ANÁLISIS
La favorabilidad sobre el Partido Demócrata se hunde a su mínimo histórico
Una encuesta de CNN, realizada antes de la polémica por la aprobación en el Senado gracias a varios congresistas del Partido Azul de la propuesta republicana para evitar el cierre de Gobierno, deja en el 29% la percepción positiva de la formación.

Kamala Harris da un discurso durante la Convención Demócrata.
Los problemas para el Partido Demócrata con los votantes no parecen agotarse. Cinco meses después de las elecciones, su desconcierto y división alejan aún más a los estadounidenses de ellos, como demuestra la última encuesta de CNN, que expone que la favorabilidad del Partido Azul se ha hundido a su mínimo histórico.
Es que menos de uno de cada tres votantes estadounidenses (29%) ve favorablemente al partido de Chuck Schumer, Nancy Pelosi, Joe Biden, Kamala Harris, Barack Obama y compañía. Un resultado que confirma la cuesta abajo sin frenos de su popularidad entre los votantes, que no ha parado de caer en la encuestas de esta cadena desde el 39% registrado en octubre del pasado año.
La popularidad demócrata, cuesta abajo y sin frenos
La última encuesta realizada por CNN data de enero, y entonces el sondeo daba un 33% de favorabilidad a los demócratas. Es decir que en apenas 3 meses se han evaporado otros cuatro puntos. El peor dato -salvando el pasado 33% del primer mes de 2025- databa de de julio de 2022, cuando era el 35% quienes les respaldaban.
Unos datos lejísimos de las cifras que firmaban los demócratas justo antes de la toma de posesión de Joe Biden. Entre el 9-14 de enero de 2021, casi la mitad del electorado (49%) veía con buenos ojos al Partido Azul.
Un panorama sombrío para el Partido Demócrata
Lo peor es que esta encuesta se realizó la semana anterior a la crisis provocada por la aprobación en el Senado de la resolución continua republicana para evitar el cierre del Gobierno, gracias a los votos de varios senadores demócratas, entre ellos Chuck Schumer, que permitieron a los conservadores llevar la propuesta al pleno y aprovechar su mayoría para mandarla al despacho de Trump.
Es decir, que teniendo en cuenta el espectáculo de división y luchas internas, con Schumer en la diana del ala más radical e izquierdista del partido; sin un líder claro e ilusionante en el horizonte y con la insistencia en mantener los postulados woke que tanto daño les ha hecho entre los votantes, no parece que el repunte del Partido Azul vaya a producirse pronto.
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