Caso Ashley Pardo: las autoridades revelan que compró armas para su hijo sabiendo que planeaba un tiroteo en su escuela
El menor enfrenta cargos de terrorismo y armas. Desde enero mostraba una actitud sospechosa, pero -según las autoridades- la madre parecía indiferente ante la situación.

Ashley Pardo
Las autoridades revelaron detalles sobre el caso de Ashley Pardo. La mujer es acusada de ayudar en la comisión de actos de terrorismo después de comprar armas y equipo táctico para su hijo de 13 años, quien había expresado repetidamente su interés en cometer un tiroteo en una escuela.
La policía explicó que Pardo, de 33 años, "no estaba preocupada" por el comportamiento de su hijo y compró las armas para el niño como recompensa por cuidar a sus hermanos menores.
Pardo fue arrestada el lunes al igual que el menor. De acuerdo con el reporte policial, ese día, el niño acudió a la escuela secundaria Jeremiah Rhodes en San Antonio tras decirle a su abuela que "sería famoso". Se marchó tras una breve visita a la escuela.
Posteriormente, el niño fue detenido fuera del campus, según una carta a las familias de la directora de la escuela, Felismina Martínez, publicada en Facebook.
Ahora el menor enfrenta cargos de terrorismo y armas.
“El joven aparentemente estaba planeando algún acto de violencia según las cosas que descubrimos que estaba haciendo, y la madre lo estaba ayudando", dijo el jefe de policía de San Antonio, William McManus, quien se refirió a las bases de la acusación.
Además, se conoció que el niño mostró una actitud extraña desde enero. Sin embargo, las autoridades precisaron que la madre parecía indiferente a la situación.
“Las autoridades escolares encontraron un mapa dibujado a mano de la escuela, etiquetado como ‘ruta suicida’, con un rifle ilustrado en el papel, según los documentos, y el niño les contó a las autoridades que le fascinaban los tiroteos masivos del pasado”, detalló New York Times que tuvo acceso a los documentos judiciales.
Los documentos judiciales también mostraron que en abril, el menor fue suspendido tras usar una computadora proporcionada por la escuela para investigar el tiroteo masivo en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, que cobró la vida de más de 50 personas en 2019.
El mismo día de la suspensión el niño habría intentado suicidarse. La abuela del niño ya había advertido a las autoridades que la madre le había comprado municiones y armas.
La abuela también habría encontrado un explosivo, que tenía escrito el nombre del pistolero que cometió el tiroteo de Christchurch.
La madre del niño fue arrestada antes de ser liberada bajo fianza de $75.000. Deberá comparecer ante el tribunal de San Antonio el 17 de julio.