¿Por qué los republicanos hundieron el proyecto de ley para la frontera?
Tras una épica batalla dentro del partido, la propuesta impulsada por Schumer y McConnell llegó a su fin en el Senado.
Un proyecto de ley que nació muerto, esa tal vez es la mejor descripción para el proyecto "bipartidista" para la frontera que fue rechazado hoy en el Senado con una votación de 49-50. Necesitaba 60 votos y no lo logró, la gran mayoría de los republicanos votaron en contra. Las discusiones dentro del partido republicano en los últimos días han llegado incluso a los gritos, según han afirmado diferentes senadores. El senador Ted Cruz afirmó que esta votación es el resultado de una batalla épica entre los republicanos del Senado.
El proyecto de ley consideraba $ 60 mil millones para Ucrania y solo $ 20 mil millones para asegurar la frontera sur. Del dinero destinado a la frontera 1,4 mil millones irían a establecer a los inmigrantes, incluyendo viajes y hospedaje, y 2,3 mil millones irían a ciudades santuario.
Este proyecto de ley nace de una unión entre los dos líderes del Senado, el republicano Mitch McConnell y el demócrata Chuck Schumer, para aprobar a toda costa financiación para Ucrania. El proyecto fue catalogado como bipartidista porque desde su nacimiento incorporó a algunos republicanos, pero la mayoría de los senadores del partido solo tuvieron acceso al documento hace un par de días.
El presidente Joe Biden, la Casa Blanca, y el Senador Chuck Schumer han estado buscando desesperadamente dinero para Ucrania, también el líder de los republicanos en el Senado Mitch McConnell se ha unido al esfuerzo, pero la conferencia republicana les contestó que sólo aprobarían el dinero para Ucrania si se aseguraba primero la frontera sur. El asunto es claro, la mayoría de los republicanos no quieren financiar seguridad en Ucrania antes que financiar seguridad en Estados Unidos y resolver los problemas de la frontera sur. De modo que los republicanos del Senado usaron la desesperación de la Casa Blanca por aprobar dinero para Ucrania para intentar presionar y conseguir un cambio en la frontera sur.
Sin embargo, una vez que se conoció el proyecto de ley, el pasado domingo en la noche, fue muy fácil para la mayoría de republicanos, tanto en el Senado como en la Cámara, concluir que el proyecto no soluciona la crisis en la frontera. La razón fundamental por la que votaron en contra es que el bill no soluciona el problema, y para algunos, el proyecto incluso empeora la situación.
Los problemas del proyecto de ley
El proyecto establece que si durante 7 días se alcanza un promedio diario de 5.000 encuentros, o si se llega a los 8.500 encuentros en un solo día, el Departamento de Seguridad Nacional estaría obligado a cerrar la frontera, rechazando todo cruce y nueva solicitud de asilo. Todo el que cruce la frontera sería expulsado, terminando con la seguridad de que la solicitud del migrante será recibida solo por el hecho de llegar a territorio estadounidense.
Para muchos senadores republicanos esto no es un límite que solucione el problema, sino que por el contrario significa normalizar la entrada de 5.000 inmigrantes ilegales al día, eso es 1,8 millones de migrantes al año. El temor es que si el proyecto pasaba, el país vería 5.000 migrantes al día para siempre, porque sería el número que se normalizaría. Y la cifra incluso sería mayor, porque el límite de 5 mil no incluye niños sin acompañantes, lo que además constituiría un incentivo para que más niños sin acompañantes sean enviados de manera ilegal.
El otro grave problema que señalan los republicanos es que aunque el proyecto establece que se cierre la frontera si se cruza el número de 5 mil migrantes, también dice que le otorga al presidente el poder de reabrir la frontera en cualquier momento si es "de interés nacional temporalmente suspender la emergencia fronteriza". Por lo que el proyecto establece una cifra como límite, pero en todo caso deja la posibilidad de que el presidente no cumpla con esa cifra. En ese sentido, la pregunta de muchos republicanos es por qué el presidente Biden cumpliría con el límite de 5.000 encuentros diarios cuando durante años no ha mostrado ningún interés por efectivamente frenar la migración ilegal.
