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Los planes de Trump para expulsar al Tren de Aragua de EEUU

El presidente electo ya ha encargado a Tom Homan buscar soluciones para forzar a Maduro a volver a aceptar deportaciones de los casi un millón de venezolanos que llegaron al país con Biden, entre ellos cientos de pandilleros.

Agentes de Policía conducen a prisioneros del Tren de AraguaCris BOURONCLE / AFP)

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Donald Trump tiene claro que uno de los frutos más perniciosos de la Administración Biden ha sido la invasión fronteriza que ha vivido el país durante los últimos cuatro años. Y no sólo por los más de 10 millones de ilegales que han sido liberados dentro de EEUU en este tiempo, sino por los criminales que se han infiltrado entre ellos. Una de las principales preocupaciones del presidente electo es acabar con la peligrosa banda venezolana El Tren de Aragua, que se ha hecho fuerte en varios estados favorecido por el fin de los vuelos de deportación hacia Venezuela.

La parole de Joe Biden a los venezolanos, entre otras nacionalidades, ha hecho que casi un millón de ciudadanos de este país (La Agencia de Aduanas y Protección fronteriza tiene registradas 902.755 aprehensiones desde enero de 2021, a lo que habría que sumar los gotaway) hayan entrado en EEUU. Desde enero, el tirano Nicolás Maduro se niega a aceptar aviones con ciudadanos que huyeron de su dictadura y corrupción.

La legislación de Biden, un caramelo para el Tren de Aragua

Una situación que han aprovechado los miembros del Tren de Aragua para cruzar la frontera y establecerse en, al menos, 16 estados, según las autoridades. Gracias a la legislación de Biden, ni siquiera estos criminales pueden ser detenidos por el ICE para ser repatriados puesto que cuentan con un blindaje de dos años y permiso de trabajo. 

En declaraciones al New York Post, El exjefe interino del ICE Ron Vitiello durante el primer mandato de Trump, aseguró que la peligrosa pandilla no comenzó a actuar en EEUU hasta la Administración de Biden, cuando agentes de la Patrulla Fronteriza y policías locales comenzaron a dar la voz de alarma al identificar los tatuajes de ilegales que cometían crímenes en sus localidades:

"No ha habido un arresto de un miembro del Tren de Aragua en los datos reportados de CBP antes de 2021. Piensen en eso, es increíble. Estuve en el gobierno durante 34 años. Nunca oí hablar de Tren de Aragua hasta después de que me fui en 2021, cuando se convirtió en una cosa en Nueva York".

Tom Homan, optimista con hacer cambiar de opinión a Maduro

La negativa de Maduro es uno de los principales escollos para que Trump pueda cumplir con su promesa de deportaciones masivas, y por ello ya ha ordenado a Tom Homan que estudie la situación para tomar las medidas oportunas a partir de enero. El propio zar fronterizo ya ha apuntado que la Administración entrante cuenta con "mucha influencia para obligar a Venezuela a comenzar a aceptar deportaciones". Entre ellas, la amenaza de imponer sanciones aún más duras o la retención de ayudas, que ascendieron a 209 millones de dólares sólo durante 2024.

Homan, además, recordó los éxitos de Trump en este asunto en su anterior mandato con miembros de bandas criminales de otros países: "Consiguió que El Salvador retirara a la Mara Salvatrucha-13, consiguió que México aceptara el programa 'Permanece en México'. Así que tengo fe en que el presidente Trump trabajará con el presidente de Venezuela".

La Presión económica, clave

También Wes Tabor, responsable de la Oficina de la Administración para el Control de Drogas en Caracas en 2012, apuntó a a presión económica, con un "enfoque empresarial" para reiniciar las deportaciones hacia el país caribeño: "No van a tener opción con Trump porque si él extiende la mano y trata de hacer algo con ellos razonablemente (...) Y si él [Maduro] le levanta el dedito a Trump. Trump va a... hacer todo lo posible para aplastarlos económicamente".

También está sobre la mesa el obligarlos a regresar, incluso sin el visto bueno de Maduro, algo que ya se ha realizado en alguna ocasión con haitianos interceptados por la Guardia Costera. Tampoco se descarta la opción de enviarlos a terceros países del Caribe incluyendo a Colombia y que desde allí se les haga llegar a Venezuela. También se estudia que algunos de estos países pueda acoger a los deportados a cambio de ayudas por parte de EEUU.

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