La Cámara de Representantes aprueba el proyecto de ley para renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”
La orden ejecutiva de Trump, emitida en su primer día como presidente, justificó el cambio argumentando que el Golfo es “un destino favorito para el turismo y las actividades recreativas de los Estados Unidos”.

Vista en Google Maps del Golfo de América según la ubicación del usuario.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos, controlada por los republicanos, aprobó este jueves un proyecto de ley que busca cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América”, avanzando en la codificación de una orden ejecutiva emitida por el presidente Donald Trump.
La iniciativa, liderada por la representante republicana Marjorie Taylor Greene, fue aprobada con 211 votos a favor y 206 en contra, y ahora pasa al Senado, de mayoría republicana, para su consideración.
Detalles del proyecto de ley
El proyecto, conocido como el “Gulf of America Act” y patrocinado por Greene, una aliada cercana de Trump, exige que todas las agencias federales actualicen mapas, documentos y materiales oficiales para reflejar el nuevo nombre.
La medida se alinea con la orden ejecutiva firmada por Trump el 20 de enero, titulada “Restaurando nombres que honran la grandeza estadounidense”, que ordenó renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”.
Por su parte, las agencias federales, incluida la Guardia Costera de Estados Unidos, ya han comenzado a usar el nuevo término, aunque otros países, como México y Cuba, no han reconocido el cambio.
Greene defendió el proyecto en enero, argumentando: “El pueblo estadounidense asume los gastos para proteger y asegurar las vías fluviales marítimas para el comercio. Nuestras Fuerzas Armadas estadounidenses protegen la zona de cualquier amenaza militar de países extranjeros. Es nuestro golfo. El nombre correcto es Golfo de América y así es como debería llamarlo el mundo entero”.
Reacciones y divisiones
La aprobación del proyecto ha generado controversia tanto dentro como fuera del Partido Republicano. El representante republicano Don Bacon, de Nebraska, fue el único republicano que votó en contra junto con los demócratas, calificando la medida como “infantil” y “cosa de principiantes”.
Bacon argumentó: “Somos los Estados Unidos de América. No somos la Alemania del Káiser Guillermo ni la Francia de Napoleón. Somos mejores que esto”.
Por su parte, los demócratas han criticado duramente la iniciativa, considerándola una pérdida de tiempo y recursos.
La representante demócrata Mary Gay Scanlon, de Pensilvania, la describió como “el proyecto de ley más tonto presentado” durante su tiempo en el Congreso, añadiendo: “Con todo el trabajo importante que este Congreso debería estar abordando, la presidenta de la Cámara de Representantes y los republicanos han optado por complacer al presidente en un capricho que el público estadounidense no apoya”.
Ámbito internacional
En el ámbito internacional, la presidente de México, Claudia Sheinbaum, ha rechazado la propuesta, ironizando que el suroeste de Estados Unidos podría llamarse “América Mexicana” dado que territorios como Texas y Florida formaban parte de México en el pasado.
Sheinbaum destacó que el nombre “Golfo de México” es reconocido globalmente y tiene raíces históricas que datan del siglo XVI.

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Leandro Fleischer
Justificación y apoyos
La orden ejecutiva de Trump, emitida en su primer día como presidente, justificó el cambio argumentando que el Golfo es “un destino favorito para el turismo y las actividades recreativas de los Estados Unidos” y una “arteria crítica para el comercio, la producción de energía y las industrias marítimas”.
La iniciativa ha sido apoyada por legisladores republicanos como el senador Nick DiCeglie y el representante Juan Carlos Porras en Florida, donde el gobernador Ron DeSantis ya promulgó dos leyes estatales (HB 549 y HB 575) en abril para implementar el cambio en documentos y materiales educativos.
Texas, por su parte, también avanzó en una medida similar, con el Senado estatal aprobando el Proyecto de Ley Senatorial 1717 el 27 de abril.
Desafíos
El cambio de nombre, aunque oficial en Estados Unidos tras la aprobación de la Junta de Nombres Geográficos (BGN), solo tiene efecto a nivel nacional y no es reconocido internacionalmente.
Para un cambio global, se requeriría la aprobación de México, Cuba y organismos como la Organización Hidrográfica Internacional o la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
El proyecto de ley ahora espera su revisión en el Senado, donde la mayoría republicana podría facilitar su aprobación.