El Partido Demócrata ha estado fortaleciendo a Irán durante décadas
En su intención de alcanzar acuerdos con Teherán, con la ayuda de organizaciones lobbyistas del régimen de los ayatolás, las sucesivas Administraciones demócratas no sólo han fracasado en su objetivo de moderar al Gobierno islamista, sino que han fortalecido su influencia global y aumentado el peligro que representa para Estados Unidos y el mundo.
Los sucesivas Administraciones demócratas han intentado, durante décadas, alcanzar un acuerdo con Irán para tratar de apaciguar al régimen de los ayatolás, que desde 1984 ha estado financiando el terrorismo islámico. Sin embargo, los esfuerzos de estos Gobiernos no sólo no han logrado su cometido, sino que resultaron en un fortalecimiento de Teherán, lo cual representa un grave peligro para el mundo.
El investigador Kenneth R. Timmerman señala en su libro The Iran House: Tales of Revolution, Persecution, War, and Intrigue, publicado recientemente, que Hooshang Amirahmadi, un académico excomunista iraní-estadounidense cercano al régimen de los ayatolás, fue uno de los primeros en entablar un lobby pro-Teherán con su organización, el Congreso Americano Irání (AIC, por sus siglas en inglés).
En un artículo publicado recientemente en el New York Post, se indica que Timmerman mencionó en su libro que a mediados de la década de 1990, AIC fue financiado por la empresa energética Conoco con el fin de convencer al presidente Bill Clinton para que se le permita a la compañía desarrollar enormes campos de petróleo y gas en Irán.
El autor añade que a pesar que desde la crisis de los rehenes en Irán (1979-1981), durante la cual estudiantes iraníes mantuvieron cautivos a decenas de diplomáticos y ciudadanos de Estados Unidos por 444 días, pesaban sanciones comerciales estadounidenses contra Teherán, el AIC y otras organizaciones afines continuaron llevando a cabo su lobby con el fin de que Washington hiciera negocios con Teherán.
En aquellos años, Clinton intentó negociar un acuerdo secreto con Teherán antes de las elecciones del año 2000. Timmerman sostiene que si ese pacto hubiera tenido éxito, se habrían levantado las sanciones y reabierto el comercio de Estados Unidos con Irán. Asimismo, Washington habría pagado a Teherán miles de millones de dólares en reembolsos.
Si bien el acuerdo no prosperó, los iraníes continuaron intentando influir sobre Estados Unidos a través de los demócratas.
El oscuro historial de Hooshang Amirahmadi
El sitio Iran Lobby sostiene que Amirahmadi ha estado defendiendo públicamente al régimen iraní desde hace décadas.
En 1994, después del atentado perpetrado por Irán y Hezbolá contra la organización judía Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, Argentina, en el que murieron 85 personas, Amirahmadi criticó Warren Christopher, entonces secretario de Estado de Estados Unidos, por calificar a la República Islámica de “Estado paria” y afirmar que “grupos como Hezbolá, que causan estragos y derramamiento de sangre deben ser derrotados. Y hay que contener al patrón de Hezbolá: Irán”.
Amirahmadi respondió: “Una frase de la naturaleza de ‘Estado paria’ huele a una desacreditada política internacional de la guerra fría del tipo haz lo que decimos, no a la verdadera diplomacia que se requiere en estos tiempos delicados en los que Estados Unidos es, o debería ser, un actor igualitario en el escenario global”.
Iran Lobby señala además que el AIC suele minimizar la amenaza que representa el régimen iraní. Y añade que Amirahmadi sugiere que todos los conflictos de política exterior entre Estados Unidos e Irán pueden resolverse mediante el diálogo.
Amirahmadi además niega el apoyo de Irán al terrorismo, indica Iran Lobby.
La colaboración demócrata con Teherán durante el Gobierno de George W. Bush
Durante el mandato del republicano George W. Bush, los grupos lobbyistas iraníes siguieron intentando alcanzar un acuerdo con Estados Unidos mediante sus contactos con los demócratas.
Timmerman explica en su libro que en el año 2002, un médico iraní llamado Sadegh Namazi-Khah logró recaudar 30.000 dólares en California para la campaña de reelección de Joe Biden, quien entonces era senador y presidía el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
“El senador dijo que Irán siempre quiso ser un aliado de Estados Unidos y tener buenas relaciones con el país”, comentó un participante de la recaudación de fondos.
Ese mismo año, el Washington Times publicó un artículo titulado Irán y sus apologistas, criticando los lazos entre el régimen de los ayatolás y los demócratas. "Cada vez hay más pruebas de que Teherán protege a cientos de terroristas de Al Qaeda que huyen y de que está trabajando para destruir lo que queda del proceso de paz árabe-israelí, lo que hace cada vez más difícil impulsar con seriedad vínculos más estrechos entre Estados Unidos e Irán. Sin embargo, varias personas importantes en Washington parecen decididas a intentarlo”, expresó el periódico en aquella oportunidad. Además, mencionó la intervención del AIC y los 30.000 dólares recaudados por Namazi-Khah, a quien describió como un activista de Los Ángeles que presiona para que Estados Unidos lleve adelante una política más blanda hacia Irán.
El periódico estadounidense añadió que en discusiones privadas en ese evento de recaudación de fondos, Biden expresó una condena rotunda de las declaraciones de Bush sobre el “eje del mal”.
La ayuda de John Kerry a Irán
Timmerman indica en su libro que el ex secretario de Estado John Kerry fue otro importante defensor del régimen de los ayatolás.
Kerry, remarca el investigador, ayudó a Teherán a unirse a la Organización Mundial del Comercio y a levantar las restricciones de visado que habían sido impuestas a los iraníes tras el atentado del 11 de Septiembre.
