Numerosos republicanos exigen la renuncia de George Santos por sus mentiras
Un grupo de congresistas organizó una conferencia de prensa para pedir la dimisión del legislador acusado de mentir en su currículum.
Dos semanas después de reconocer que había mentido sobre su educación y experiencia laboral durante la última campaña legislativa, George Santos, representante electo de Nueva York, enfrenta un pedido de renuncia a su cargo. Los republicanos de Nassau, su propio condado, organizaron una conferencia para exigirle que dimita a su banca, acusándolo de fraude. Sin embargo, el congresista de 34 años se mantiene firme en su postura.
El presidente del Partido Republicano en Nassau, Joseph Cairo, junto a un grupo de legisladores del estado de Nueva York, aseguró que Santos ya "no es bienvenido" y que "ha deshonrado a la Cámara de Representantes". "No lo consideramos uno de nuestros congresistas”, añadió.
El representante republicano Anthony D'Esposito fue otro de los que pidió públicamente la renuncia de Santos por haber "roto irreparablemente la confianza" de los votantes. En esa línea, mediante un comunicado publicado en sus redes sociales, expresó:
La postura inflexible de Santos
A pesar de la falta de apoyo de los miembros de su propio partido, Santos continúa firme en su postura de negarse a dimitir. Al tiempo que se producía la conferencia de prensa que exigía su renuncia, el legislador escribió en Twitter que fue elegido para servir a los neoyorquinos y no "al partido" o a "los políticos".
Las mentiras durante la campaña
Las principales mentiras que se le apuntan al congresista de 34 años tienen que ver con su formación académica. En un primer momento, dijo que en 2010 se había graduado de la Universidad de Baruch. Sin embargo, tras una serie de investigaciones sobre su pasado, terminó admitiendo que no tenía ningún título de grado.
En cuanto a su experiencia laboral, dijo que había trabajado en dos importantes compañías como Goldman Sachs y Citigroup, cuando no fue así. Santos explicó que, en realidad, no trabajó "directamente" para las empresas, sino para una organización que tenía negocios con las mismas. El legislador se excusó diciendo que había hecho una “mala elección de palabras”.