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La Universidad de Austin, un bastión por la libertad en medio de la deriva de la academia

La Universidad de Austin surgió en 2021 como un sueño. Se desarrolló como una alternativa y hoy representa un modelo para el futuro.

Weiss y de la Universidad de Austin. VOZ

Weiss y Kanelos de la Universidad de Austin. VOZ

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La corrección política, madre de la cultura woke, ha provocado una espiral de censura en el mundo académico de prestigio en Estados Unidos. Las universidades de élite han perdido el respeto que gozaban entre la mayoría de los americanos.

Y no solo es un hecho reconocible por el mundo conservador. Hace medio año el reconocido comentarista de CNN, Fareed Zakaria, hablaba del desprestigio de las universidades élites y cómo han perdido popularidad entre la mayoría. Según una encuesta de Gallup, entre 2013 y 2019 la popularidad de las universidades cayó de 73% a 41%.

Un sondeo mucho más alarmante es el del Pew Research Center del 2018: el 61% de los americanos consideraba entonces que las universidades de prestigio iban en la dirección equivocada.

Con respecto a los americanos que aplican a las universidades, el número cayó del 70% en el 2017 al 62% en el 2023, de acuerdo con un trabajo del New York Times.

Las razones están a la vista: la cultura de cancelación ha inhibido el debate. La obsesión ideológica e identitaria de las universidades ha provocado que ya no sean espacios amigables para todos los pensamientos y las comunidades. Como dijo el mismo Fareed Zakaria, "las buenas intenciones se han transformado en una ideología dogmática y han convertido a las universidades en lugares de objetivos políticos perversos y no de méritos académicos".

Es justamente en medio de este contexto que en 2021 un grupo de multimillonarios decidió financiar una iniciativa con el propósito ofrecer un nuevo camino a los estudiantes que aspiren a formarse en un ambiente donde puedan debatir y contrastar ideas, sin temor a ser perseguidos.

La Universidad de Austin (UATX, por sus siglas en inglés) fue concebida, en algún momento, como un sueño. Hoy es una realidad, con más de un centenar de estudiantes, un campus incipiente y una importante proyección. Ha molestado, como era de esperarse, al mundo académico y, pese a las trabas, se perfila para ser la punta de lanza en lo que parece que será una reacción inevitable: el mundo académico apartándose de lo que la mayoría desprecia y volviendo a abrazar el debate libre.

Concebida para el debate

Fue concebida en mayo del 2021 cuando Joe Lonsdale, el inversionista fundador de compañías como Palantir Technologies y OpenGov; Pano Kanelos, el entonces presidente del St. John's College; el académico Niall Ferguson y la periodista Bari Weiss se reunieron en Austin, Texas, para discutir sobre cómo se le podría dar respuesta al drama que entonces sufría el mundo universitario.

Unos meses después, en noviembre de 2021, el concepto se hizo público. Inmediatamente miles de potenciales estudiantes, padres y profesores tocaron las puertas. Estaban interesados en la idea. 

En una entrevista con el Wall Street Journal, Pano Kanelos, su actual presidente, dijo que la motivación detrás de la AUTX fue la necesidad de promover el debate, abierto y civil, algo que considera que ha sido desmantelado en las universidades tradicionales debido a la intolerancia.

Respaldo generoso

No solamente Joe Lonsdale ha confiado su dinero en el proyecto. El trader y defensor del voucher escolar, Jeff Yass, donó $35 millones.

Otro de los grandes patrocinadores ha sido el multimillonario inmobiliario y reconocido donante republicano, Harlan Crow. Al Wall Street Journal, Crow le dijo que "gran parte de la educación superior actual parece querer rechazar los logros occidentales y los logros de las civilizaciones occidentales en su totalidad".

Crow se ha sumado casi de lleno. Incluso ha prestado su opulenta mansión en Dallas para eventos de la universidad. Permitió que AUTX utilice el espacio de un centro de oficinas suyo para un programa de verano, provocativamente llamado 'Cursos Prohibidos'.

Otro de los nombres que se han hecho públicos en cuanto a la financiación fue el del multimillonaria dueño de Warner Music Group, Len Blavatnik.

Hasta el momento, de acuerdo con el Wall Street Journal, la Universidad ha recaudado cerca de $200 millones, lo que sería "una gran suma para una escuela tan pequeña y sin antiguos alumnos a los que recurrir".

Este nivel de financiamiento ha permitido a la universidad ofrecer becas completas a sus primeros 100 estudiantes, quienes están prontos a ingresar. Para estos estudiantes, la universidad no solo será un lugar de estudio, sino un espacio donde podrán contribuir activamente a la creación de la cultura de la institución, según se lee en un artículo en The Texas Tribune anunciando que ya las aplicaciones están abiertas.

Un enfoque heterodoxo

La Universidad de Austin no se propone ser una propuesta conservadora. En lo absoluto. La idea es que todos los puntos de vistas se puedan encontrar en un espacio de libertad plena. El esfuerzo busca, como explica Kanelos, restaurar una cultura académica que ha sido erosionada "por el conformismo ideológico".

En el programa de 'Cursos Prohibidos', por ejemplo, la UATX ofreció a los estudiantes la posibilidad de debatir temas que, en otras instituciones, suelen ser censurados o limitados. Asignaturas como "Ciencia y Cristianismo" y "La psicología de la moralidad" precisamente se corresponden con el enfoque que busca el contraste respetuoso de posturas.

Otro de los propósitos de la AUTX es contrarrestar la "asimetría intelectual" que Kanelos observa en general y que, según él, engendra una atmósfera de temor entre quienes no son suficientemente progresistas. No obstante, Kanelos rechaza la idea de que la Universidad sea percibida como "un festival de amor entre la derecha".

"No tengo ningún interés en una universidad anti-woke (...) Cuando construyamos esta institución, habrá gente de todas las tendencias intelectuales o habremos fracasados", dijo Kanelos al Wall Street Journal en enero del 2022.

Futuro prometedor

Si algo ya ha logrado la Universidad de Austin y que muchas instituciones envidiarían, es que ya existe una comunidad amplia y diversa de académicos, estudiantes y donantes interesados. Dada la prensa, el reconocimiento y la atención, la Universidad de Austin logró posicionarse como la principal alternativa sólida en un entorno académico absolutamente dominado por una corriente ideológica. 

La visión de Kanelos, Bari Weiss, Niall Ferguson y sus colegas es ambiciosa. Buscan desarrollar propiamente un campus en Austin y continuar expandiendo su oferta académica mientras mantienen un enfoque en la libertad intelectual. 

Es claro que para quienes concibieron la Universidad, no se trata solamente de una respuesta a la crisis actual sino un modelo para el futuro. 

Hoy la Universidad de Austin se encuentra en el histórico edificio Scarbrough, en el downtown de Austin. El espacio es temporal. La construcción de la sede más grande, en las afueras de la ciudad, ya está en marcha. 

El reto es enorme; pero vista la percepción de la mayoría de los americanos, a partir de las encuestas, el contexto es favorable.

"Las universidades tienen la responsabilidad de participar activamente en la creación de una cultura del discurso civil", dijo Kanelos al WSJ.

"Si no cultivamos ciudadanos capaces de hablar de forma productiva por encima de las diferencias y de ayudarnos a avanzar, habremos eludido nuestra responsabilidad como educadores. ¿Cómo creamos esos lazos de confianza? ¿Cómo cambiamos las cosas para mejor? Esa es la contribución que me gustaría hacer", agregó.

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