La Administración Biden-Harris ha usado fondos federales con fines electorales
Desde que Joe Biden firmó una orden ejecutiva en marzo de 2021, varias agencias controladas por los demócratas han puesto en marcha iniciativas para buscar rédito electoral.
Desde que comenzó su mandato en enero de 2021, la Administración Biden-Harris ha enfocado sus esfuerzos en diferentes medidas supuestamente para hacer de Estados Unidos un país mejor, algo que no ha logrado. También para su beneficio personal. Sobre estas últimas, el Gobierno ha estado allanando el terreno impulsando diferentes iniciativas financiadas por los fondos federales para movilizar a grupos que tradicionalmente votan al Partido Demócrata.
Concretamente, en marzo de 2021 -cuando la fórmula Biden-Harris apenas llevaba dos meses al mando-, el presidente firmó una orden ejecutiva para "fomentar el acceso al voto". En el texto, la Casa Blanca hizo especial mención a "las personas de color", sabiendo que, históricamente, es una comunidad que respalda a los candidatos demócratas.
"Muchos estadounidenses, especialmente las personas de color, se enfrentan a importantes obstáculos para ejercer ese derecho fundamental. Estos obstáculos incluyen dificultades en el registro de votantes, falta de información electoral y barreras de acceso a los colegios electorales", expuso Biden en su orden ejecutiva.
Esta artimaña define lo que buscó la Administración Biden-Harris: hallar el camino para dar con su rédito personal, escondiéndolo con argumentos como "ampliar el acceso y la educación sobre el registro de votantes y la información electoral y combatir la desinformación", a costa del dinero de los contribuyentes.
Atraer a los nativos americanos o a los funcionarios
Esta orden ejecutiva dio pie a que varias agencias federales, ya controladas por Biden y el Partido Demócrata, atrajesen a diferentes grupos sociales o demográficos a ejercer su derecho a voto con dinero de las arcas públicas.
Un ejemplo es cómo el Departamento del Interior (DOI) incorporó centros de votantes en universidades de nativos americanos de Nuevo México y Arizona, sabiendo que, por entonces, la mayoría de esta comunidad apoyaba a los demócratas. Además, la secretaria Deb Haaland redactó un ensayo con el que persuadir a los nativos americanos para que votasen. A este grupo también se han dirigido el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y el Departamento de Trabajo (DOL).
Otro caso es cómo Kamala Harris anunció que el Departamento de Educación (ED) iba a usar fondos federales para programas de empleo para estudiantes con bajos recursos con el fin de que se registrasen como votantes, tratando así de ganarse su confianza y su apoyo.
También los funcionarios federales -muchos de ellos afines al Partido Demócrata- se verían beneficiados de la orden ejecutiva, ya que se les concedería tiempo libre remunerado en su horario laboral para ir a votar.