Timmerman añade que Vanessa, la hija de Kerry, se casó con un iraní-estadounidense y su luna de miel la pasó en Irán cuando su padre se desempeñaba como secretario de Estado de la Administración Obama, poco ante de que se iniciaran las conversaciones secretas que derivaron en el controvertido Plan de Acción Integral Conjunto, el acuerdo nuclear de las potencias mundiales con Irán, en 2015.
La Administración Trump retiró a Estados Unidos de ese acuerdo en 2018.
En aquella oportunidad, el entonces presidente de Estados Unidos criticó duramente el acuerdo y afirmó que incluso si Irán hubiera cumplido con todos los compromisos estipulados en el tratado, el régimen iraní habría estado al borde de conseguir armas nucleares.
El surgimiento del NIAC, otra organización lobbyista proiraní
Timmerman señala que Amirahmadi fue superado por un exasistente llamado Trita Parsi, quien emigró a Estados Unidos desde Suecia en 2001 y fundó el Consejo Nacional Iraní Americano (NIAC, por sus siglas en inglés) en 2002.
En contraste con el AIC, que era financiado principalmente por grandes petroleras, el NIAC obtenía aportes de organizaciones de izquierda, como Ploughsares Fund, el Open Society Institute, de George Soros, y la Tides Foundation, financiada parcialmente por Teresa Heinz, esposa de John Kerry.
La organización Influence Watch describe en su sitio web al NIAC como un grupo que afirma defender la acción no partidista en nombre de la comunidad iraní-estadounidense en cuestiones de política interior y exterior. Sin embargo, añade Influence Watch, el NIAC promueve una serie de posiciones políticas de izquierda, incluido el fin de todas las sanciones al régimen iraní, y apoya a políticos izquierdistas radicales.
El NIAC, remarca Influence Watch, ha enfrentado varias acusaciones de alineación indebida con el régimen represivo de la República Islámica de Irán. Además, la organización proiraní ha expresado durante mucho tiempo su simpatía hacia el régimen de los ayatolás, instando a Estados Unidos a no responder a la dictadura de Bashar al-Assad, respaldada por Teherán en Siria, incluso después de que su régimen usara armas químicas contra civiles durante la guerra civil siria.
Además, los funcionarios del NIAC han sido fotografiados con diplomáticos iraníes, y se descubrió que su fundador y expresidente Trita Parsi había alentado al exrepresentante de Irán en las Naciones Unidas a reunirse con los demócratas en el Congreso.
Timmerman indica que los miembros del NIAC han sido muy hábiles en promover entre los integrantes del Congreso estadounidense el sufrimiento causado a los civiles iraníes por las sanciones estadounidenses.
De hecho, Timmerman subraya que Trita Parsi se convirtió en un miembro semioficial del equipo de negociación del régimen iraní durante las conversaciones que condujeron al acuerdo nuclear de 2015.
Luego, el Departamento de Estado durante la Administración Obama envió a Parsi a brindar una serie de conferencias en Arabia Saudita y contrató a Sahar Nowrouzzadeh, un exempleado del NIAC, como director de Seguridad Nacional para Irán.
La narrativa del NIAC, basada en la idea de que las sanciones estadounidenses dañan principalmente a los civiles iraníes y que Teherán puede abandonar su programa para obtener armamento nuclear y que incluso puede ser un mejor aliado para Estados Unidos que Arabia Saudita, ha penetrado en Biden y Obama, sostiene Timmerman.
Sin embargo, Irán no ha abandonado su pretensión de obtener armas nucleares y sigue financiando al régimen sirio y a sus proxies terroristas, como Hezbolá en el Líbano, los hutíes en Yemen, y Hamás en Gaza, entre otros.
La oscura relación entre los demócratas y Teherán también salpica a Kamala Harris
A pesar de que la evidencia demuestra que Irán no ha cedido en absolutamente nada y de la masacre del 7 de Octubre, nada parece haber cambiado para los demócratas respecto de su relación con el régimen de los ayatolás, y este vínculo oscuro entre el Partido Demócrata y Teherán también salpica a la vicepresidente Kamala Harris.
Phillip Gordon, un partidario del NIAC que asesoró a Kerry durante las negociaciones con Irán para alcanzar el acuerdo nuclear, se convirtió en asesor de Seguridad Nacional de Harris en 2021 y podría ser secretario de Estado en caso de que la candidata demócrata obtenga una victoria en las elecciones de noviembre.
En 2016, el sitio web del NIAC publicó una artículo en el que señaló que Gordon, quien también se desempeñó asesor principal del presidente durante el mandato de la Administración Obama y que en aquella oportunidad era asesor de campaña de Hillary Clinton, afirmó durante una conferencia de la organización que existían oportunidades para unas relaciones más constructivas entre Estados Unidos e Irán luego de se alcanzara el acuerdo nuclear.
Timmerman indica que Gordon también promovió el acercamiento entre Washington y Teherán en tres artículos de opinión escritos con Ariane Tabatabai, una ex alta funcionaria del Departamento de Defensa.
En una carta dirigida a Harris, el senador Tom Cotton y la congresista Elise Stefanik, ambos del Partido Republicano, manifestaron que Gordon y Tabatabai promovieron en sus escritos los intereses del régimen iraní.
Los legisladores añadieron que Tabatabai incluso estuvo involucrada en una operación del régimen de los ayatolás para expandir su poder blando en Estados Unidos. Y remarcaron que Gordon estuvo estrechamente involucrado con el NIAC.
Timmerman concluye que todo apunta a que una presidencia de Harris continuará esta peligrosa búsqueda de un acuerdo, que Irán utiliza para extorsionar a Estados Unidos mientras sigue atacándolo.