El town hall hispano de Trump contrastará con la agenda radical de Kamala
Durante años, los demócratas han cortejado a los votantes latinos con promesas... sólo para olvidarse de ellos una vez elegidos. Hasta ahora: por primera vez en décadas, los hispanos están virando hacia el candidato republicano.
El presidente Donald J. Trump se dispone a exponer su plataforma esta semana en un town hall, donde se centrará en persuadir al votante latino de que merece un segundo mandato en la Casa Blanca. Por fortuna para el expresidente, los latinoamericanos se han mostrado receptivos a sus políticas, a pesar de los infundados ataques demócratas y sus intentos por vilipendiarlo. No se creen sus exageraciones y mentiras, por lo que las últimas encuestas muestran al Partido Demócrata perdiendo terreno mientras el republicano lo gana.
En los temas que más importan a las comunidades hispanas, como la economía, la inmigración y la seguridad fronteriza, el presidente Trump está tomando la delantera. Aquellos lo posicionan en un marcado contraste con Que Mala Kamala Harris, cuya peligrosa agenda radical sigue haciendo saltar las alarmas, sobre todo tras su reciente town hall.
Durante años, los demócratas han cortejado a los votantes latinos con promesas, sólo para descuidarlos una vez elegidos. Pero ahora, por primera vez en décadas, los hispanos se están volcando hacia la candidatura republicana del presidente Trump. Sus políticas, exitosas durante su primer mandato, se centran en impulsar la economía, controlar la inflación y asegurar la frontera.
El historial del expresidente en estas crisis difiere marcadamente del de la actual gestión. Con sus políticas fracasadas, Kamala Harris es dueña de estos problemas.
La última encuesta de NBC/Telemundo muestra que más latinos confían en Trump que en Que Mala Kamala cuando se trata de estos mismos temas. Otro aplastante sondeo de NYT/Siena también revela que prefieren al republicano en cuestiones de inmigración y seguridad fronteriza, incluso cuando Kamala intenta desligarse de la culpa y afirmar, falsamente, que su contrincante habla de todos los latinos cuando se refiere a los inmigrantes ilegales que cometen delitos.
Kamala Harris, una radical peligrosa
No existe nada más ofensivo que un demócrata que dice hablar en nombre de todos los latinos mientras, simultáneamente, cree que todos los latinos se ofenden porque supone que todos están aquí ilegalmente, cometiendo crímenes. Los hispanoamericanos prefieren a Trump en estos temas porque les preocupa la seguridad.
En su reciente town hall, Kamala Harris dejó claro una vez más la prioridad que dará a los ciudadanos latinoamericanos que se tambalean por sus políticas catastróficas. Afirmó que los republicanos estaban haciendo política con la respuesta de su Administración al huracán, mientras ella misma la politizaba al negarse a responder preocupaciones válidas sobre cómo la FEMA está manejando la asistencia a las víctimas -inquietudes que empeoraron después de que su propio director del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, revelara que la agencia no tiene fondos suficientes para aguantar lo que queda de la temporada de huracanes-.
"Trump habla de las preocupaciones de los votantes latinoamericanos".
Siguió impulsando su postura radical sobre controles de precios al estilo soviético y evitó preguntas sobre por qué los votantes deberían aceptar sin más su coronación como sustituta de Joe Biden sin haber superado un proceso democrático de primarias. Harris redobló la apuesta por una amnistía masiva para inmigrantes indocumentados en un momento en el que estadounidenses inocentes de todo el país temen por sus vidas debido a la violencia causada por bandas criminales internacionales como el Tren de Aragua.
Kamala Harris es una radical peligrosa. Su agenda llevaría a la mayor subida de impuestos en la historia de Estados Unidos, a la desfinanciación de la policía y a numerosas dificultades económicas, en particular para los latinos que quieren comunidades seguras y oportunidades económicas. Sus propuestas, como prohibir el fracking y aumentar los impuestos, supondrían la destrucción de millones de empleos al mismo tiempo que dificultarían a muchas familias hispanas alcanzar una vivienda propia.
Una segunda oportunidad para Que Mala Kamala le brindaría la oportunidad de seguir mimando a inmigrantes ilegales con amnistías masivas, ciudades santuario, la abolición del ICE, la descriminalización del cruce ilegal de fronteras, y sanidad gratuita; además de causar mucha más devastación económica a las familias hispanas con un mayor desempleo, más impuestos, y una bajada de salarios.
El América Primero de Trump, el América Último de Harris
En cambio, Donald Trump habla de las preocupaciones de los votantes latinoamericanos: reforzar la seguridad fronteriza, reducir los impuestos y crear empleo. Su Tax Cuts and Jobs Act -que Que Mala Kamala quiere eliminar- benefició a las familias latinas, sacando a muchas de la pobreza e impulsando los ingresos reales. Los datos oficiales muestran que los hogares de rentas medias y bajas se beneficiaron significativamente de estos recortes fiscales, desmintiendo las falsas afirmaciones de Harris de que sólo ayudaron a los ricos.
El único con una economía de oportunidades es Trump, quien propone una agenda pro crecimiento que durante sus cuatro años en el Salón Oval logró un boom económico y amplió las oportunidades para los hispanoamericanos. Bajo su liderazgo, la comunidad hispana gozó de tasas de desempleo y pobreza históricamente bajas, y alcanzó un récord de propiedad de vivienda. La mediana de los ingresos reales de los hogares hispanos superó los 50.000 dólares por primera vez en la historia.
Me identifico con el presidente Trump cuando habla de volver más seguras a nuestras comunidades. También habla de nosotros cuando menciona que quiere fortalecer las fronteras de nuestra nación y protegernos contra amenazas terroristas y peligrosos miembros de carteles. Cuando promete implementar medidas adicionales de alivio fiscal, como no gravar las propinas, las horas extra o la Seguridad Social, está hablando de aliviar nuestras cargas fiscales para que nuestras trabajadoras comunidades latinas puedan quedarse más de su propio dinero y proporcionar un mejor sustento a sus familias. Su liderazgo contrasta fuertemente con el enfoque de Que Mala Harris, que muchos ven como una liberal de San Francisco sin cable a tierra y blanda con el crimen.
En última instancia, las políticas del expresidente Trump ponen a América Primero, mientras que la peligrosa agenda de Harris pone a América Último. No olvidemos que es la actual vicepresidente en ejercicio. Sus posiciones radicales exacerbarían las crisis actuales, desde la inflación hasta la crisis fronteriza, dejando a muchos votantes latinoamericanos preocupados por el futuro. ¿Por qué deberían los estadounidenses recompensarla con un ascenso otros cuatro años cuando, estos últimos cuatro, se ha revelado incompetente? Trump, por otro lado, entiende los retos a los que se enfrentan nuestras comunidades y tiene un historial probado de resultados que mejoran nuestras vidas.
Es sencillo. Ronald Reagan dijo, célebremente: "Los latinos son conservadores, sólo que aún no lo saben". Hoy en día, muchos votantes hispanos parecen estar dándose cuenta de ello. Reagan también planteó una pregunta crucial, que quizás incluso le llevó directamente a la Casa Blanca tras la catastrófica gestión de Jimmy Carter: "¿Está mejor hoy que hace cuatro años?" Después de cuatro años de una desastrosa Administración Harris-Biden, para la mayoría de los latinoamericanos, la respuesta, hoy, es no. Mientras tanto, Donald Trump se está ganando su confianza.