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El detrás de escena de la Casa Blanca para esconder los problemas de salud de Biden: “Días buenos y días malos”

El presidente demócrata terminará el mandato con 82 años, el más longevo en ocupar el cargo. 

Joe Biden dejará su cargo el próximo 20 de enero/ Saul LoebAFP

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Desde que Joe Biden asumiera la presidencia en enero del 2021, numerosos republicanos y líderes de opinión señalaron que la salud del presidente no era la mejor. A las casi nulas conferencias de prensa pronto se sumaron furcios en vivo y momentos difíciles de explicar en cámara para el ‘líder del mundo libre’. A un mes del fin de la Administración Biden, un informe de The Wall Street Journal reveló cómo se los funcionarios de la Casa Blanca lidiaron con el declive en la salud del todavía presidente más longevo en la historia del país.

El informe del WSJ cuenta con una variedad de entrevistas a trabajadores y funcionarios de la Casa Blanca, quienes compartieron experiencias personales de los últimos cuatro años.

Un denominador común fue la protección que el equipo ejerció sobre el presidente. Además de limitar sus apariciones públicas, procuraban que tenga poco contacto con los miembros del gabinete y otros funcionarios de alto perfil. Incluso de secretarios de mucha trascendencia como Janet Yellen y Lloyd Austin.

“Para adaptar la Casa Blanca a las necesidades de un líder disminuido, dijeron a los visitantes que mantuvieran las reuniones centradas. A algunos líderes legislativos les costó escuchar al presidente en momentos clave, como antes de la desastrosa retirada de Estados Unidos de Afganistán”, señalaron desde el citado medio.

Explicaron también que había limites estrictos sobre quién podía hablar con el presidente, como así también sobre lo que se le decía y la información que podía consumir.

¿Cuándo comenzó el declive de Biden?

Según The Wall Street Journal, los problemas del presidente comenzaron “en los primeros meses de su mandato”. En efecto, los funcionarios comenzaron a notar un cansancio marcado en las reuniones y errores diversos. Incluso algunos aliados y miembros del Congreso recibieron la siguiente instrucción: “Los intercambios deben ser breves y centrados”.

Una de las fuentes consultadas para el artículo habló específicamente de que el presidente tenía “días buenos y días malos”. En caso de que el escenario fuera este último, “las reuniones podían cancelarse por completo”.

Esta realidad llevó a que sus ayudantes lo aislaran cada vez más los miembros del gabinete y los miembros del Congreso. Los congresistas Adam Smith y Jim Himes hablaron con el WSJ y relataron sus dificultades para comunicarse con el presidente.

El trato con los miembros del gabinete era igual de esporádico. Durante sus cuatro años de gestión, Biden celebró 9 reuniones de gabinete, bastante menos que las 25 de Trump y las 19 de Barack Obama en su primer mandato. 

En la entrevista con el fiscal especial Robert Hur 

La investigación sobre los documentos clasificados derivó en el nombramiento del fiscal especial Robert Hur, quien tuvo una de las entrevistas más largas con el presidente. Las sesiones de preparación antes de la entrevista duraron unas tres horas diarias durante una semana. "Durante estas sesiones, los niveles de energía de Biden subían y bajaban. No podía recordar las líneas que su equipo había discutido previamente con él, dijo la persona", indicó el WSJ

"La entrevista en sí no salió bien. Las transcripciones mostraron múltiples errores, incluido el de que Biden no recordaba inicialmente que en las sesiones de preparación le habían mostrado su propio memorando escrito a mano en el que se oponía a un aumento de tropas en Afganistán", sumó. 

La campaña del 2024 

Los entrevistados describieron a Biden como aislado durante la campaña presidencial del 2024, recibiendo preguntas de antemano antes de acudir a eventos de recaudaciones de fondos y con un grupo de ayudantes que lo vigilaban constantemente. 

"Estos asistentes, entre los que se encuentran Annie Tomasini y Ashley Williams, solían acompañar al presidente durante sus viajes y se mantenían a una distancia que le permitiera oírlo o verlo, dijeron las personas. A menudo le repetían instrucciones básicas, como por dónde entrar o salir de un escenario", señaló el citado informe. 

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