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Falleció a los 75 años Bill Richardson, exgobernador de Nuevo México y embajador ante las Naciones Unidas

El político dedicó su carrera a liberar a los americanos detenidos en el extranjero. Había sido nominado al Premio Nobel de la Paz.

Bill Richardson/Wikimedia Commons

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Bill Richardson, exgobernador demócrata de Nuevo México, falleció a los 75 años. De extensa trayectoria política, pasó por el Congreso y por varios puestos en el gabinete de Bill Clinton, lo que intercaló con una activa diplomacia privada para liberar a los americanos detenidos en el exterior. Esto último lo llevó una vez a autodefinirse como un “subsecretario informal para matones”. Había sido nominado recientemente al Premio Nobel de la Paz.

El Centro Richardson para el Compromiso Global fue el encargado de dar la noticia, institución que él fundó y dirigió muchos años. "Vivió toda su vida al servicio de los demás, tanto su etapa en el gobierno como su posterior carrera ayudando a liberar a personas retenidas como rehenes o detenidas injustamente en el extranjero", expresó Mickey Bergman, vicepresidente del centro.

"No había persona con la que el Gobernador Richardson no hablara si ello suponía la promesa de devolver a una persona a la libertad. El mundo ha perdido a un defensor de los detenidos injustamente en el extranjero y yo he perdido a un mentor y a un querido amigo", sumó.

Nacido en California en 1947, creció en México junto a su familia, que luego lo envió a los Estados Unidos para terminar de formarse. Con una gran habilidad para el beisbol, se graduó en 1970 de la Universidad de Tufts (Massachusetts), de donde salió con una licenciatura en francés y en ciencias políticas.

Carrera política

Tras dejar la universidad, tuvo su primera experiencia política trabajando para el congresista republicano Bradford Morse, Más adelante, pasó por el Senado y por la Secretaría de Estado que dirigía Henry Kissinger. Para 1980, se mudó a Nuevo México, donde se postularía por primera vez para el Congreso. Tras fracasar en este intento, volvió a intentarlo dos años después, esta vez con éxito.

Permaneció en la Cámara Baja hasta 1997, cuando el presidente Clinton lo convocó para servir como embajador ante las Naciones Unidas, cargo que ocupó hasta 1998, cuando pasó a ser secretario de Energía. Permaneció allí hasta el final del mandato del demócrata, ya teniendo la gobernación de Nuevo México entre ceja y ceja.

Fue elegido en las elecciones del 2002, derrotando a su oponente republicano por más de 14 puntos porcentuales. Su popularidad le alcanzó para desfilar hacia la reelección, obteniendo en 2006 el porcentaje de votos más alto en la historia del estado. A lo largo de su mandato, tanto demócratas como republicanos lo acusaron de tener un estilo bastante directo y a veces agresivo para expresarse.

“Es cierto que soy agresivo. Utilizo el púlpito de la gobernación. Pero no amenazo con represalias. Dicen que soy una persona vengativa. Simplemente no lo creo”, expresó Richardson al respecto.

En 2008, intentó ser el primer presidente de origen hispano en la historia de los Estados Unidos. Anunció su candidatura como demócrata en enero del 2007 con un discurso en Los Ángeles. "Estados Unidos se enfrenta a enormes retos, pero también a enormes oportunidades. Me presento a la presidencia porque estos tiempos exigen un líder con una trayectoria probada y una capacidad demostrada de unir a la gente para hacer frente a nuestros problemas en casa y en el extranjero; yo soy esa persona, no porque lo diga yo, sino por lo que he hecho y por lo que puedo hacer por el pueblo estadounidense", indicó en su lanzamiento.

Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards quedaron por delante suyo en las primarias de New Hampshire, lo que lo llevó a terminar su campaña y sus aspiraciones presidenciales. Estuvo en la lista de finalistas a para acompañar a Obama como candidato a vicepresidente, pero el entonces senador se terminó decantando por Joe Biden.

El “subsecretario informal para matones

A la par de la función pública, Richardson dedicó gran parte de su tiempo a la diplomacia privada, con el objetivo de liberar americanos detenidos en el exterior. En efecto, negoció la liberación de rehenes y militares estadounidenses en Cuba, Sudán, Corea del Norte e Irak, llegándose a reunir con Saddam Hussein en el proceso. Este papel lo llevó a autodefinirse como “el subsecretario informal para matones”.

Esa vocación lo llevó a fundar el Centro Richardson para el Compromiso Global en 2011, el cual trabajó con más de 80 millones de familias, brindando apoyo y orientación mientras sus seres queridos estaban detenidos en el extranjero.

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