Mientras Musk desata su furia contra Trump y apunta al liderazgo republicano, la Casa Blanca evalúa cómo contener los daños
Este jueves, el magnate atacó al presidente de la Cámara, Mike Johnson; y al líder de la mayoría en el Senado, John Thune.

Elon Musk junto a Trump en Butler, en una imagen de archivo
La pelea pública entre el presidente Donald Trump y el magnate Elon Musk está alcanzando niveles inimaginables para muchos. Mientras el dueño de Tesla lanza ataques directos contra los principales líderes republicanos de la Cámara Baja y amenaza con impulsar un proceso de impeachment contra Trump, la Casa Blanca se encuentra sumida en un estado de emergencia, con reuniones de alto nivel que tienen como objetivo contener una crisis que amenaza con desmoronar el “gran, maravilloso” proyecto de ley del presidente, que es la pieza clave de su agenda legislativa.
Según reportó el periodista David Alandete desde Washington, Trump se retiró del Despacho Oval casi a las 18:00 hora local, tras reunirse con sus asesores más cercanos y su equipo de comunicaciones, que está evaluando cómo responder a la escalada del magnate.
Según el corresponsal, La Casa Blanca, en estado de alerta, está intentando activamente contener el daño político que Musk podría generar mientras se acercan las midterms y se intenta pasar la megaley fiscal de Trump.
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La reunión entre Trump y su primer anillo, que terminó sin declaraciones, se produjo luego de que Musk dirigiera su ofensiva no solo contra el presidente, sino también contra el liderazgo republicano en el Capitolio.
Este jueves, Musk atacó al presidente de la Cámara, Mike Johnson; y al líder de la mayoría en el Senado, John Thune, por apoyar el llamado “One Big Beautiful Bill”, el gigantesco paquete de presupuesto impulsado por Trump.
“¿Dónde está el Mike Johnson de 2023?”; “¿Dónde está el John Thune de 2020?”, escribió el magnate, citando declaraciones pasadas en las que ambos republicanos mostraban preocupación por el déficit fiscal.
Además, Musk envió una amenaza al Partido Republicano, afirmando que podría financiar campañas contra legisladores que respalden la megaley de Trump, profundizando las grietas internas del GOP.
Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, el “One Big Beautiful Bill”, proyecta un aumento de 2,4 billones de dólares al déficit en la próxima década.
En medio de las críticas públicas de Musk, la Casa Blanca respondió al magnate a través de la portavoz Karoline Leavitt, quien intentó minimizar los ataques.
“Este es un episodio lamentable de Elon, quien está molesto porque el proyecto no incluye las políticas que él quería. El presidente está enfocado en aprobar esta legislación histórica y en hacer grande a nuestro país nuevamente”, dijo Leavitt.
Sin embargo, más allá de la declaración pública de Leavitt, el entorno presidencial respondió con mayor dureza a las insinuaciones de Musk sobre un supuesto vínculo de Trump con Jeffrey Epstein.
“Todo el mundo sabe que el presidente expulsó a Epstein de su club en Palm Beach. Los archivos ya se publicaron con su nombre incluido. No hay nada nuevo aquí”, dijo una fuente oficial a The Hill.
“El propio gobierno publicó los archivos de Epstein con el nombre del presidente incluido. Esta no es una sorpresa nueva que Elon esté descubriendo. Todos ya lo sabían. Si Elon realmente creía que el presidente estaba más involucrado con Epstein, ¿por qué estuvo con él durante seis meses y dijo que lo amaba tanto como un hombre heterosexual puede amar a otro hombre heterosexual?”, añadió.
A pesar de los comentarios privados y anónimos, aún la Administración Trump no ha respondido a Musk. De hecho, el presidente Trump evitó responder preguntas a la prensa durante un evento en la Casa Blanca, por ende, todavía hay mucha expectación sobre cómo será la reacción de su Administración a la amenaza que representa un Elon Musk desatado, furioso y con sed de venganza.