El proyecto también establece requisitos más estrictos para pedir asilo y un estándar de miedo creíble más alto. Además, plantea que en adelante los solicitantes de asilo tendrán la entrevista en los días siguientes a su llegada y que la decisión del caso sería emitida en un lapso de meses y no en años, como ocurre actualmente. Este es un punto en el que todos los republicanos están de acuerdo, pero esto no es suficiente para que sea considerado un buen proyecto. Para muchos, de nada sirve endurecer los requisitos de solicitud de asilo, si en todo caso se va a permitir la entrada de 5.000 personas al día.
En general, la principal razón por la que los senadores republicanos votaron en contra es porque consideran que el proyecto no soluciona la crisis fronteriza. El Senador Cruz afirmó que el proyecto es una "lista de deseos demócratas que permite la entrada de 1,8 millones de extranjeros ilegales anualmente a Estados Unidos".
También han señalado que para asegurar la frontera ni siquiera es necesario pasar nuevas leyes, y recuerdan que Donald Trump dejó cifras récord de baja inmigración sin tener que pasar un proyecto por el Congreso, de modo que el principal problema es la falta de voluntad de la actual Administración. "Biden puede arreglar esto ahora mismo", dijo el Senador Rick Scott.
El Asunto político: los republicanos le han dado un gran regalo a los demócratas
Mitch McConnell y los Senadores republicanos que apoyaron el proyecto increíblemente han conseguido darle a los demócratas razones para decir que ellos sí quieren asegurar la frontera pero que los extremos republicanos MAGA no se lo permitieron al rechazar una ley que incluso tenía el apoyo de su líder en el Senado.
De ahora hasta las elecciones, el discurso de cada demócrata será echarle la culpa de la crisis en la frontera a los republicanos. En ese sentido, que el líder de la minoría Mitch McConnell haya impulsado el proyecto con tal ahínco es un tremendo error político que seguramente les costará un alto precio a los republicanos.
La realidad es que los demócratas no iban a pasar ningún proyecto que efectivamente asegurara la frontera, y el senador McConnell en su afán por asegurar dinero para Ucrania encargó al senador republicano James Lankford un proyecto que fuera aprobado por los demócratas, por eso el resultado fue una negociación que fue rechazada por la mayoría de los republicanos tan pronto como se conocieron los detalles.
El martes en la tarde, el presidente Joe Biden dio un inesperado discurso sobre el proyecto de ley. Aseguró que finalmente se proveerán los fondos que el repetidamente ha pedido para asegurar la frontera. Resaltó el nuevo personal que se podría contratar con los fondos que se aprobarían y dijo que el proyecto, de ser aprobado, le daría autoridad temporal para cerrar la frontera cuando los encuentros diarios superen los 5.000. Aseguró también que era fundamental aprobar la ayuda a Ucrania.
Posteriormente el presidente pasó a hablar del tema político, afirmando que durante años los republicanos han dicho que quieren seguridad en la frontera y que esta es la oportunidad para lograrlo. "Ahora tienen el proyecto de ley fronterizo más fuerte que este país haya visto jamás".
Finalmente dijo que si el proyecto no era aprobado "todos los días desde ahora hasta noviembre, el pueblo estadounidense sabrá que la única razón por la que la frontera no es segura es Donald Trump". Una frase que generó bastante enojo entre los republicanos, que recuerdan una y otra vez que Biden recibió el país con cifras de inmigración históricamente bajas y que desde sus primeras semanas en el poder desmanteló las políticas duras que en materia de inmigración había impuesto la Administración de Trump.
Por cuenta del enorme error político de McConnell, todos los demócratas, incluyendo al presidente Biden que se tomó incluso el tiempo para dar un discurso, se lavarán las manos respecto de lo que ocurre en la frontera y dirán que la culpa es de Trump y sus congresistas extremos. Increíblemente Biden hará campaña asegurando que Trump es el culpable del desastre en la frontera.