Daniel Penny, el buen samaritano que la extrema izquierda ataca con fiereza
El joven de 26 años ha tenido que soportar un juicio en el que enfrentaba una condena de hasta 15 años de prisión. Un caso traído por el famoso fiscal Alvin Bragg, que parece que no se cansa de utilizar la Justicia para fines políticos.
Daniel Penny, el veterano que sirvió en la marina y que fue acusado de homicidio en segundo grado, fue declarado hoy inocente. Mientras gran parte del país vio el resultado del juicio con la tranquilidad de que al menos no se envió a la cárcel a un buen samaritano que puso en riesgo su vida por ayudar a sus compañeros de viaje en el metro de Nueva York, afuera de la Corte, la familia de Jordan Neely, el sujeto que perdió la vida en el suceso, gritaba arengas en compañía de líderes de BLM, asegurando que el asunto se trata de un hecho de racismo y que Neely terminó muerto por su color de piel.
La extrema izquierda, de la mano con BLM, lleva semanas tratando de hacer de este caso un asunto racial e intentar lograr algo parecido a los hechos de terrorismo que se desataron en buena parte del país después de la muerte de George Floyd en el 2020. No lo han conseguido. Más allá de los ataques en redes sociales a Penny, y los llamados de BLM afuera de la Corte a "hacer algo", no hay protestas en las calles.
La razón por la que no han hecho efecto los llamados de esa organización tratando de utilizar la muerte de Neely como detonante, es porque tras cuatro años de aquel suceso que hizo crecer en fama a BLM, mucha gente entendió que ese grupo no busca en realidad ayudar a la comunidad negra, sino encender el país generando odio entre razas. Pero, sobre todo, porque en medio de una criminalidad que agobia a los ciudadanos de las grandes ciudades demócratas, para cualquiera es fácil ponerse en el lugar de los pasajeros de ese metro y pensar: "yo hubiera agradecido que alguien actuara si hubiera estado en ese metro".
Cada semana los americanos ven en las noticias historias de ataques a personas inocentes. Mujeres golpeadas, personas empujadas a las vías del tren, robos, ataques sin justificación alguna, y una de las preguntas más comunes es por qué nadie hace nada cuando estos sucesos ocurren a plena luz del día y en medio de calles llenas de transeúntes. Esta vez alguien hizo algo, Penny se atrevió a poner en riesgo su vida para evitar que alguno de los pasajeros de ese tren resultara herido o incluso asesinado. Es por eso que los gritos de BLM no han tenido ningún eco en la población.
Ahora bien, Daniel Penny no solo ha sido atacado en redes sociales por la extrema izquierda, y se ha convertido en el blanco de acusaciones de BLM, sino que durante meses este joven de 26 años, estudiante de arquitectura, ha tenido que soportar un caso en el que enfrentaba una condena de hasta 15 años de prisión. Un caso traído por el famoso fiscal Alvin Bragg —el mismo que presentó el descabellado caso contra Trump por firmar un acuerdo de confidencialidad- que parece que no se cansa de utilizar su oficina para adelantar la agenda de la izquierda más extrema y destruir los fundamentos de la Justicia.
Daniel Penny es un buen samaritano perseguido ferozmente por la izquierda extrema, incluyendo al fiscal de distrito demócrata Alvin Bragg. El veredicto de hoy es una derrota para BLM y para los fiscales de izquierda que hacen mal uso de su cargo, pero sobre todo es una noticia de esperanza para un país que está cansado de soportar los altos niveles de criminalidad y que la Justicia sea utilizada para adelantar causas políticas.