California, el único estado que se niega a firmar un acuerdo para combatir la sequía del río Colorado
Los otros seis por los que discurre el caudal firmaron un compromiso de última hora con recortes para evitar que los embalses alcancen mínimos históricos.
Mientras que el caudal del río Colorado sigue bajo mínimos, los responsables políticos de los siete estados por los que discurre no fueron capaces de alcanzar un acuerdo unánime para consensuar un plan que reduzca el consumo de agua. California se quedó fuera de un compromiso de última hora en el que se proponían una serie de medidas que sí suscribió el resto.
El acuerdo que enviaron a las autoridades federales los representantes de Arizona, Colorado, Nevada, Nuevo México, Utah y Wyoming es una base de mínimos sobre la que poder desarrollar negociaciones futuras. Desde California, que es el estado que utiliza la mayor parte del río, señalan que el fin último del compromiso es presionar a los mediadores federales tras encallar los intentos de alcanzar un pacto entre todas las partes implicadas.
El río sufre la peor sequía en doce siglos
La principal razón para la firma del documento el pasado martes es que se cumplía el ultimátum que la Oficina de Reclamación había fijado para que los siete implicados llegaran a un consenso. Un plazo que expiraba el último día de enero. A pesar de ello, las autoridades del estado dorado se negaron a aceptar un acuerdo en el que la evaporación y otras pérdidas de agua en la cuenca baja del río se incluyeran en los cálculos a la hora de establecer los recortes definitivos. En caso de aplicarse ambos condicionantes, los esfuerzos de los californianos serían notablemente superiores.
Bart Fisher, presidente de la junta del Distrito de Riego Palo Verde de California, reconoció lo difícil de la situación, y lamentó que las negociaciones se hayan convertido en una lucha. "En la situación a la que nos enfrentamos hoy, por supuesto, el río está sobreasignado. Debemos ajustar la demanda a la oferta", apuntó. Sin embargo, "en lugar de colaborar para alcanzar un consenso, la situación se ha vuelto combativa y conflictiva. Nadie quiere que su propio buey sea cortado. Así que todo el mundo se ha arrinconado y se ha centrado en el objetivo principal, que es California".
California denuncia que otros estados tratan de beneficiarse
El californiano denunció que "otros estados intentan beneficiarse instando al gobierno federal a que haga caso omiso de la legislación vigente y realice alguna reasignación del río que les beneficie a ellos mismos, como alternativa a colaborar hacia un consenso común". Por su parte, desde el estado dorado están preparando una iniciativa para el gobierno federal en la que proponen una compensación para los propietarios de terrenos agrícolas en el Valle Imperial, a cambio que éstos reduzcan el consumo que tienen establecido.
Los afectados, que poseen derechos preferentes y son los que utilizan la mayor parte del suministro del río, se mostraron favorables a esta propuesta. No obstante, quieren asegurarse de que el sistema de prioridad de los derechos sobre el agua se mantienen y respetan. Además, apuntaron que los que deberían asumir los mayores recortes son aquellos que poseen derechos de menor rango, por ejemplo, las ciudades de Arizona.
Reclaman al estado dorado que se sume al acuerdo sobre el río
Los representantes de los seis estados que firmaron el acuerdo indicaron que se trata de un paso importante en el camino correcto para alcanzar un acuerdo definitivo. Así lo indicó Tom Buschatzke, director del Departamento de Recursos Hídricos de Arizona, que insistió en mantener un "diálogo continuo" entre los siete estados "mientras seguimos buscando una solución de colaboración para estabilizar el sistema del río Colorado".
Algo en lo que insistió John Entsminger, director general de la Autoridad del Agua del Sur de Nevada. "Aunque nuestro objetivo sigue siendo lograr un acuerdo entre los siete estados, el desarrollo y la presentación de esta alternativa basada en el consenso es un paso adelante positivo", señaló. Mientras, los funcionarios federales están realizando una revisión acelerada de las normas actuales que afectan al caudal del Colorado para hacer frente a la escasez.
Una reducción en torno al 25% del consumo anual
Unos cambios que la Administración Biden cuantificó en una reducción de entre el 15%-25% del consumo anual del agua procedente del río en junio de 2022. Esto supone entre dos y cuatro millones de acres-pies cada año. Unas previsiones fueron incluso empeorando en el transcurso del pasado año y que hicieron que los funcionarios federales anunciaran que podrían pedir esfuerzos extra a los implicados.
El acuerdo que rechaza California va en esa línea. De hecho, propone reducciones para Arizona, California y Nevada superiores a las negociadas con los tres estados con anterioridad. Esto se debe a que se incluyen 1,5 millones de acres-pies de pérdidas de agua, causadas principalmente por la evaporación. Además, el documento firmado por los seis estados solicita diversos esfuerzos en los cuatro estados de la cuenca alta -Colorado, Wyoming, Utah y Nuevo México-, además de "medidas adicionales de conservación voluntaria". Los representantes de estos estados afirmaron que su propuesta ayudaría a proteger el suministro de agua y la producción hidroeléctrica, y reduciría el riesgo de que los embalses llegaran a un punto muerto en el que el agua dejaría de fluir río abajo.
Batalla política
Una batalla que se trasladó a la esfera política, con representantes de los seis estados, como los senadores Kyrsten Synema (Arizona) o Michael Bennet (Colorado) urgiendo a California a dar un paso adelante y "ayudar" a solventar una crisis histórica provocada por la mayor sequía en doce siglos.