Voz media US Voz.us

ANÁLISIS

Sydney Sweeney y American Eagle exponen, sin intención, la decadencia del 'wokeism'

Mientras la campaña de American Eagle apela a lo comercialmente clásico y estético, la respuesta del progresismo fue intentar imponer una narrativa ideológica hasta en un par de jeans.

Diseño donde se incluye a la actriz Sydney Sweeney y su campaña de Jeans

Diseño donde se incluye a la actriz Sydney Sweeney y su campaña de JeansCordon Press / American Eagle - Instagram

Emmanuel Alejandro Rondón

El nuevo —y mega viral—anuncio de jeans de Sydney Sweeney para American Eagle (AE) no solo generó un repunte de casi el 20% en la bolsa para la marca de ropa estadounidense en el último mes, sino también una reacción furiosa por parte de medios, críticos de moda e, incluso, tiktokers progresistas que están acusando a la firma y a la actriz de impulsar propaganda “eugenésica”, “racista” y “nazi”.

En los últimos días, luego de que la protagonista de 'Euphoria' y 'The White Lotus' se viralizara en redes sociales por su campaña de jeans, críticos de moda de medios como el Washington Post, MSNBC, Good Morning America (GMA) y Salon atacaron el anuncio por, según ellos, impulsar una retórica “retrograda”, incluso sugiriendo que la campaña estaría promoviendo la idea de supremacismo a través del juego de palabras “Sydney Sweeney tiene jeans/genes geniales”.

En los diferentes vídeos de la campaña, Sweeney aparece usando jeans holgados, destacando sus atributos físicos y haciendo algunos juegos de palabras sobre los genes y los jeans de AE.

Por ejemplo, en uno de los vídeos, cuando la cámara se va dirigiendo hacia sus ojos para enfocarlos, la actriz comenta: “Los genes se heredan de padres a hijos, y a menudo determinan rasgos como el color del cabello, la personalidad e incluso el color de los ojos... Mis jeans son azules”.

Este enfoque de la campaña bastó para que diversos críticos de medios acusaran a la actriz y a la empresa de promover la eugenesia y el supremacismo blanco.

“Los movimientos de eugenesia en EE.UU. solían promover la idea de los ‘buenos genes’ para alentar la reproducción entre personas blancas y sanas, mientras justificaban la esterilización forzada de otros. Los críticos afirman que esas ideas aún persisten en la publicidad moderna y en la cultura influencer, muchas veces sin cuestionamiento”, escribió para Salon el editor de fin de semana CK Smith.

En la televisión nacional también se abordó la controversia. Particularmente, se viralizó un clip del programa GMA First Look de ABC el martes, que presentó a la profesora Robin Landa, de la Universidad de Kean, relacionando la frase “good jeans” con el movimiento eugenésico.

“El juego de palabras ‘buenos genes’ activa asociaciones históricas preocupantes para este país. El movimiento de eugenesia en EE.UU., en su apogeo entre 1900 y 1940, utilizó la idea de los buenos genes para justificar el supremacismo blanco”, señaló la profesora.

En esa línea, Rachel Tashjian, crítica de moda del Washington Post, y Shane O’Neill, periodista de moda, escribieron un extenso análisis para el WaPo validando las acusaciones contra American Eagle y la actriz.

“Durante los últimos cinco o seis años, parecía que la moda y la cultura pop estaban muy interesadas —incluso comprometidas— con la positividad corporal. Ahora nos están inundando con imágenes de delgadez, blanquitud y ostentación de riqueza sin remordimientos, como lo muestra esta campaña, las influencers como Alix Earle y la portada del nuevo álbum de Sabrina Carpenter”, escribió Tashjian. “Pero es extraño ver a una marca como American Eagle ir en esa dirección. ¿Deberían los adolescentes recibir una visión de la sexualidad y la moda que resulta tan retrógrada?”

Mientras tanto, O’Neill afirmó que el anuncio le recordó a la retórica de la Administración Trump.

“Lo primero que pensé cuando escuché el eslogan ‘Sydney Sweeney has great jeans’ fue en la cuenta de Instagram del DHS, que publicó una pintura sutilmente racista hace unas semanas y otra abiertamente racista la semana pasada”, escribió el periodista. “La última mostraba a una mujer voluptuosa, rubia y gigantesca ahuyentando a personas nativas para dejar paso a colonos blancos. Cuando esta es la imaginería que promueve nuestro gobierno, un juego de palabras con ‘genes’ se percibe de otra manera”.

Otros, como Hanna Holland, productora de MSNBC, dijeron que la campaña es un síntoma de los cambios culturales de la sociedad estadounidense hacia el conservadurismo, sugiriendo que eso es algo negativo.

“La publicidad, la elección de Sweeney como única figura del anuncio y la reacción en internet reflejan un cambio cultural desenfrenado hacia la blanquitud, el conservadurismo y la explotación capitalista. Sweeney es tanto síntoma como partícipe de ello”, escribió Holland en una columna publicada este lunes en MSNBC.com.

Además de los medios y críticos progresistas, múltiples tiktokers se viralizaron cuestionando a Sweeney y American Eagle.

El progresismo se olvida de la violencia doméstica

En redes sociales, sin embargo, muchos usuarios salieron en defensa de la marca y la actriz, tildando los comentarios sobre “eugenesia” y “propaganda nazi” de exagerados.

Otros usuarios, además, recordaron que la colaboración entre Sweeney y AE en parte busca concientizar sobre la violencia doméstica.

En la página de la empresa de ropa, se lee: “El motivo de mariposa en el bolsillo trasero del jean representa la concienciación sobre la violencia doméstica, una causa que le apasiona a Sydney”.

“Para apoyar esta causa, el 100% del precio de venta del ‘Sydney Jean’ será donado a Crisis Text Line, una organización sin fines de lucro que ofrece apoyo confidencial gratuito, 24/7, en salud mental para cualquier persona que lo necesite —solo hay que enviar un mensaje de texto al 741741”. 

La reacción, sin dudas, ha sido desmesurada. La izquierda progresista americana, desesperada por cómo el wokeism va perdiendo fuerza y atractivo para las marcas más importantes, ahora está escandalizada por un comercial que solo emula el clásico anuncio que combina a una actriz famosa y objetivamente atractiva con elementos clásicos, como un auto o unos vaqueros de calidad, sin reivindicaciones sociales de ningún tipo o una bajada ideológica por detrás.

Básicamente, los medios y críticos progresistas están acusando a AE de, exactamente, lo que hizo Bud Light cuando contrató a la influencer trans Dylan Mulvaney o Nike cuando impulsó campañas ‘body positive’ que recibieron, a su vez, un aluvión de críticas y rechazo por los consumidores. La diferencia es que, mientras aquí se hiló fino para buscar una controversia, aquellas campañas sí que eran evidentes y transmitían un mensaje claro que los críticos denunciaron.

En cambio, el progresismo ignoró la buena intención de AE y Sweeney de luchar contra la violencia doméstica solo porque en la campaña no buscaron enviar un mensaje directo, sino una sutileza, prometiendo las ganancias a una organización sin fines de lucro. Claramente, aunque no fue su intención, la actriz y la marca expusieron la decadencia moral y cultural del wokeism.

tracking