El cierre de Gobierno queda en manos demócratas por la división del GOP en la Cámara

La guerra civil entre los representantes republicanos dejó la posibilidad de evitar el cierre de Gobierno del próximo 30 de septiembre en manos de la bancada demócrata. Tras bloquear los legisladores conservadores del Comité de Reglas el pase del nuevo plan de Mike Johnson a votación en el pleno, los líderes del GOP de la Cámara de Representantes optaron por forzar la votación mediante la suspensión de normas, una medida que hace necesaria la aprobación de dos tercios del hemiciclo para que la propuesta pueda salir adelante.

El congresista del GOP Thomas Massie (que votó a favor de la iniciativa anterior la semana pasada) fue claro en su rechazo a la actual propuesta del presidente de la Cámara de Representantes, que consideró un truco para forzar a los legisladores a votar de nuevo, y sin tiempo, en vísperas de Navidad un proyecto de financiación del Gobierno mucho más ambicioso: 

"Esta tarde, he descrito cómo el Presidente de la Cámara está utilizando la RC para crear una crisis de financiación del gobierno la semana antes de Navidad. ¿Por qué Navidad? Para presionar a los diputados a votar a favor de un proyecto que no han leído, utilizando su deseo de ver a sus familias en Nochebuena en su contra".

El tortuoso camino de Mike Johnson para evitar el cierre de Gobierno

Tras retrasar unos días la votación de su plan para conseguir el número de votos necesarios entre los miembros de su partido y ver cómo la propuesta presentada finalmente caía con el rechazo de 14 republicanos y de los demócratas hace una semana, la última iniciativa de Johnson, ya sin vinculación con la Save Act, sigue generando rechazo entre muchos republicanos y deja en manos de los congresistas del Partido Azul su aprobación.

Sobre todo porque para llevarla al pleno se ha visto obligado a recurrir a la suspensión de las normas tras el rechazo del Comité de Reglas. Ahora, la aprobación de la resolución continua que dará aire en forma de dólares al Gobierno, queda en manos de la bancada demócrata, puesto que la pirueta de Johnson requiere del sí de dos tercios de la Cámara Baja para salir adelante.