el próximo embajador en el Reino de Dinamarca.
Desde entonces, el presidente electo ha enfatizado en reiteradas ocasiones la necesidad de adquirir la “isla más grande del mundo”. Incluso envió a su hijo Donald Trump Jr. al lugar, quien dialogó con los locales y les mostró un mensaje de su padre.
Groenlandia tiene una extensión territorial un poco más grande que la de México y el 80% está cubierto por hielo. Cuenta con aproximadamente 57.000 habitantes, quienes en su mayoría viven de la pesca y la caza.
Su atractivo tiene que ver con su posición estratégica en el Ártico y con la aparición de recursos naturales. Con el deshielo de los últimos años, se calcula que la isla tiene los mayores depósitos de tierras raras después de China, minerales que pueden aprovecharse en la fabricación de computadoras, autos eléctricos y turbinas eólicas, entre muchas otras cosas.
En este contexto, la reacción del Gobierno danés no se hizo esperar. Mette Frederiksen, primer ministro de Dinamarca, aseguró que “Groenlandia pertenece a los groenlandeses”. "Por un lado, me alegra el creciente interés de los estadounidenses por Groenlandia, pero, por supuesto, es importante que esto se haga de forma que sea decisión de los groenlandeses lo que les depara el futuro", añadió.
Por su parte, Trump no descartó utilizar la fuerza militar o económica para quedarse finalmente con Groenlandia. “No me voy a comprometer a eso, no. Tal vez tengas que hacer algo”, le dijo a un periodista durante una conferencia de prensa en Mar-a-Lago.
Aunque ya había coqueteado con esta idea en 2019, Trump parece tener muy en claro su intención de incorporar la isla cubierta de nieve en su próximo y último mandato. Sin embargo, no es la primera vez en la historia que Estados Unidos muestra interés en Groenlandia.
1867: la tentación pasajera de William H. Seward
En octubre de 1867, Estados Unidos le compró Alaska a Rusia por unos 7.2 millones de dólares, el equivalente a casi 130 millones de 2023. Las negociaciones fueron encabezadas por el entonces secretario de Estado de la Administración Johnson, William H. Seward.
Ese mismo año, Seward evaluó la posibilidad de adquirir también Islandia y Groenlandia. Esto quedó constatado en un informe, ‘A Report on the Resources of Iceland and Greenland’, el cual fue encargado por el mismo Seward con la intención de analizar los posibles beneficios de comprar también estos territorios.
Este documento elogiaba a Groenlandia por su “inusual salubridad”, su abundancia de caza, pesca y sus recursos naturales explotables. Finalmente, resultó ser una tentación pasajera para Seward, puesto que nunca llegó a enviarle al Reino de Dinamarca una oferta formal.
1910: la primera oferta formal
En 1905, Noruega se independizó de Suecia y comenzó a reclamar ciertos territorios derechos sobre Groenlandia, isla que previamente le había pertenecido en su totalidad. Esto disparó la tensión con Dinamarca para 1910.
Con el afán de sacarle provecho diplomático a esta situación, el presidente William Howard Taft le pidió a su embajador en Dinamarca, Maurice Francis Egans, que hiciera una oferta formal.
“Los daneses consideran Groenlandia de un modo muy parecido a cómo nuestro pueblo consideraba antiguamente a Alaska. El Gobierno está tan preocupado por las diferencias económicas y políticas internas de Dinamarca que presta muy poca atención al desarrollo de los recursos de Groenlandia, que es prácticamente una tierra incógnita”, escribió Egans en su momento sobre la isla.
En efecto, Estados Unidos propuso un modesto trueque: Groenlandia a cambio de la isla filipina de Mindanao, Palau y otro conjunto de islas situadas al sur. Las intenciones de Egans no llegaron a buen puerto y Groenlandia permaneció bajo el control de Dinamarca, aunque todavía faltan más capítulos de esta novela.
1947: 100 millones en lingotes de oro
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, Alemania invadió Dinamarca en 1940 y generó incertidumbre sobre Groenlandia, dado que se encuentra relativamente cerca de los Estados Unidos. En abril de 1941, Henrik Kauffmann, embajador danés en Washington, firmó un tratado que autorizaba la instalación de bases militares en la isla, lo que decantó en la creación de la base aérea de Thule.
