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Israel, el ‘canario de la mina’ del mundo libre, perdió la paciencia

Lamentablemente para Irán y sus amigos, Israel no es ningún canario; es un águila feroz, decidida, valiente e inteligente que no sólo defiende su supervivencia, sino que combate en primera línea contra el islamismo radical que amenaza a Occidente. 

Un edificio atacado por Israel en Teherán, Irán

Un edificio atacado por Israel en Teherán, IránAPN / Cordon Press

¿Cuántas veces puede advertir un país antes de que lo escuchen? ¿Cuántas veces puede señalar el peligro, alertar sobre amenazas concretas, señalar el crecimiento de un monstruo nuclear y terrorista mientras el mundo mira para otro lado o emite condenas tibias, comunicados de ocasión, sanciones que no mueven la aguja? Israel ha llegado al límite de su paciencia, y el reciente ataque contra objetivos estratégicos en Irán no sólo está justificado: es inevitable.

Durante años, Israel denunció el avance del programa nuclear iraní, las trampas de un régimen que nunca quiso negociar de verdad, que usó cada conversación como una táctica dilatoria. Mientras tanto, Irán construyó su red de proxies terroristas —Hezbolá en Líbano, Hamás en Gaza y la Ribera Occidental, los hutíes en Yemen, milicias chiitas en Siria e Irak— con el objetivo de rodear y desangrar a Israel. Pero ni con eso les alcanzó. Ni siquiera con la masacre del 7 de Octubre, el ataque más brutal contra civiles judíos desde el Holocausto, lograron quebrar al Estado hebreo.

Lo que vimos ahora fue una operación quirúrgica, impecable, con precisión milimétrica. Golpes simultáneos sobre plantas nucleares clave —como Natanz, Fordow, Isfahan y Arak—, eliminación de científicos vinculados al programa nuclear y de altos mandos militares: el jefe del Ejército iraní, su segundo, el jefe de la Guardia Revolucionaria, y otros responsables directos del aparato de represión y expansión del régimen. Y todo esto, aparentemente, precedido por una operación de inteligencia que desactivó las capacidades inmediatas de respuesta iraní, combinada con una maniobra de distracción comunicacional que descolocó al liderazgo persa. El Mossad, una vez más, operó con una eficacia que raya lo cinematográfico, con una operación que incluso podría dejar en un segundo plano a la impresionante Operación Beeper contra Hezbolá.

El régimen de los ayatolás no sólo está militarmente golpeado; está política y socialmente quebrado.Leandro Fleischer

Irán respondió como una rata acorralada: débil, humillado, sin capacidad real de contraofensiva. El régimen de los ayatolás no sólo está militarmente golpeado; está política y socialmente quebrado. Hundido en una crisis económica, enfrentado a una población harta de la represión, que quiere sacarse de encima a los fanáticos que encarcelan, torturan y asesinan por motivos ideológicos o sexuales, persiguiendo a disidentes pacíficos, homosexuales o mujeres que simplemente no quieren llevar un velo en la cabeza. En ese sentido, debilitar al régimen es también una apuesta por la libertad de los iraníes. No es casual que, según algunos rumores, Benjamín Netanyahu tenga hoy más apoyo en Irán que en su propio país.

Una ofensiva con el guiño de Trump

Trump reconoció que Estados Unidos estaba al tanto del ataque. Después de años de esperar que Irán se sentara a negociar un acuerdo nuclear real —no otro simulacro como el de 2015—, la Casa Blanca parece haber entendido que sólo la presión real puede hacer reaccionar al régimen. Lo mismo deben comprender países como Qatar, que no puede seguir jugando al intermediario neutral mientras financia a grupos terroristas y mantiene una red de propaganda que intoxica universidades y redes sociales en Occidente. Qatar debe decidir de qué lado está. Y si no cesa sus actividades hostiles mal disimuladas debería prepararse para las consecuencias.

Por su parte, los enemigos regionales de Irán, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, probablemente estén celebrando en silencio. Rusia, atrapada en una guerra sin fin en Ucrania, y China, demasiado pragmática como para arriesgarse por Teherán, difícilmente intervengan. El régimen iraní está más solo que nunca.

El 'canario de la mina'

El tiempo de las advertencias terminó. Israel siempre ha sido el canario en la mina del mundo libre, ya que de su destino depende el de Occidente. Pero, lamentablemente para Irán y sus amigos, no es ningún canario; es un águila feroz, decidida, valiente e inteligente que no sólo defiende su supervivencia, sino que combate en primera línea contra el islamismo radical que amenaza a todo el mundo libre. Gracias a Israel, el mundo es y será un lugar más seguro y con mayor libertad.

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