Los republicanos excluyen a Naciones Unidas y a los 'embajadores woke' del presupuesto de 2024
La Cámara de Representantes presentó su presupuesto para el próximo año fiscal, en el que no figuran partidas económicas para varias organizaciones "controvertidas" y puestos con "gastos inútiles".
La Comisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes, a manos de los republicanos, presentó a finales de junio su proyecto de ley de Consignaciones para Estado, Operaciones Exteriores y Programas Conexos para el Ejercicio Fiscal 24. En el texto, los republicanos excluyeron a Naciones Unidas y otras organizaciones y programas internacionales, tal y como Donald Trump hizo en 2020. Kay Granger, representante por Texas, preside la Comisión junto con otros 33 republicanos frente a una bancada de 27 demócratas.
El proyecto de ley especifica, en su apartado de recortes, que para el próximo presupuesto se "prohíbe destinar fondos a otras organizaciones y programas controvertidos, como el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Acción para la Equidad e Igualdad de Género". También plantea eliminar la participación de Naciones Unidas, un ahorro estimado en $707 millones. En total, el presupuesto ordinario de la ONU alcanzó los $3.400 millones para el ejercicio 2023.
Además de los cambios citados anteriormente, el proyecto de ley prevé dejar sin financiación a otros 17 programas de agencias supranacionales. Se tratan de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE); la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); ONU Mujeres; el Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas; el Fondo de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Foro Económico Mundial.
El fin de los enviados especiales
Entre otros recortes, la propuesta de la Comisión plantea acabar con buena parte de la financiación a programas de cooperación y desarrollo relacionados con el Departamento de Estado y con objetivos internacionales, como USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional).
Acabaría también la financiación para 33 puestos de enviado presidencial especial. Entre ellos el del enviado especial para el Clima; Equidad y la Justicia Racial; Avance de los Derechos Humanos de las Personas LGBTQI+; Asuntos Laborales Internacionales y Representante Especial para Asuntos Palestinos. Todos puestos en relación directa con la Casa Blanca o el Departamento de Estado.
Los enviados especiales, representantes y coordinadores son diplomáticos o funcionarios del Gobierno federal que responden directamente al secretario de Estado y están encargados de algún asunto en concreto, que no suele limitarse a unas fronteras o la relación con un Estado o nación. Hacen un trabajo en paralelo al de los embajadores. Algunos de estos puestos fueron creados durante las Administraciones demócratas para supervisar asuntos relaciones con la agenda progresista. John Kerry, exsecretario de Estado, ocupa por ejemplo el puesto de enviado especial para el Clima, creado en 2021 por Joe Biden.
Durante la etapa de Kerry en el Departamento de Estado se creó también el puesto de enviado especial para el Avance de los Derechos Humanos de las Personas LGBTQI+, que estuvo vacante durante toda el mandato de Donald Trump, hasta que Joe Biden nombrase a Jessica Stern.