John Hickerson, funcionario del Departamento de Estado, asistió en 1946 a una reunión del comité de planificación y estrategia del Estado Mayor Conjunto. Según relató, "prácticamente todos los miembros dijeron que nuestro objetivo real con respecto a Groenlandia debería ser adquirirla comprándola a Dinamarca".
"El comité indicó que ahora hay mucho dinero, que Groenlandia no tiene ningún valor para Dinamarca y que el control de Groenlandia es indispensable para la seguridad de Estados Unidos", añadió Hickerson.
Una vez terminada la guerra, el secretario de Estado James F. Byrnes ofertó 100 millones de dólares en lingotes de oro para comprar Groenlandia. Byrnes formalizó la oferta a través de un memorando que le entregó al entonces ministro de Asuntos Exteriores danés, Gustav Rasmussen, en diciembre de 1946.
"Nuestras necesidades... parecieron sorprender a Rasmussen, pero no rechazó de plano mis sugerencias y dijo que estudiaría un memorando que le entregué", escribió Byrnes en su momento. Este documento contenía tres alternativas distintas: un arrendamiento por 99 años de las bases militares, que Estados Unidos asumiera la defensa total de Groenlandia y directamente la mencionada compra.
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La propuesta tomó a Rasmussen totalmente por sorpresa, dado que había sido informado que la idea de comprar Groenlandia era una excentricidad propuesta por algunos funcionarios de la Casa Blanca y que no contaba con el visto bueno del presidente Harry Truman.
Para 2025, no hay consenso sobre si el gobierno danés rechazó la oferta o simplemente no respondió, pero el resultado no dejó muchas dudas: Groenlandia siguió bajo su control. La oferta fue información clasificada hasta la década de 1970, cuando el medio danés Jyllands-Posten informó al respecto en 1991.
En cuanto al futuro de las bases militares, actualmente la Fuerza Aérea de Estados Unidos mantiene dos en Groenlandia: Thule y Sondestrom.
2019- Trump vuelve a la carga por Groenlandia
El deseo de adquirir Groenlandia quedó dormido por casi setenta años hasta que Donald Trump reflotó la idea en 2018.
De acuerdo con el libro ‘The Divider’, escrito por Peter Baker y Susan Glasser, fue Ron Lauder quien inicialmente le propuso a Trump la compra. El empresario y viejo amigo de Trump fue embajador durante la Administración Reagan y actualmente se desempeña como presidente del Congreso Mundial Judío.
Trump, quien supuestamente ya había meditado la compra en el pasado, le trasladó la idea a John Bolton, entonces su asesor de seguridad nacional. "Un amigo mío, un hombre de negocios con muchísima experiencia, cree que podemos conseguir Groenlandia ¿Qué opinas?", le dijo a Bolton según el libro de Baker y Glasser. El funcionario asignó entonces a Fiona Hill para estudiar sus posibilidades.
“Dije: '¿Por qué no tenemos eso? Echa un vistazo a un mapa. Soy promotor inmobiliario. Miro una esquina y digo: 'Tengo que conseguir esa tienda para el edificio que estoy construyendo', etc. No es tan diferente. Me encantan los mapas. Y siempre digo: 'Mira el tamaño de esto. Es enorme. Eso debería ser parte de Estados Unidos'”, señaló Trump en una serie de entrevistas para el libro de Baker y Glasser.
Cuando el Wall Street Journal informó sobre los planes de Trump, los líderes daneses respondieron con una fuerte negativa, lo que motivó al republicano a cancelar una visita de estado a Dinamarca prevista inicialmente para finales del 2019.
2025- Trump 2.0
Apenas 48 horas después del triunfo de Trump frente a Kamala Harris, el congresista Mike Collins (R-GA) reflotó la idea de adquirir Groenlandia.
El republicano de Georgia publicó una imagen del mapa electoral en su cuenta de X, en la que aparecía también Groenlandia teñida de rojo. “Proyecto 2029”, escribió Collins. La publicación se viralizó y superó los cuatro millones de reproducciones en la red social de Elon Musk.
El propio presidente electo confirmó sus intenciones con el citado anuncio de Howery como embajador, reanudando formalmente esta novela diplomática sin final aparente.
Con el inicio de la segunda Administración Trump cada vez más cerca, está claro que el republicano tiene a Groenlandia entre sus principales objetivos de política exterior. Habrá que esperar para ver si consigue clavar la bandera de los Estados Unidos en la denominada isla más grande del mundo.