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Trump promete que Michigan será testigo del “renacimiento económico” de Detroit tras el fracaso de las políticas demócratas

La promesa del expresidente es ambiciosa. Especialmente si se considera que ya pasó un siglo desde el inicio del boom demográfico, económico e industrial de Detroit en la década de 1920.

Donald Trump desde Detroit, MichiganJim Watson / AFP

El expresidente Donald Trump acudió este viernes a Michigan, uno de los siete estados clave en estas elecciones presidenciales 2024, para prometer a los electores que serán testigos del “renacimiento económico” de su ciudad más emblemática: Detroit.

“Ustedes, saqueados y maltratados, descubrirán muy pronto que ya no se aprovecharán de América. Se aprovecharon de nosotros durante años, durante décadas. Recuperaremos nuestra riqueza robada y los días de gloria económica de Detroit volverán más grandes y fuertes que nunca, lo prometo”, afirmó Trump ante una multitud. “Y sé cómo hacerlo. ¿Cómo sé cómo hacerlo? Pondré a Detroit en primer lugar, pondré a Michigan en primer lugar y pondré a Estados Unidos en primer lugar”.

Las palabras del expresidente se produjeron mientras su adversaria, la vicepresidente Kamala Harris, también hacía un recorrido por el swing state que, de momento, está de pronóstico reservado debido a la extrema paridad entre ambos candidatos según las encuestas más recientes.

Durante su alocución, Trump aprovechó a criticar a Harris debido a la disminución de las ventas de los automóviles y los empleos perdidos en el sector manufacturero durante su gestión como vicepresidente. También criticó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio.

“El 40% de los puestos de trabajo del sector automovilístico de Michigan fueron aniquilados tras el TLCAN y la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio fue un desastre para su hermoso lugar, su hermosa ciudad y, francamente, su hermoso estado”, afirmó Trump.

“Detroit fue diezmada. Así es. Detroit fue diezmada como por un ejército extranjero. No hubo diferencia. Nuestras fábricas quedaron en ruinas bajo las órdenes de Kamala Harris. Sólo este año, Estados Unidos ha perdido cerca de 50.000 empleos manufactureros. Están haciendo un trabajo terrible”, continuó el expresidente.

“Las ventas de coches en EE.UU. han bajado un 38% desde que dejé el cargo. Pero con la victoria en noviembre, vamos a recuperar lo que es nuestro. Vamos a recuperar nuestros empleos, nuestra dignidad y nuestros sueños. Y estando ante ustedes esta noche, proclamo a la gente de este estado que, al final de mi mandato, el mundo entero estará hablando del milagro de Michigan y del impresionante renacimiento de Detroit”.

Podría decirse que la promesa de Trump es, cuanto menos, ambiciosa. En términos objetivos, ya pasó un siglo desde el inicio del boom demográfico, económico e industrial de Detroit en la década de 1920. En aquella época, la urbe más importante de Michigan —y una de las más grandes del Medio Oeste—, fue un ejemplo para el mundo por el desarrollo de su industria automotriz de la mano de históricas compañías como Ford y General Motors.

Sin embargo, tras varias décadas sólidas y pujantes, la ciudad vio cómo la industria que vio nacer la dejó en el olvido, con montones de fábricas siendo trasladadas a ciudades o distritos aledaños. Esta reconfiguración de la industria convirtió a Detroit en una ciudad huérfana y gris, sin oferta laboral, con problemas demográficos y con un problema casi irreparable de índole racial que terminó de explotar en 1967, tras el histórico estallido social que culminó con el saqueo de 2,500 tiendas y 400 edificios calcinados.

A partir de allí, Detroit se convirtió en una ciudad fallida donde la mayor parte de su población empezó a vivir de los empleos del Estado; sin inversión privada y un gran déficit fiscal; un mal que aquejó a la ciudad por muchos años y que obligó a los habitantes a salir de la ciudad, dejando las zonas urbanas vacías y apagadas.

Ahora Trump plantea recuperar la grandeza de Detroit, una ciudad que a menudo ha sido mostrada ante el mundo como “el fracaso” del sistema capitalista, pero que no es más que la fiel demostración de los problemas estructurales que generó el propio Gobierno a través de prácticas irresponsables en términos fiscales.

"Detroit tiene un gran potencial, pero Kamala y los demócratas han estado causando estragos en esta ciudad, un lugar muy especial, casi sagrado en muchos aspectos. Han ocurrido tantas cosas importantes aquí y ha sido maltratado por mucho tiempo. Han estado hablando de recuperar a Detroit durante años, pero nosotros lo vamos a hacer mejor de lo que jamás fue, mejor que hace muchos años. Vamos a hacer grande a Detroit otra vez”, prometió el candidato republicano.

“Esta ciudad y este estado fueron la capital mundial de la producción automotriz y uno de los mayores centros de manufactura de la historia. Donde quiera que fueras, Detroit era el mayor referente. Pero año tras año, políticos globalistas como el corrupto Joe Biden y la mentirosa Kamala Harris los traicionaron, permitiendo que otros países saquearan nuestra riqueza, nuestros empleos y nuestros sueños. Y lo hicieron aquí más que en cualquier otro lugar del país”.

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