La Administración Biden-Harris está acelerando notablemente la naturalización de inmigrantes a pocos meses de las elecciones

La Administración Biden-Harris está acelerando de forma notable el proceso de ciudadanía para cientos de inmigrantes que muy pronto serán elegibles para votar en noviembre.

Un reportaje del diario The New York Times reveló que aproximadamente 3,3 millones de inmigrantes se convirtieron en ciudadanos estadounidenses durante el mandato de Biden. Muchos de ellos ahora pueden votar en estados pendulares, como Pensilvania, Michigan, Georgia o Arizona, que serán decisivos en las próximas elecciones y probablemente se definan por un margen pequeño.

Según el NYT, en el último año fiscal la Administración Biden-Harris está procesando las solicitudes de ciudadanía al ritmo más rápido en una década dejando atrás “un retraso que se acumuló durante la Administración Trump y la pandemia de coronavirus”.

“En ceremonias en juzgados, centros de convenciones y estadios deportivos de todo el país, miles de inmigrantes se están convirtiendo en nuevos estadounidenses cada semana, y se están volviendo elegibles para votar a tiempo para las elecciones presidenciales de este otoño (…) No está claro cuántos de los nuevos votantes viven en estados disputados, pero varios de los estados en los que Kamala Harris o Donald Trump deben ganar tienen un número grande y creciente de ciudadanos naturalizados en edad de votar, como Georgia, Arizona, Nevada y Pensilvania”, se lee en el NYT.

Según el reporte del medio, en Savannah, Georgia, inmigrantes de 19 países distintos acudieron a un juzgado federal para prestar juramento de lealtad.

Gladis Brown, que está casada con un estadounidense y emigró de Honduras en 2018, afirmó que estaba maravillada porque su casó se resolvió en menos de seis meses.

Obtener la ciudadanía es el último paso que tiene que cumplir un migrante antes de poder ejercer el derecho al voto en el país. Normalmente, los residentes permanentes legales, es decir los que poseen la tarjeta verde, son elegibles para convertirse en ciudadanos estadounidenses naturalizados si han tenido ese estatus durante al menos cinco años.

La otra opción es haber estado casado con un ciudadano estadounidense durante al menos tres años.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el NYT reseñó que muchos migrantes ahora están motivados a obtener la nacionalidad y registrarse para votar en noviembre.

Brown, por ejemplo, dijo al medio que estaba ansiosa por ejercer su derecho al voto.

En un análisis revelador, Xiao Wang, director ejecutivo de la firma Boundless, que utiliza datos gubernamentales para analizar las tendencias de la inmigración, dijo que el proceso de naturalización está funcionando para incluso dar una “nueva forma al electorado”.

“El aumento de la eficacia de la naturalización no se limita a eliminar los retrasos, sino que puede dar una nueva forma al electorado, a pocos meses de unas elecciones cruciales”, dijo Wang. "Cada solicitud de ciudadanía puede ser un voto que decida escaños en el Senado o incluso la Presidencia".

En consonancia con lo que mencionó Wang, el NYT detalló que la velocidad de tramitación de las solicitudes está ahora al mismo nivel que en 2013 y 2014.

“Los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. tardaron una media de 4,9 meses en tramitar las solicitudes de naturalización en los nueve primeros meses del año fiscal actual, frente a los 11,5 meses del año fiscal 2021”.

Esta aceleración notable del proceso se explica gracias al esfuerzo del propio presidente Joe Biden que, en 2021, emitió una orden presidencial para desbaratar la política migratoria de Trump. Uno de los objetivos era "reducir sustancialmente los actuales plazos de tramitación de la naturalización".

En parte, la decisión de Biden de ponerle fin a la política migratoria de Trump provocó una de las peores crisis fronterizas de la historia del país.

El aumento de la naturalización de inmigrantes también se produce después de que en 2020 las elecciones se definieran por miles de votos en algunos estados clave.

Por ejemplo, en Georgia, la diferencia entre Biden y Trump fue de 12,000 votos, en Wisconsin fue de 20,000, en Pensilvania también fue menos de 100,000 y en Arizona fue de aproximadamente 10,000 electores.

De acuerdo con las encuestas a nivel nacional, las próximas elecciones entre la vicepresidente Kamala Harris y Donald Trump también podrían definirse por un margen estrecho en los estados pendulares. Con ello, algunos republicanos denuncian que los nuevos ciudadanos podrían estar incentivados a darles su voto a la actual Administración demócrata.