El populismo de izquierda que pregonas siempre ha sido un remedio contra la pobreza y le ha dado un gran envión al progreso. Ya lo vemos en Cuba, Nicaragua, Venezuela...

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, sostuvo durante una entrevista con un medio brasileño que “gran parte” de la alta inflación en el país (cerró el año 2022 con 94,8%) “es autoconstruida, está en la cabeza de la gente”. El mandatario explicó: "La gente lee en el diario que va a subir el combustible y entonces empiezan a aumentar por las dudas" (sic). 

¡Claro, Alberto! ¿Cómo es que no nos dimos cuenta de que todo era un problema de expectativas y confianza? Todo está en nuestras cabezas. Ahora bien, ¿la enorme expansión de la base monetaria en el país también se encuentra en nuestros cerebros? Puede ser, no sé.

¿Será ese el problema de las expectativas y la desconfianza a las que te refieres cuando hablas de “inflación autoconstruida”? ¿Cómo podemos no confiar en ti, Alberto? ¡Si tú eres de la postura de “ponerle plata en el bolsillo a la gente”! De dónde sale ese dinero, cuánto aumenta la emisión, cuánta riqueza genera, etc., son preguntas de neoliberales insensibles. Lo importante es, como dices, seguir repartiendo planes sociales que brinda tu Gobierno para contener a los que menos tienen, ya que, como manifestaste, "para la derecha ellos no existen y pretenden dejarlos olvidados".

En este sentido, Alberto, a pesar de que estás gobernando desde hace más de tres años, no te olvidaste de volver a cargar contra el expresidente, el culpable de todos nuestros males, por supuesto. Afirmaste: "Cuando Macri decía que la inflación se resuelve en un minuto, ¿a qué costo? Porque al costo de devaluar el 40% como hizo, el resultado es mandar a la marginación y a la pobreza a millones de personas". Exacto, porque en ese momento era un verdadero problema, pero el fuerte crecimiento de la pobreza y la marginación de hoy debe de estar en nuestras traviesas cabezas, ¿no, Alberto? Son visiones que tenemos, algo así como hologramas que vemos debido a los malditos medios de comunicación –menos los oficialistas–, que no nos permiten ver tus maravillosos logros. Tal vez pida que me hagan varios estudios en el cerebro y quizás alguna cirugía para poder ver las cosas como son.

Alberto, como presidente has demostrado ser un gran psicólogo. Espero puedas dedicarte de lleno a la psicología una vez que hayas dejado el poder como uno de los peores presidentes de la historia argentina. En mi imaginación, claro.

También puedo entender tus prioridades, Alberto. Expresaste: "Mi única preocupación es que en la Argentina no vuelvan a gobernar los que la destruyeron. Debo garantizar que en la Argentina nunca más la derecha vuelva a hacerse cargo del poder, gane yo o gane quien sea". Claro, ¡si el populismo de izquierda que pregonas siempre ha sido un remedio contra la pobreza y le ha dado un gran envión al progreso! Ya lo vemos en Cuba, Nicaragua, Venezuela; en fin, es indiscutible. Aquellos que se atreven a criticarte o a desconfiar de ti, ya sabemos, tienen una imagen autoconstruida en lo que a economía y derechos humanos se refiere. Deliran. Diste en la tecla cuando dijiste que el peronismo siempre vuelve a "resolver los problemas de la gente, que la derecha genera". El hecho de que el peronismo haya gobernado buena parte de la historia argentina contemporánea parece ser un detalle insignificante. De hecho, de los últimos casi 20 años, 15 y contando han sido gobernados por el kirchnerismo, que por supuesto nada ha tenido que ver con la situación que vivimos hoy; el problema fueron los cuatro años que le tocó gobernar a Macri, el resto estuvo de mil maravillas, más allá de lo que opinen los detractores, que, ya saben, son pobres víctimas de su psique.

Alberto, haces bien en acusar a los argentinos de preferir el dólar por encima del peso. Dijiste que “la fascinación por el dólar es muy dañina". Es que la devaluación de la moneda nacional es un proceso mental, claro. No es que tenga menos valor, es que nosotros pensamos que lo tiene y que seguirá perdiéndolo. Pero bueno, ahora que el presidente brasileño Lula Da Silva está de visita en Argentina, analizas la posibilidad de crear una moneda única con Brasil. Parece que, de esa manera, superaríamos cualquier problema psicológico que tengamos y asunto solucionado.

Alberto, como presidente has demostrado ser un gran psicólogo. Espero puedas dedicarte de lleno a la psicología una vez que hayas dejado el poder como uno de los peores presidentes de la historia argentina. En mi imaginación, claro.