La historia no absolverá al New York Times
Israel saldrá fortalecido, y el pueblo judío también. Pero el islamismo, que estos medios protegen con su silencio y sus mentiras, seguirá haciendo estragos en Occidente. Cuando eso pase, ya no habrá tiempo para inventar libelos de sangre. Será solo cuestión de sobrevivir al desastre que ellos mismos ayudaron a crear.

Sede del 'New York Times'
El New York Times, junto con otros medios que se han convertido en voceros descarados de Hamás, la Yihad Islámica y cualquier régimen o grupo terrorista que sueña con borrar a Israel del mapa, pasarán a la historia como lo hicieron los colaboracionistas de los nazis: como criminales de la verdad, cómplices de la barbarie. No hay eufemismos que valgan. Estos medios no informan; mienten, manipulan y siembran odio con una agenda clara: demonizar a Israel y justificar el terrorismo.
La última de sus hazañas fue publicar la imagen de una madre bien nutrida con un bebé desnutrido, señalando con el dedo a Israel y gritando al mundo un libelo de sangre antisemita: los judíos hambrean a los pobres palestinos. Una mentira tan burda que da vergüenza ajena. Resultó que el niño sufría una malformación genética, no hambruna causada por Israel. ¿Raro, no? Una madre saludable con un bebé en esas condiciones ya levantaba sospechas, pero la verdad, cuando salió a la luz, fue un puñetazo de asco. Esta es la estrategia de siempre del New York Times, la BBC, por supuesto Al-Jazeera y demás medios de comunicación tradicionales, junto con influencers de pacotilla. También reciclan imágenes de niños y mujeres heridos de otros conflictos —Siria, Yemen, donde sea— y las venden como pruebas de la supuesta crueldad israelí en Gaza. Si tan real es el sufrimiento que dicen denunciar, ¿por qué necesitan inventar tanto? La respuesta es simple: porque la narrativa del hambre y la opresión en Gaza es una farsa, pero sirve como libelo de sangre contra Israel y los judíos, a pesar de que es en el propio Israel donde las minorías gozan de la libertad que carecen en Medio Oriente y gran parte del mundo.
Israel, lejos de ser el monstruo que pintan, brinda asistencia humanitaria a una población secuestrada por Hamás, un grupo de bestias violentas y autoritarias que adoctrinan a su gente en el odio a los judíos, con el respaldo de una ONU cómplice que ha perdido toda credibilidad. No lo digo yo, lo dicen las encuestas: la gran mayoría de los palestinos celebró la masacre del 7 de Octubre y apoya el terrorismo. Pero claro, para el New York Times, eso no es noticia. ¿Se retractó por la mentira del bebé? ¿Pidió disculpas? Por supuesto que no. Una miserable aclaración mencionando la malformación genética, como si fuera un detalle menor, y a seguir con la próxima calumnia.
JNS
La lista de empleados de la UNRWA incluye a muchos terroristas de Hamás
JNS (Jewish News Syndicate)
Mientras tanto, los rehenes israelíes como Evyatar David y Rom Braslavski, torturados y en condiciones deplorables, apenas merecen una nota al pie para estos medios. Solo cuando Hamás y la Yihad Islámica muestran imágenes de sus víctimas, los periodistas del New York Times y compañía se dignan a mencionarlos, y aún así, con la boca chiquita.
¿Chequear la información? ¿Cuestionar las cifras infladas de muertos y heridos que Hamás lanza sin distinguir entre terroristas y civiles? ¿Mencionar que los civiles son usados como escudos humanos, que la ayuda humanitaria es robada por los terroristas, o que cualquier voz disidente en Gaza es silenciada con tortura o muerte? ¿Para qué? La narrativa ya está escrita: Israel es el malo, siempre.
Mentiras que se repiten desde hace décadas
No es la primera vez. En el 2000, Associated Press y el New York Times publicaron la foto de Tuvia Grossman, un joven judío estadounidense, que aparecía ensangrentado, etiquetándolo como "un palestino en el Monte del Templo". Una mentira tan descarada que ni siquiera se molestaron en verificar. La historia se repite, porque el objetivo nunca fue la verdad, sino el linchamiento mediático de Israel, que se prolongó hasta la actualidad.
Cómplices del terrorismo que pone en jaque al mundo libre
Pero el tiempo pone las cosas en su lugar. Los Acuerdos de Abraham son una luz en el horizonte, y más países se sumarán a esta alianza de paz en Medio Oriente. Israel saldrá fortalecido, como siempre lo ha hecho, y el pueblo judío también. Pero el islamismo, que estos medios protegen con su silencio y sus mentiras, seguirá haciendo estragos en Europa y Occidente en general. Los atentados, los crímenes, la violencia serán tan cotidianos que los aliados woke de estos terroristas empezarán a ver sus propias cabezas rodar. Cuando eso pase, ya no habrá tiempo para inventar libelos de sangre contra Israel. Será solo cuestión de sobrevivir al desastre que ellos mismos ayudaron a crear.
El New York Times y sus cómplices pasarán a la historia como los que respaldaron y fortalecieron a los verdugos de Occidente. Ni olvido ni perdón.